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Sharon no quiere ni obreros
"Permitir la entrada de esos trabajadores a Israel es un error", dijo Sharon a Ben Eliezer cuando este informó de su decisión ayer, domingo, en la reunión semanal del Consejo de Ministros.
La medida fue aprobada sin su conocimiento y sin su aprobación, se quejó Sharon, según fuentes del Gobierno, que al parecer no se ha manifestado sobre cuál será la decisión final.
El ministro de Defensa, uno de los representantes del Partido Laborista en la coalición de unidad nacional que preside Sharon, defendió su decisión diciendo que "no hay que destruir a la Autoridad Nacional Palestina" (ANP)", que depende en gran medida para sus finanzas de los ingresos de esos obreros, que llegaron a ser unos 120.000 antes de la actual "intifada" contra Israel.
Esta decisión, como la de permitir también el ingreso de 5.000 hombres de negocios de Gaza y Cisjordania, tiene por objeto dejar claro que el Gobierno de este país no está interesado en la desaparición de la ANP, con la que rompió esta semana Sharón afirmando que su presidente, Yasser Arafat, es "irrelevante".
La opinión del jefe del Gobierno fue respaldada por los ministros de la derecha nacionalista, sus aliados naturales, que abogan por una caída de la ANP y la deportación de Arafat, al que acusan de fomentar actividades terroristas contra el Estado israelí.
Para Ben Eliezer, la entrada de esos trabajadores, de quienes se calcula que "cada uno alimenta a diez parientes", aliviaría la penosa situación de miles de familias por falta de trabajo.
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