Jueves 13 de diciembre de 2001
 

Bush deja el tratado antimisiles nucleares

  El presidente ratificó su decisión ante el Senado estadounidense. Dijo que es una "reliquia" que traba el plan de un escudo espacial. Los demócratas temen que se inicie una carrera armamentista con Rusia.
  Washington (EFE).- La decisión del presidente George W. Bush de abandonar el tratado ABM supone una apuesta definitiva por el polémico proyecto de defensa antimisiles, pese a la oposición firme de Rusia, de los aliados y de destacados líderes del Senado.
La Casa Blanca informó ayer al líder de la mayoría del Senado, el demócrata Tom Daschle, de que planea abandonar el Tratado de Misiles Antibalísticos (ABM) que firmó en 1972 con la Unión Soviética y que expresamente prohíbe el despliegue de sistemas de defensa antimisiles, así como los experimentos con ese armamento.
El senador demócrata por Dakota del Sur dijo que Bush les anunció ayer su decisión durante una reunión con los líderes del Congreso. Daschle expresó la oposición de su grupo y señaló que el Senado está revisando las opciones legales de que dispone ante esa inminente decisión.
"Creo que en esto el Senado tiene algo que decir (...). Lamento que Rusia haya conocido la decisión antes que los líderes del Congreso. Es desafortunado que un asunto de este nivel no haya sido evaluado de forma más completa y cuidadosa ante la importancia que tiene para la política exterior", dijo Daschle.
Asimismo consideró que, aunque "ésa es la elección del presidente y por el momento tenemos que aceptarla (...), no es una buena idea", además de que "sería un verdadero revés para la defensa de EE. UU. y para su política exterior".
Fuentes oficiales dijeron el martes que la Casa Blanca podría hacer oficial ese anuncio hoy, después de meses de negociaciones con Moscú sin resultados aparentes.
El retiro formal de EE. UU. se produciría a mediados del año próximo ya que una de las cláusulas del tratado estipula que Washington o Moscú deben notificarse con un mínimo de seis meses de antelación.
Bush, que ya comunicó al presidente ruso, Vladimir Putin, en octubre pasado su intención de salirse del pacto a principios de 2002, lleva meses diciendo que el ABM es una reliquia de la "guerra fría" y que EEUU necesita un sistema de defensa antimisiles (NMD) para responder a eventuales ataques de países "hostiles" como Corea del Norte, Irak o Irán.
A la decisión formal de Estados Unidos de retirarse de ese pacto, considerado como la piedra angular del régimen internacional de control de armas y de las relaciones en materia nuclear entre Washington y Moscú, se opondrá Rusia, al igual que los aliados europeos de la OTAN y los demócratas del Congreso.
"El abandono unilateral del tratado ABM es un serio error. La Administración todavía no ha ofrecido una explicación convincente de por qué se necesita un sistema de misiles que echará por la borda un tratado que ha ayudado a la paz en los últimos 30 años", dijo Joseph Biden, senador demócrata y presidente del comité de Relaciones Exteriores de la cámara alta.
Aunque Washington afirma que sólo quiere desarrollar el NMD para defenderse de un ataque limitado de "países hostiles" o grupos terroristas, Rusia ha dicho que una decisión unilateral por parte de EEUU podría desatar una nueva carrera nuclear. "El presidente ha defendido en muchas ocasiones que cree firmemente en que la mejor manera de promover la paz es superar el tratado ABM", afirmó el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer. Además, Bush considera que los atentados terroristas de hace tres meses refuerzan la necesidad de construir un escudo antimisiles.
Para expertos y analistas, una retirada unilateral del ABM arriesga no sólo la aparente buena marcha de las relaciones entre EEUU y Rusia, sino también con los aliados, además de con China, y pone en peligro el cumplimiento de otros acuerdos militares.
Uno de esos pactos en peligro es el Tratado START II para la reducción de armas estratégicas, firmado en 1993 y que pretende, antes de 2003, rebajar los misiles con ojivas nucleares de EEUU y Rusia a entre 3.000 y 3.500. El ministro ruso de Defensa, Sergei Ivanov, informó que Moscú no cumplirá ese tratado a menos que el Senado de EEUU apruebe una ampliación hasta 2007 para la reducción de esos arsenales.
La segunda lectura de muchos expertos es que la inminente decisión de Bush es una victoria para el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y el ala más derechista del Gobierno, que respalda la creación de ese escudo antimisiles frente a la moderación de Powell, que intenta que Rusia diera el visto bueno a los experimentos del NMD sin que EEUU se saliera del ABM.

