Jueves 20 de diciembre de 2001
 

En medio del caos y llamado por la Iglesia, se reanudó el diálogo

 
  En pleno estallido social, cuando numerosos supermercados eran saqueados, funcionarios del gobierno nacional, dirigentes empresarios, sindicales y de la oposición retomaron ayer el diálogo político en procura de alcanzar una concertación nacional con la Iglesia como eje convocante a través de Caritas.
La reunión se celebró en la sede de Caritas, en Balcarce 236, a menos de 200 metros de la Casa de Gobierno, y hasta allí llegó también el presidente Fernando De la Rúa, quien sufrió en carne propia el malestar social, al ser insultado al llegar y retirarse del lugar en automóvil, que fue atacado también con baldosas y patadas por manifestantes. "Poné huevos, De la Rúa"; "Andate, ladrón", fueron algunos de los gritos que recibió el jefe del Estado al llegar a Cáritas. Luego, al retirarse en medio de un tumulto, De la Rúa, rodeado por sus custodios, alcanzó a abordar el automóvil e instantes después uno de los manifestantes arrojó un trozo de baldosa contra el vehículo, que se alejaba a toda velocidad, mientras manifestantes proferían insultos de todo tipo.
A la convocatoria eclesiástica concurrieron además de De la Rúa, quien sólo participó un rato del encuentro, el jefe de Gabinete, el ministro del Interior, los gobernadores De la Sota y Angel Rozas (presidente de la UCR), los senadores Raúl Alfonsín y Eduardo Duhalde y el secretario general del PJ, Eduardo Bauzá, por la clase política.Otros funcionarios que tomaron parte del encuentro fueron el jefe de gobierno porteño, Aníbal Ibarra, el secretario general de Presidencia, Nicolás Gallo, el vocero gubernamental Juan Pablo Baylac.
A la mesa, que lideró el titular de Caritas, monseñor Jorge Cassaretto, también se sentaron los líderes de las centrales obreras, Rodolfo Daer y Hugo Moyano, y los titulares de la UIA, José Ignacio De Mendiguren, de la Sociedad Rural Argentina, Enrique Crotto, y de la Coordinadora de Actividades Mercantiles (CAME), Osvaldo Cornide.
Al cabo del cónclave, que se prolongó por algo más de tres horas en un clima de fuerte tensión social, Colombo informó que el intercambio de ideas resultó "positivo" y negó que en las conversaciones se haya pedido la renuncia de Cavallo, desmintiendo así una información que habría brindado poco antes el empresario Cornide.
"Nadie solicitó la renuncia del ministro Cavallo" aseveró Colombo, quien remarcó que "no está previsto" el alejamiento del funcionario.
Entre el nerviosismo de la custodia presidencial, las desmentidas y los saqueos, el presidente hacía gestos de minimizar el presente y ratificaba la convertibilidad,descartó una dolarización por considerar que traería "mayor rigidez", e insistió en la necesidad de avanzar en la "concertación" con los distintos sectores y poner las alternativas para salir de la crisis sobre la mesa de discusión en procura de "coincidencias".
Y en la sede de Cáritas un informe que pretendía hablar de la pobreza, indicaba, que al menos un 90 % de los argentinos desconfía de los partidos políticos, el Ejecutivo y el Congreso, mientras que el 85 % no está de acuerdo con el funcionamiento de la democracia en el país.
     
     
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