Miércoles 12 de diciembre de 2001 | ||
MAS INFORMACION Cavallo volvió a atacar a las provincias por subir el gasto público |
Sellan una insólita alianza |
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De la Rúa, Menem y Cavallo triangulan en función de sus necesidades | ||
Buenos Aires (ABA).- En una laguna negra, en cuyas profundidades se agitan los monstruos llamados default y devaluación y decenas de versiones terminales, se selló ayer una alianza insólita entre el presidente De la Rúa, su antecesor, Carlos Menem, y el ministro de entonces y de ahora, Cavallo. "Quiero volver al poder en el 2003 y, si no llego, aparecerá un tapado", les dijo hace dos noches el riojano a miembros del Consejo Empresario Argentino. En su mente tiene varios nombres, entre ellos los del santafesino Carlos Reutemann, el menos afectado por las esquirlas que alcanzan a la clase política, y el actual titular de Boca, Mauricio Macri. "Estoy en el medio del área y todos juegan para mí. Me viene la pelota y yo tendré que definir", fue la metáfora que utilizó. La triangulación entre De la Rúa, Menem y Cavallo es constante en estas horas aciagas. Por lo general, es directa, aunque a veces usan intermediarios. El motonauta Daniel Scioli es un puente confiable entre dirigentes ladinos que se elogian y atacan al mismo tiempo. Por ejemplo, cuando Menem declaró que en este contexto la dolarización que él tanto pregonó "no es posible", recibió un llamado instantáneo de "Mingo". "No digas eso, por favor, estás diciendo que no hay guita en el Banco Central", lo alertó Cavallo. Y confirmando los acuerdos en marcha, Menem retornó a su discurso original y señaló que "es preferible la dolarización". Su asesor económico, Roque Fernández, confió a esta agencia que en realidad el riojano no está en condiciones de ofrecer hoy un plan alternativo. "Hay mucho marketing, pero poca esencia. No veo a nadie creíble para reemplazar a Cavallo", sorprendió. Es que en la víspera continuaron los trascendidos y se hablaba de Daniel Marx como sustituto en el Palacio de Hacienda. En la Rosada se admitió ante "Río Negro" que un cambio en Economía sería el paso previo a la devaluación y que el ejecutor de esa medida actuaría de un mero "fusible". El consenso político que tanto cuesta alcanzar, sumado a nocivas apuestas (¿llega De la Rúa o no al 2003?), tuvo otro matiz original: la visita de Menem al jefe del Ejército, Ricardo Brinzoni. Un vocero del ministro Horacio Jaunarena, minimizó el encuentro. "Es oportuno y está enmarcado en el diálogo institucional", dijo enigmático. Pero sectores menemistas moderados manejaron tres hipótesis: • Ni bien dejó su arresto domiciliario, Menem había visitado al general Balza, preocupado por la suerte de ambos en la causa por el contrabando de armas que sigue su curso. Con Brinzoni consideró la forma de darle un corte a este tema. • Se interesó por las penurias económicas de los uniformados y dio una señal a la sociedad: mientras una parte del arco partidario se encarga de recibir al juez español Baltasar Garzón, él se solidariza con las Fuerzas Armadas. • Ante el cuadro social conflictivo que se aproxima, manifestó que es necesario impedir desbordes que puedan ocasionar ataques a empresas y bancos. |
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