Moscú no mostró sorpresa

Moscú (EFE).- Rusia recibió sin sorpresa ni aspavientos la decisión de Estados Unidos de abandonar el Tratado contra Misiles Balísticos ABM conocida ayer en medio de la primavera de relaciones Moscú-Washington, activada por los atentados del 11 de septiembre.
El Kremlin se tomó con tranquilidad la noticia, aunque opinó que la decisión adelantada por la Casa Blanca es "inapropiada" por dejar en "situación incómoda" al presidente ruso, Vladímir Putin, de cara a los "halcones" del Ejército de Rusia.
Moscú "no dramatiza" la decisión de EEUU de iniciar el 13 de diciembre el abandono del ABM", firmado por Moscú y Washington en 1972, dijeron fuentes diplomáticas rusas sobre el anuncio hecho por la Casa Blanca.
Pero la esencia del problema para Rusia la definió con claridad Alexandr Golts, observador militar de semanario "Yezhenedielni Zhurnal", al recordar que el ABM era el documento internacional que permitía a Moscú hablar "de tú a tú" con Washington.
Según Golts, "la salida de Washington del ABM no altera la capacidad de nuestro país para una respuesta nuclear", pero " Rusia pierde el estatus de estado capaz de destruir a Estados Unidos".

Se abre la renegociación de los acuerdos de la Guerra Fría

Rusia admitió ayer el derecho de Estados Unidos a renunciar al ABM, precisando que ahora, para evitar una carrera de rearme, hace falta definir el tratado sobre armas estratégicas que debería ser la premisa de un acuerdo global sobre la estabilidad estratégica.
Actualmente está en vigencia el acuerdo Star-1, sobre cuya base Moscú redujo a 5.518 las cabezas nucleares, y Estados Unidos a poco menos de 7.000.
Ambas partes también firmaron el Start-2, que debe entrar en vigencia en el 2005, y que prevé entre 3.000 y 3.500 cabezas, pero que no fue ratificado por el gobierno norteamericano. El Kremlin propuso ir más allá del Start-2, reduciendo a 1.500 las cabezas. Bush indicó en 1.700-2000 su techo.
Según Moscú, la reducción nuclear servirá para evitar una carrera al rearme que seguiría al abandono del ABM. Y propuso a Powell un nuevo tratado con rígidos controles. Esto porque cuando las cabezas son cortadas no necesariamente son destruidas, y según el Kremlin hay que hacerlo.
Pero un acuerdo sobre las armas nucleares no es suficiente para Rusia, porque el fin del ABM y el escudo llevarían a un desequilibrio estratégico a favor de Estados Unidos, y obligarían a Rusia a rearmarse, con consecuencias para su presupuesto. Por eso anunció una "respuesta adecuada".
Tal respuesta, indicó el presidente de la Comisión de Exteriores de la Duma, Dimitri Rogozin, consistirá en montar cabezas múltiples Mirv para aumentar la capacidad de reacción sin tener que aumentar la cantidad de vectores. Los Mirv serían una violación del Start-2, pero Moscú ya dijo que puesto que Estados Unidos aún no ratificó ese acuerdo se considera libre de todo compromiso. (ANSA)
     
     
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación