Viernes 7 de diciembre de 2001
 

Apuran el diálogo para concretar la concertación

  El freno del desembolso de fondos del FMI obligó a retomar las negociaciones políticas.
  BUENOS AIRES (DyN).- Shockeado por la negativa del FMI de desembolsar los 1.264 millones previstos para este mes, el gobierno inició una urgente ronda de diálogo con importantes dirigentes políticos con el propósito de buscar un consenso básico que derive en la pretendida "concertación nacional".
El apuro para retomar las conversaciones, que hace unas semanas se había paralizado, se originó en la decisión del FMI respecto de que no girará los fondos previstos con lo que puso contra las cuer-das a la administración de Fernando De la Rúa en materia financiera.
De la Rúa recibió al gobernador cordobés y uno de los presidenciables peronista, José Manuel De la Sota, y al mandatario chaqueño y titular del radicalismo, Angel Rozas, al que se sumó el jefe de gobierno porteño, el frepasista Aníbal Ibarra.
Paralelamente, el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, fue anfitrión de otro de los dirigentes peronistas más respetados por el gobierno, el gobernador de Santa Fe, Carlos Reutemann, y por la tarde se especulaba con la posibilidad del jefe de Estado se reuniera con los conductores de los partidos con representación parlamentaria, entre los que se mencionaba a Carlos Menem.
En el transcurso de esos diálogos tomó fuerza el interés demostrado por figuras radicales y justicialistas para que sea la Iglesia Católica el núcleo convocante de la concertación que incluya a las fuerzas políticas, los empresarios y los sindicalistas.
El secretario general de la Presidencia de la Nación Nicolás Gallo no descarta reunirse en las próximas horas con los titulares de los partidos con representación parlamentaria para analizar la difícil situación planteada luego de que el Fondo Monetario anunciara que no hará el desembolso previsto para la Argentina.
El primero en dar muy temprano la primera puntada en pos de hacer efectiva una "unión nacional" fue el senador electo y ex presidente Raúl Alfonsín quien ante las cámaras de televisión renovó esa pretensión y consideró también que para obtener buenos resultados se debería contar con el apoyo espiritual de la Iglesia.
Mientras Alfonsín se refería a la importancia de un "pacto patriótico" por diez años, De la Rúa se entrevistaba con De la Sota y Rozas se encontraba con el titular de la Unión Industrial Argentina, Ignacio de Mendiguren, antes de concurrir a la Casa Rosada.
De la Sota insistió en que el peronismo garantizará "la gobernabilidad" y está dispuesto a "apoyar" al poder central en los puntos necesarios para lograr coincidencias.
El mandatario cordobés expresó que "siempre que el presidente nos convoca para discutir temas importantes para el país, no vamos a dejar de concurrir", con lo que descartó que el PJ pueda darle la espalda a una convocatoria de De la Rúa.
A su turno, el gobernador bonaerense, Carlos Ruckauf, sentenció que el "tema central" que debe analizar la dirigencia política "no cómo se reemplaza al presidente sino cómo se hace para que el presidente gobierne. Esto debería ser parte del diálogo entre justicialistas y radicales y no discutir personas, sino qué país queremos", añadió.

Contra los cambios en la ley de Acefalía

BUENOS AIRES (DyN)- El presunto intento de promover una salida presidencial anticipada, a través de la modificación de la Ley de Acefalía, recibió el rechazo de oficialistas y opositores, incluidos Carlos Menem y los gobernadores Carlos Ruckauf y José Manuel de la Sota.
Dos de los principales referentes del radicalis-mo, su actual titular Angel Rozas y su antecesor, Raúl Alfonsín, coincidieron en calificar de "disparate" la propuesta, mientras el gobierno salió a desmentir una ola de versiones sobre renuncias que alcanzaron al mismo Fernando De la Rúa.
La eventual modificación de la ley de acefalía se tocó antenoche en una reunión que tuvieron gobernadores y referentes legislativos del PJ, se abordó desde el supuesto de que la crisis se siga profundizando, ya que en el justicialismo prima la idea de que el Congreso "ayude" y no entorpezca la labor del Ejecutivo.
Hace un par de meses, el diputado delasotista Eduardo Di Cola presentó un proyecto que deroga la actual legislación de sucesión presidencial y fija un mecanismo para que la elección de un nuevo jefe del Estado, en los siguientes 90 días de la acefalía con ley de lemas, ya que no habría tiempo de hacer las internas partidarias.
El ex presidente Menem, según consignó el diputado Daniel Scioli, también se manifestó en contra de discutir una modificación de la ley de acefalía por estimar que "no es momento de abrir la discusión sobre este tema porque va a generar más incertidumbre y desconfianza".
Scioli reveló que el actual jefe del PJ sostiene que el papel del peronismo "tiene que ser el de respaldar las instituciones y la gobernabilidad y avanzar rápidamente en la dolarización".

