Miércoles 12 de diciembre de 2001
 

Chávez amenaza con "apretar tuercas"

  El presidente venezolano descartó ayer cualquier posibilidad de diálogo con las "cúpulas corruptas" del empresariado y de los sindicatos tras el exitoso paro del lunes. Chávez insistió en la sanción de las leyes de reforma económica en un acto junto a Fidel Castro. Por otra parte, la oposición se une y promete acciones.
  CARACAS (Reuters).- La exitosa protesta de empresarios y sindicatos que paralizó a Venezuela fue sólo el primer paso de un incremento de la presión contra el presidente Hugo Chávez, dijeron ayer analistas y opositores, mientras el gobierno amenazó con "apretar algunas tuercas".
La mayoría de las tiendas, bancos y negocios fueron cerrados por 12 horas el lunes, y la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) debió apelar a planes de contingencia para suplir a los trabajadores ausentes y mantener su producción.
La mayor organización empresarial del país, Fedecámaras, dijo tras la protesta que esperaba que Chávez acceda a modificar algunas de las 49 leyes que aprobó recientemente y fueron motivo de la movilización. Chávez, electo con abrumadora mayoría en 1998 prometiendo justicia social para la mayoría pobre de los 24 millones de venezolanos, insiste en que las leyes son "vitales" para sus proyectos, y ha calificado de "insensatos" y "egoístas" los reclamos de empresarios y sindicatos.
Agregó que el paro fue derrotado por sus partidarios en dos masivos actos públicos, y reiteró su negativa a dialogar con "cúpulas corruptas" que no considera representativas, y que además "están conspirando" contra su gobierno. Amenazó además con "apretarles las tuercas" a sus opositores, para impedir el "bochinche".
Por su parte, Fedecámaras dijo que planea más acciones, incluyendo la petición de anular varias leyes por "inconstitucionales" e "intervencionistas", mientras la mayor central sindical del país abrió la posibilidad de nuevas protestas.
El presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), Carlos Ortega, dijo que "si no se nos escucha en los planteamientos que nosotros estamos presentando en relación a estas leyes, irreversiblemente esto va a conducir a un gran conflicto nacional en el sector laboral".
Chávez respondió a la críticas promulgando ayer en la bahía de Pampatar (Isla de Margarita) la nueva Ley de Pesca y Acuicultura, rechazada al igual que la Ley de Tierras por la patronal "Fedecámaras".
En el acto de promulgación estuvieron presentes el presidente de Cuba, Fidel Castro, a quien Chávez llamó "hermano y compañero revolucionario", y el vicepresidente de Nicaragua, Leopoldo Navarro, que asisten a la III Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe. Chávez aprovechó la ocasión para arremeter contra el proyecto del Area Económica para América Latina (ALCA) que impulsa EE.UU.

Rumbo a la confrontación directa

Las confrontaciones generadas por la protesta, considerada como el mayor desafío político a Chávez en sus tres años de gobierno, apenas ha comenzado, dijeron analistas.
El "éxito evidente" del paro, dijo el analista político Luis Vicente León, fortaleció a la oposición y podría provocar una aceleración de los enfrentamientos "La oposición ya no quiere que el presidente cambie (...) ahora lo que quiere es cambiar al presidente. No hay ningún campo para una negociación espontánea", dijo León, director de la encuestadora Datanálisis.
Las encuestas más recientes muestran que la popularidad de Chávez ha descendido desde los elevados niveles de 80% principios de su gobierno, aunque aún cuenta con un importante respaldo popular de entre un 45 y 50 %.
Alberto Garrido, autor del libro "Historia secreta de la Revolución Bolivariana", coincidió en que "el día 10 se cerró la etapa pacífica y democrática", y dijo que el mandatario, un militar retirado que ha puesto su confianza en la Fuerza Armada, tampoco está dispuesto a dialogar. El martes, "el llamado del presidente fue a endurecer, no a dialogar", opinó. Chávez insistió en que su "revolución pacífica" a favor de los pobres del país de 24 millones de habitantes cuenta con el respaldo de los militares.

Brasil desconfía de la "vía rápida" de Bush

BRASILIA (Reuters).- A medida que el Congreso de Estados Unidos se acerca a la aprobación final de un proyecto de ley que dará mayor autoridad al presidente para negociar acuerdos comerciales, aumenta la oposición entre los poderosos productores de materias primas de Brasil.
Durante años, Brasil, la mayor economía de Latinoamérica, ha dicho que el Congreso de Estados Unidos debía dar al presidente de ese país la autoridad de la "vía rápida" para negociar acuerdos comerciales con otros países.
La semana pasada, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el proyecto que otorga el poder comercial al presidente y que ahora está en consideración en el Senado.
Pero la respuesta a esta aprobación por parte del presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, fue mesurada, ya que dijo que ciertas condiciones que incluyeron los legisladores en el proyecto "si se toman literalmente", implican que no existiría una Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), de 34 países.
De esta forma, Cardoso objetó algunas condiciones incluidas en el proyecto que impiden que el presidente estadounidense recorte aranceles a las importaciones de algunas materias primas sin la aprobación del Congreso.
Ello irritó a los productores brasileños de sectores como el azúcar, el acero y el jugo de naranja, que se quejan de las barreras que enfrentan para ingresar en el mercado estadounidense.
Los comentarios de Cardoso reflejaron las exigencias crecientes del poderoso sector agrícola brasileño. Brasil es uno de los principales productores agrícolas del mundo, líder en café, azúcar y jugo de naranja, y número dos en soja. El sector agrícola representa 40% de las exportaciones brasileñas. "Yo elogio la rápida reacción del presidente" Cardoso, dijo Luis Hafers, presidente de la Sociedad Rural Brasileña. "De repente descubrieron que somos extremadamente eficientes, he escuchado reclamos de agricultores estadounidenses que están preocupados por nuestra competencia".
En 1994, los mandatarios de América y el Caribe acordaron completar en el 2005 las negociaciones para crear un mercado único desde Canadá hasta Argentina.

     
     
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