Temores a que un redondeo al alza haga repuntar la inflación
Algunos Estados señalarán y "avergonzarán" públicamente a los negocios que suban los precios.
La propia Comisión Europea ha reconocido en sus informaciones sobre el euro dirigidas al ciudadano que, aunque el redondeo es una regla matemática al alza o a la baja, el comerciante es al final quien tiene libertad absoluta para fijar los precios. El comisario europeo de Economía, Pedro Solbes, ha insistido en que los precios "no tienen por qué subir" si se aplica correctamente la regla del redondeo.
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Wim Duisenberg, ha pedido a los agentes económicos que apliquen "estrictamente" la norma del redondeo porque si la moneda única produce incrementos de precios "se perjudicaría la confianza en el euro".
Pese a todas estas advertencias, muchos comerciantes han hecho cuentas diferentes.
En España, la organización de consumidores ha detectado un incremento en torno al 1 por ciento en el precio de algunos productos, así como un elevado número de "errores" en la conversión de pesetas a euros.
Panaderías, bares y cafeterías, cines y gasolineras son los establecimientos donde más se ha constatado un redondeo al alza, o simplemente la fijación de un precio -los terminados en 0 y 5- que le hace más fácil de manejar.
Dicha organización afirma que, por ejemplo, los errores en la conversión detectados en algunas gasolineras tienen un efecto multiplicador, porque a medida que se llena el depósito la diferencia de precio entre pesetas y euros se hace mayor. El gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, insistió recientemente en que lo normal es que la entrada del euro no tenga impacto negativo en la inflación, ya que tampoco el momento de desaceleración económica que se vive es propicio para subir precios. Pero admitió que si los comercios realizan masivamente un redondeo al alza en sus productos para adaptar sus precios al euro el impacto en la inflación sería de entre un 0,2 y un 0,4 por ciento adicional.
En Italia, las dos principales asociaciones de consumidores, Adusbef y Codacons, han lanzado la voz de alarma ante la subida de precios, que incluso han calificado como "gigantesca estafa legalizada".
En la "lista negra" de los servicios que incrementarán sus precios se encuentran bares, cines, transporte público. Por ejemplo, las entradas de cine se "redondearán" en 7 euros, los billetes de autobús en 1 euro y las entradas de museo en 8,5 euros. Los estudios encargados por el Banco de Portugal consideran que la entrada del euro causará como máximo una inflación del 0,23 por ciento, aunque en ciudades como Coimbra el precio del pan subió hasta un 20 por ciento cuando se impuso la doble indicación.
En Alemania, buena parte del comercio minorista ha aprovechado los últimos meses para subir los precios. Según un estudio realizado por encargo de la primera cadena de televisión pública ARD, el 25 por ciento de los productos de uso diario se ha encarecido desde abril pasado. Muchos comerciantes han redondeado los precios hacia arriba para que la etiqueta en euros muestre un precio "atractivo", que son los redondos o los terminados en 5 y en 9.
Según la oficina de estadísticas, el encarecimiento oscila entre un 0,2 y un 0,4 por ciento.
En Austria, pese a los esfuerzos del Gobierno por controlar los precios y las 1.250 denuncias recibidas por etiquetas con cambio erróneo, las tiendas han tendido a elevar el precio de sus productos con el fin de beneficiarse del redondeo.
En cambio, los temores en Francia de que la llegada del euro provoque una subida inducida de precios parecen disiparse.
En noviembre, la inflación se redujo en un 0,3 por ciento, con lo que el índice interanual se ha situado en el 1,2 por ciento.
Algunos expertos han mostrado su sorpresa por la "prudencia inesperada" de los comerciantes -el vestido y el calzado han bajado un 0,5 por ciento-, lo que se ha interpretado como una "búsqueda de clientela" ante la llegada del euro y la ralentización económica. Además, el Gobierno ha optado por redondear el precio de los servicios públicos a favor del ciudadano.
Al Gobierno irlandés le preocupa la inflación -con el 3,8 por ciento es casi el doble de la media europea- por lo que ha organizado una campaña de prevención que "señalará y avergonzará" públicamente a aquellos negocios que traten de engañar al consumidor con redondeos al alza.
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