Accavallo y Larreguy reniegan de la posibilidad de un golpe institucional

BUENOS AIRES (ABA).- A pesar de que uno pertenece al partido de gobierno y el otro al opositor, tienen más coincidencias que diferencias: reniegan contra la idea de golpe institucional que se instauró a partir del ascenso del justicialismo a la presidencia de las Cámaras alta y baja, creen que es necesario un cambio de modelo y confían en que el consenso político es una de las principales herramientas para salir de la crisis.
Ambos son los flamantes representantes de la provincia de Río Negro en la Cámara de Diputados, y un día después de prestar juramento aceptaron de buena gana la propuesta de "Río Negro" para debatir sobre la situación institucional del país.
-¿Hubo un golpe institucional?
J.A.- No comparto esa idea. Aunque creo que en el Senado, el PJ tendría que haber respetado la línea de la sucesión presidencial. Pero lo que pasó en Diputados respondió a la tradición de la Cámara: se respetó, de manera por demás democrática, que la primera minoría obtenga la presidencia y vicepresidencia primera.
C.L.- Es muy errada la visión golpista. La lectura de las elecciones del 14 de octubre nos obligó a asumir la responsabilidad de tomar la presidencia del Senado y de aceptar la de Diputados. Y lo hicimos a sabiendas de que entramos en un camino muy angosto donde podemos recibir muchos golpes.
-¿Si existe un partido gobernante y otro partido que maneja el Poder Legislativo, hay un cogobierno en los hechos?
J.A.- Yo no lo definiría como un cogobierno, pero sí creo que el justicialismo tendrá a partir de ahora mayor responsabilidad y deberá tener mayor equilibrio político en las decisiones para no entorpecer la gobernabilidad. La gravedad de los problemas del país exige una concertación económica, política y social. Y debemos estar dispuestos a concretarla más allá de los colores partidarios.
C.L.- No es un cogobierno por el hecho de que esa figura no existe ni en la ley ni en la práctica. Tenemos una responsabilidad que reconocemos como propia, pero nosotros como partido vamos a acompañar y a buscar el cambio, y no a gobernar.
-¿Hoy es más fácil ser opositor que ser del partido gobernante?
J.A.- Ser oposición es sin dudas una posición más cómoda. Creo que el momento exige no una oposición liviana u oportunista, sino una que trabaje en búsqueda de consensos para superar la crisis. Esperemos que prime el justicialismo de la racionalidad, que se hace cargo de la situación política y económica del país y que hace su esfuerzo para que al gobierno le vaya bien.
-C.L.- Ser oposición en la situación en la que se encuentra el justicialismo ahora no es nada fácil: con el control de las dos Cámaras, nuestra responsabilidad es mayor que la que nunca jamás tuvo ningún opositor antes. Eso es un hecho, y nosotros queremos que el presidente cumpla su mandato.
-¿Cómo ven el pago de haberes con Lecop en la región?
J.A.- Uno pretende que los trabajadores estatales cobren sus sueldos en pesos, que es lo que corresponde. Ahora, también hay que entender la realidad de nuestra provincia, que está altamente endeudada. El gobierno no tiene recursos y se verá obligado a pagar con bonos. No es cómo debería ser, pero no existen demasiadas alternativas.
C.L.-El pago en bonos debe ser rechazado. Es una mala política apretar a las provincias con la reducción de la coparticipación cuando el cumplimiento de los pactos fiscales debería haber tenido el mismo nivel de tratamiento que el de la deuda externa. Es decir: cumplir a rajatabla con lo que estaba pactado, y del modo en que estaba pactado.
     
     
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