Sábado 22 de diciembre de 2001

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EE. UU. atacó por error un convoy y mató a 65 "notables" afganos

  Viajaban a la asunción del nuevo gobierno de Karzai.
  WASHINGTON/KABUL (ANSA).- El gobierno provisional de Hamid Karzai asumirá hoy en Afganistán, mientras la fuerza internacional de paz comenzó ayer su misión en Kabul y 65 civiles murieron en un ataque a un convoy civil bombardeado por aviones norteamericanos.
Al menos 65 personas murieron como consecuencia del bombardeo efectuado el jueves por aviones de Estados Unidos contra un convoy con civiles en el este de Afganistán, según informó la agencia Afghan Islamic Press, AIP.
En el convoy viajaban jefes de tribus e incluso comandantes, que se dirigían desde la ciudad de Gardez a Khost, de donde el sábado habrían debido viajar a Kabul para asistir a la ceremonia de asunción del nuevo gobierno.
Hasta el momento no hubo confirmación independiente del bombardeo, pero el secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld, admitió que la aviación de Estados Unidos atacó en las últimas horas un convoy y que se habían producido "muchas víctimas".
Ayer también, después de tres días, se reanudaron los bombardeos en la región oriental del país, en tanto sigue su curso la búsqueda de Osama ben Laden en la región de Tora Bora.
El pequeño grupo de la fuerza multinacional autorizado por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas está formado por unos 30 marinos británicos que tienen como tarea asegurar, junto a los mujahidines afganos, la seguridad durante la ceremonia de asunción del nuevo gobierno.
Cuando se complete la operación, las fuerzas de paz tendrán en el lugar entre 3.000 y 5.000 hombres.
Por su parte, uno de los jefes tribales de la región, Haji Hazrat Ali, señaló que "el mullah Muhammad Omar y Osama ben Laden están aún vivos. Ben Laden está siempre en las montañas del este de Afganistán".
De este modo, el dirigente dio nuevas esperanzas a la coalición anglo-norteamericana de capturar al millonario de origen saudita.
El secretario de Defensa Donald Rumsfeld señaló que "no tener las pruebas de que Osama ben Laden está en Tora Bora, no quiere decir que las pruebas no existan". Para Rumsfeld, Ben Laden aún puede ser "encontrado" aunque por ahora "no sabemos dónde".
Estados Unidos, además, se dispone a enviar a Afganistán una nueva bomba "anti-túnel" que podría ser utilizada, si es necesario, contra los escondites de Al Qaeda.
Al mismo tiempo las cuevas de la red Al Qaeda en Afganistán están ofreciendo las pruebas de que la organización de ben Laden estaba tratando de procurarse armas de destrucción masiva, químicas y bacteriológicas.
Los prisioneros talibán y de Al Qaeda detenidos en Afganistán por las fuerzas antiterrorismo son 7.000, dijo en Islamabad Kenton Keith, un portavoz de la coalición liderada por Estados Unidos, que subrayó que la cifra es sólo aproximada porque la situación aún no está definida.
Las víctimas del jueves no son un buen auspicio para el primer ministro Karzai, que el sábado asume la difícil tarea de dirigir un gobierno provisorio, cuya composición no dejó a nadie satisfecho.
Los pashtún, por ejemplo, se sienten poco representados en él, el presidente saliente de la Alianza del Norte, el tajiko Burhanuddin Rabbani, cree que ha sido desautorizado, el general
Rashid Dostum, uzbeko, directamente no apoya a Karzai y los chiítas temen nuevas represiones en su contra.
En favor de Karzai está el deseo de paz, un objetivo que no será fácil lograr, de todos los afganos -entre 23 y 24 millones de personas- después de 23 años de guerras ininterrumpidas que provocaron 1,5 millones de muertos y 7 millones de refugiados.

Una dura tarea para el futuro gobierno

Perteneciente al clan popalzoi -de donde vienen casi todos los reyes afganos-, de la mayoritaria etnia pashtún, Hamid Karzai asumirá hoy el gobierno afgano con el objetivo de reinstitucionalizar un país sumido en guerras civiles y de invasión por más de 20 años.
Karzai enfrentará tres grandes desafíos: hacer viable un gobierno de treinta miembros procedentes de etnias enfrentadas en el pasado, reinstitucionalizar el país y romper al mismo tiempo un ciclo de más de dos décadas de violencia
Karzai formó parte del gobierno de la Alianza del Norte presidido por Burhunadin Rabbani como viceministro de Relaciones Exteriores durante dos años y apoyó luego el avance de la milicia islámica talibán..
"Como muchos mujahidines creí en los talibanes cuando aparecieron por primera vez en escena, en 1994, y prometieron poner fin a los señores de la guerra, establecer la ley y el orden y convocar una Loya Jirga para decidir quien gobernaría Afganistán", dijo Karzai
Sin embargo, descontento con el gobierno del mullah Omar y Osama Ben Laden comenzó a reorganizar la oposición en 1998.
Karzai forma parte de una nueva dirigencia política afgana, al igual que los tres hombres más importantes del futuro gabinete: Abdullah Abdullah (Exteriores), Yunis Qanuni (Interior) y Mohamad Qasim (Defensa).
Pero su administración deberá también convivir con poderosos señores de la guerra con intereses particulares, como el gobernador de Herat, Ismail Jan, y el de Mazar-i-Sharif, el uzbeko-afgano Rashid Dostum .

Un pashtún con llegada a Occidente

Pashtún, como la mayoría de los afganos, políglota y formado en Occidente, quienes lo conocen, dicen que Hamid Karzai, nuevo primer ministro afgano, se siente tan cómodo con traje y corbata como con turbante y túnica.
Quizá le sean útiles los consejos, las bendiciones o, incluso, la preciosa edición de El Corán encuadernada en piel verde que le regaló el rey afgano en el exilio, Mohamed Zahir Shah, al que visitó esta semana en un gesto que confirma su intención de implicar al monarca en la reconstrucción del país.
Karzai, un líder pashtún moderado de 44 años, llega al cargo de primer ministro afgano desde el campo de batalla de Kandahar, a pesar de que, hasta hace unos meses, nunca había tomado parte en una acción militar.
Durante la lucha contra la ocupación soviética (1979-1989), sirvió como asesor de los "muyahidin" y como diplomático. Tras la retirada de las tropas de la URSS, ocupó el viceministerio de Asuntos Exteriores, pero como muchos otros afganos se decepcionó ante la incapacidad de los "muyahidines" y luego de los Talibán.
Natural de Kandahar, feudo tradicional talibán, Karzai comenzó a reorganizar la oposición a la milicia integrista en 1998. Representante oficial del rey en el exilio, sus convicciones monárquicas tienen también una razón histórica, ya que casi todos los reyes afganos desde el siglo XVIII son de su clan, el popalzoi, desde 1747.
Tras los ataques del 11 de septiembre, Karzai sumó a su ofensiva opositora el apoyo de EE.UU. y Occidente. Casado y sin hijos, Karzai habla seis idiomas: pasto, dari, urdu, inglés, francés e hindi.

Foto: Afganos viajan para la asunción del nuevo jefe de gobierno , que se realizará hoy. Uno de estos convoyes fue atacado por error por aviones de EE.UU.

     
     
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