Sábado 22 de diciembre de 2001

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Ultimos pasos por el poder perdido

  De la Rúa volvió a la Rosada. Opinó que el peronismo fue una especie de infierno que impidió salvar al gobierno.
  Jean Paul Sartre le dio ayer una mano a Fernando de la Rúa.
Porque copiando una reflexión de un personaje de una obra de teatro de aquel francés polemista -"El infierno son los otros"- dijo ayer que el peronismo tiene la culpa del derrumbe de su gobierno.
Como si nada hubiera ocurrido, De la Rúa se presentó a las 8:55 en la Casa Rosada, donde respondió preguntas y no dio explicaciones al pueblo sobre la tremenda represión policial del jueves.
"Lo que he oído es la voz del pueblo" y "he entregado lo mejor de mí para el país", señaló con un dejo de solemnidad el ex mandatario a modo de justificación para la historia de su paso por el poder y de la pérdida de éste.
Eran las 8:55. Lugar, la Casa Rosada. Un lugar al que retornó para generar su último acto en el gobierno: levantar el estado de sitio .
Parco pero ratificando su tradicional predisposición a hablar con la prensa, De la Rúa consideró que la determinación del peronismo de rechazar la invitación a un cogobierno pesó más en su decisión de renunciar que el estallido social y la consecuente muerte de 27 personas.
-Creo que el justicialismo cometió un error al precipitar los tiempos y negar el apoyo que, con la mayoría parlamentaria, podría brindar para la continuidad institucional, pero de ese modo resolvieron ejercer su poder -reflexionó.
Pero el dolor con la conducta seguida por el justicialismo no concluyó con esta sentencia. Para el mandatario, de frente a la crisis su administración necesitaba "gobernabilidad, mostrar un país unido y en condición de tomar las decisiones necesarias, pero el justicialismo da los pasos conocidos, mostrando que va a hacer sentir su mayoría en contra y que rechaza la exhortación que formulé".
Insólitamente, el presidente se desprendió sin eufemismos de toda responsabilidad sobre el grado que alcanzó la represión concretada en el marco del estado de sitio:
-Acá se aplica la ley. Se dictó el estado de sitio y debía actuar la ley. Yo no estaba al frente de eso -dijo.
Expresó sin embargo su "gran pesar por los episodios de violencia. Vi los hechos por televisión, y vi la agresión que se posesionó de la ciudad", destacó circunscribiendo así su opinión sobre lo sucedido en la capital federal.
De la Rúa, no obstante, aceptó que "la opinión pública tiene un estado de queja bajo los resultados no alcanzados" como él hubiera querido.
Explicó ese fracaso vía el argumento de que se tornaba extremadamente difícil gobernar "en un cuadro de conflicto, con un Parlamento dominado por el justicialismo".
Plantado ante la historia, De la Rúa señaló que ésta juzga en perspectiva de las dificultades y las decisiones adoptadas".
Aseguró, además, que el ex ministro de Economía Domingo Cavallo está en el país. "Y si la Justicia lo convoca, se presentará como lo siempre lo hizo"
De la Rúa se retiró de la Casa de Gobierno aplaudido por un grupito de los que fueron sus funcionarios.
A contramano del sentimiento de un amplio sector de la sociedad y el tronar de las cacerolas, el ex ministro de Salud Héctor Lombardo dijo ayer, en los minutos finales del adiós, que "el país perdió a un gran presidente".
Un presidente cuyo poder se esfumó en poco tiempo.
Algo que no es novedad para la historia argentina.

Foto: De la Rúa: Autógrafos finales...

     
     
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