Miércoles 26 de diciembre de 2001

 

Asesinaron por error a un joven de varias puñaladas

 

Un grupo de jóvenes violentos golpearon a un muchacho de 18 años con un ladrillo. Quedó tendido en el suelo y le aplicaron entre siete y nueve puñaladas. Al parecer, los agresores confundieron a la víctima. Fue ayer en Cinco Saltos.

  CINCO SALTOS (ACS).- Un violento episodio terminó con la vida de un muchacho de 18 años, quien recibió entre siete y nueve puñaladas. Sin embargo, los agresores habrían confundido a la víctima, y recién se dieron cuenta del error cuando el hecho ya se había consumado.
El ataque ocurrió ayer a la madrugada en el barrio Santa Isabel de Cinco Saltos.
Ayer la policía había logrado dar con uno de los presuntos agresores, en tanto que por la tarde se especulaba como inminente la captura de otra persona que habría participado del homicidio.
El asesinato ocurrió en la calle Mendoza, a una cuadra del canal de riego, en la vivienda de la familia Villugrón. El dueño de casa, Ricardo Villugrón de 30 años, explicó que a las 4.30 de la madrugada unas seis personas ingresaron a su patio interno en busca de una tercera persona "con la que tendrían problemas".
Dos horas después regresaron dos del mismo grupo, y le gritaban a su cuñado, Roberto Puñuñanco -de 25 años- que saliera. "El no quería salir porque seguro que lo buscaban para hacerle algo", dijo el dueño de casa.
Aparentemente mientras continuaban los gritos y las escaramuzas de los agresores para sacar al joven de la casa, una mujer fue en busca de ayuda y fue así que llegó al lugar Luis Bautista Puñuñanco -de 18 años- en defensa de su hermano.
Sólo alcanzó a entrar y preguntar qué pasaba cuando recibió un certero ladrillazo en la cabeza que lo habría tumbado al lado de un árbol del patio. Y mientras permanecía allí sin reaccionar "le dieron unas seis puñaladas. Seguro que le taparon la boca porque nosotros no escuchamos gritos", dijo el dueño de casa.
Según se informó desde el hospital, el joven recibió entre siete y nueve puñaladas en la cabeza y en el tórax, en tanto habría ingresado agonizante al nosocomio sin que las prácticas médicas pudieran revertir la muerte.
Los agresores eran conocidos en el barrio, donde tienen familiares directos, pero serían de Bahía Blanca. Según las especulaciones, confundieron a los hermanos Puñuñanco con otra persona con la que tendrían alguna "cuenta pendiente", se indicó.
"Yo me desperté y me quedé tranquilo porque no tenía nada a la mano y sino seguro que era boleta. Pero el problema fue con otros pibes, se confundieron porque no andaban bien", dijo Villugrón para explicar la tragedia. Mientras algunas versiones indicaron que los agresores estaban ebrios, no pocos especularon que tal vez se encontrarían bajo los efectos de tóxicos.
Los agresores no sólo estaban armados con cuchillos, sino que también exhibieron armas de fuego. La policía fue alertada del hecho cuando la víctima llegó al hospital en tanto que los patrullajes por el barrio lograron dar con uno de los presuntos partícipes del asesinato, mientras que por la tarde se llevaban a cabo procedimientos para dar con el segundo sospechado de haber participado del crimen.
La víctima tenía un hijo de cuatro meses.

Los familiares destrozaron el hospital

CINCO SALTOS (ACS).- "El joven llegó agonizante, prácticamente no había nada por hacer", indicó personal médico del hospital al tiempo que detallaron que en cuanto se les informó a los familiares y amigo que había fallecido, comenzaron los destrozos en el nosocomio.
Las médicas y enfermeras de guardia sólo atinaron a encerrarse y "dejar que rompieran, porque los amigos o familiares venían armados con cuchillos y no sé si también tenían algún arma de fuego", detallaron.
Cuando Luis Bautista Puñuñanco murió a raíz de unas nueve puñaladas, quienes lo llevaron al hospital destrozaron puertas, vidrios de la guardia, y la zona de acceso al área de internación.
Los trabajadores del hospital aseguraron que se llamó a la comisaría Séptima, pero se les informó que estaban en otros operativos y no podían ir. Para cuando llegaron los agentes, los familiares y amigos se habían retirado y el área de guardia estaba destrozada. "Muchas veces nosotros pedimos una custodia para los fines de semana porque estas cosas ocurren vuelta a vuelta. Cuando ocurren estas cosas no nos queda otra que encerrarnos para que no nos agredan", se lamentó una enfermera.

   
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