Domingo 30 de diciembre de 2001

 

Preso a sólo un día de quedar en libertad

 

Un joven cosechó la quinta condena en un año por circular con armas y droga

  SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Un joven delincuente de 23 años, oriundo de la ciudad bonaerense de Avellaneda, cosechó su quinta condena en poco más de un año y agregó a su historia el récord de haber gozado de un sólo día de libertad luego de cumplir la última sentencia.
Los jueces de la Cámara Segunda del Crimen acaban de condenar a dos meses de prisión efectiva a Federico Fabián Oceno por el robo que cometió junto con su hermano en la madrugada del 2 de julio de 1999 en un comercio ubicado en el kilómetro 4.600 de la avenida Bustillo. En esa ocasión robaron ropas, bebidas, comestibles y aparatos electrónicos, pero fueron detenidos a pocas cuadras del lugar por una patrulla de la comisaría 27, con las cosas en su poder. Tanto el fiscal como los jueces lo beneficiaron al calificar el hecho como robo en grado de tentativa y le otorgaron la libertad en forma inmediata, pero un día después cayó preso junto a otros seis jóvenes, cuando la policía revisó el auto en que circulaba y encontró dos armas de guerra y drogas.
Un mes antes, el colapso de la alcaidía y a la dificultad para ganarse el sustento alegada por el imputado influyeron para que los jueces de esa misma Cámara le impusieran una pena de sólo un mes de prisión a Oceno, pese a que ya registraba tres condenas por delitos similares.
El hecho que le imputaron a Federico Oceno en esa ocasión ocurrió el pasado 18 de agosto por la tarde en una vivienda ubicada en Quinchahuala y Los Grillos, en el kilómetro 6 de la avenida Bustillo, domicilio de Fernando Telpuk.
Aprovechando la ausencia de los ocupantes, Oceno forzó la puerta de acceso a la casa y cargó en un bolso camperas, discos compactos, una video grabadora, una cámara fotográfica y un equipo de música con sus parlantes, entre otros efectos de valor.
Sin embargo, una vecina observó el ingreso del sospechoso y llamó a la comisaría de Melipal. Los uniformados llegaron cuando Oceno se retiraba portando un bolso de gran tamaño, pero la vecina que denunció el hecho lo reconoció y lo señaló sin dudar.
Al verse sorprendido, Oceno abandonó el bolso, corrió en dirección al lago y se internó en las frías aguas del Nahuel Huapi, para entregarse momentos después a los policías que lo esperaban pacientemente en la orilla.
Oceno tenía una condena por el robo cometido en otra vivienda desocupada en junio de 1999, y otra por un asalto en el que fingió tener un arma para despojar de dinero a una comerciante. Obtuvo la libertad pese a que tiene pendientes causas en las que también podría recaer condena efectiva, pero los jueces lo liberaron porque no lo consideran peligroso y por la situación de la alcaidía.
   
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