Miércoles 12 de diciembre de 2001

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La concertación se puso en marcha, pero con disonancias

 

La Iglesia define su rol en la convocatoria

  Analizan ser garantes del diálogo político que se busca encauzar
  La veintena de obispos que conforman la Comisión Permanente del Episcopado definirán, hoy y pasado mañana, el rol y competencia que le cabe a la Iglesia en la convocatoria gubernamental a la concertación social para superar la crisis económico-financiera que sacude al país.
Además podrían recibir, durante las dos jornadas de deliberaciones en la sede de Suipacha 1034, a distintos actores sociales con el objetivo de pautar algunas condiciones para avanzar en el diálogo político institucional.
Si bien no lo dicen oficialmente, voceros del cuerpo colegiado -que encabeza monseñor Estanislao Karlic (Paraná)- admitieron que ya habían recibido pedidos de reunión por parte de Hugo Moyano, titular de la CGT disidente, y de representantes del empresariado y la banca.
La fuente nada comentó, sin embargo, sobre posibles contactos con representantes del gobierno ni sobre cual será la postura que adoptará el Episcopado frente a las recientes medida de congelar los depósitos.
Tampoco si el organismo actuará como "garante" o "testigo" del diálogo multisectorial propuesta por el presidente Fernando De la Rúa, como se lo han solicitado de diversos sectores.
En tanto, el Episcopado se vio obligado a desmentir "categóricamente" que le haya pedido a los dirigentes sindicales que suspendan el paro del jueves si pretendían participar de la mesa del consenso, a pesar de que sus miembros consideren que la medida de fuerza es "inoportuna".
Lo cierto es que los representantes eclesiásticos caminan con pie de plomo frente a la convocatoria, para no quedar "encerrados" en los intereses partidarios y sectoriales tan frecuentes.
Tal como lo especificó ayer monseñor Carmelo Giaquinta (Resistencia), cuando condicionó la participación de la Iglesia en el diálogo político a la "voluntad de cambio moral en los principales actores de la sociedad" y cimentarlo sobre "bases éticas sólidas". Sin embargo, los obispos están convencidos -según reconocen- que la urgencia del momento requiere "gestos históricos" por parte de toda la dirigencia, incluso de la religiosa.
Por eso no se descarta que la actitud de los hombres de Iglesia vaya más allá de un simple ofrecimiento de los "ámbitos" para que las partes se encuentren a debatir los grandes temas nacionales, y alcanzar acuerdos básicos en pro del bien común. (DyN)
     
     
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