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Viernes 28 de diciembre de 2001 | |
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Las redes de prostitución infantil crecen en Chubut |
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Son explotados por mayores, en algunos casos familiares. Una investigación de Telenoche detectó casos concretos. Algunos pequeños son golpeados y sometidos antes de "trabajar". |
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| SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La prostitución infantil es un fenómeno en crecimiento en todo el país y encuentra alimento en la multiplicación de la pobreza y de la crisis de los lazos familiares. Así lo documentó un informe difundido el miércoles por el programa Telenoche Investiga, de Canal 13 de Buenos Aires, que registró casos concretos de explotación sexual de menores en el Chaco y en Chubut. La denuncia incluye reveladores testimonios logrados con cámara oculta que demuestran la existencia de vastas redes dedicadas a lucrar con la prostitución, favorecidos además por la laxitud de los controles policiales y judiciales. Alterando los nombres por razones legales, la investigación narra casos como el de Camila, una chica de 15 años que empezó pidiendo monedas a los 8 y dos años después -a sugerencia de una amiga- se prostituyó por primera vez. Parecido drama vivieron las hermanas chaqueñas Agustina y Candela que, según Telenoche Investiga, son explotadas por su propia abuela, Juana Petcoff. El aberrante negocio aparece descripto también en detalle en la figura de proxenetas como Aldo Nenin Navarro y Santiago Rial (alias "Yogui"). Este último tiene un departamento en Puerto Madryn que "cada noche se convierte en un burdel de sexo infantil", relatan los investigadores. Señalan también que cobra 100 pesos por cada servicio sexual, que aumenta en temporada de pesca, cuando los clientes en su mayoría son trabajadores extranjeros. "Yogui" Rial aparece grabado reconociendo que él mismo inicia a las niñas en las prácticas sexuales y las "entrena" para trabajar. Nenin Navarro, por su parte, se dedica a la misma actividad en Roque Sáenz Peña (Chaco) y tiene también antecedentes como traficante de menores, es decir de haber "vendido" chicos a otros explotadores de Córdoba o Buenos Aires. Con absoluta impunidad reconoce tener un "plantelcito de cachorronas" y también de mantener buena relación con la policía a cambio de "10 ó 20 pesos para la nafta". Una de las niñas ofrece también su doloroso testimonio: "Hay tipos que te llevan y no te quieren pagar después. Te hacen miles de cosas y si les querés decir algo o levantar la voz te quieren pegar". El informe sostiene que la explotación sexual no discrimina entre sexos (la oferta también incluye varones) y que muchas veces los chicos son empujados a la prostitución por sus propios familiares. Cuando caen en manos de un proxeneta, las menores suelen ser encerradas, golpeadas y violadas durante varios días, antes de empezar a "trabajar". Luego les resulta casi imposible pedir ayuda, por la dependencia que padecen. De manera inevitable, la explotación mezcla en casi todos los casos el sexo, la violencia y las drogas. Según un informe de la ONU, Argentina integra junto con Chile, Brasil, Sri Lanka y Cuba, la lista de países con mayor explotación sexual en el mundo. En 1997 había en Buenos Aires unas 10 mil mujeres que ejercían la prostitución y cerca del 40 por ciento se inició con menos de 18 años. Otras referencias alarmantes difundidas por el programa indican que el turismo sexual mueve en el mundo unos 5 mil millones de dólares por año. |
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