Jueves 6 de diciembre de 2001

 

El juicio a Seguel sigue en Roca por falta de público

 

El tribunal dispuso que no viajará a Cipolletti. El 19 de diciembre irá la causa Sobarzo-Molina.

  CIPOLLETTI (AC).- Ante la falta de público, los integrantes de la Cámara Segunda del Crimen resolvió continuar las audiencias del caso Seguel en la sede natural del cuerpo de magistrados en Roca. Allí también se hará el juicio de la causa "Sobarzo-Molina", entre el 19 y el 20 de diciembre.
El presidente del Tribunal, César López Meyer, anticipó que si las partes están de acuerdo, se leerán las dos sentencias juntas antes de la feria judicial.
La disposición de los jueces prácticamente no generó oposiciones. Desde la primera audiencia de debate se veía que tanto la sala como las medidas de seguridad implementadas en el juicio contra el ex subcomisario Luis Seguel, quedaban sobredimensionadas. En las últimas jornadas, la cantidad de policías y periodistas superó ampliamente al grupo de familiares y escasos vecinos que se acercaron a presenciar el desarrollo del juicio.
Ayer, al finalizar la cuarta audiencia, López Meyer dio a conocer lo que algunos no querían escuchar pero preveían: "En vista a la escasa afluencia de público el Tribunal considera conveniente que las próximas audiencias las hagamos en la sede de la Cámara en Roca", dijo.
En el edificio de Tribunales también se llevará adelante el juicio "Molina, Elsa Honoria sobre encubrimiento; Sobarzo, Nancy Miriam sobre falso testimonio en concurso real con encubrimiento". Esta es la última causa conexa que queda debatir del paquete que se elevó junto a la causa principal del triple crimen.
López Meyer informó que habrá dos audiencias con testigos. Nueve personas declararán, muchos menos de los previstos inicialmente por las partes.
Para el 19, además de la presentación del caso y la posibilidad de que las imputadas declaren, prestarán su testimonio los policías María Celina Diab y Dardo Manrique, quienes cumplían funciones en la subcomisaría 69. Para el 20, está prevista la presencia de los ex concejales Cristina Garrido y Jorge Chiófalo, además de Ramón Antonio Rivas, Miguel Angel Cufré, Fernando Escobar, Adrián González y Deyamira Fuentes. El Tribunal rechazó el pedido realizado por el fiscal y uno de los defensores para que concurriera Hilario Sepúlveda, teniendo en cuenta que aún "se encuentra con falta de mérito en la causa residual del triple crimen".
En la requisitoria de elevación a juicio, el ex fiscal Alvaro Meynet expresó que el 11 de noviembre de 1997 (día del hallazgo de los cuerpos) Molina se habría comunicado telefónicamente con la subcomisaría 69 de Cipolletti. Sin identificarse "habría manifestado a la sargento María Celina Diab, a cargo de la guardia y quien atendió la llamada, "busquen en los hornos de Santa Marta a Hilario Sepúlveda y a Horacio Bordón que allí están escondidos" lo que repitió varias veces antes de cortar".
Meynet entendió que el objetivo de la procesada habría sido "desorientar la investigación iniciada una hora antes por el hecho criminal que tuvo como víctimas a María Emilia González, Paula Micaela González y María Verónica Villar; ayudando de tal suerte a los autores del crimen a eludir la misma y a sustraerse de la acción de la justicia".
En el caso de Sobarzo, el ex fiscal consideró que la imputada "mintió" para intentar justificar el llamado que había realizado Molina. En su primera declaración la policía no dijo lo que aportó días después ante la justicia: que el 11 de noviembre como a media mañana había atendido el llamado de una persona "que se identificó como Marta o Elsa" y que pidió hablar con el cabo Manrique "por unos remedios".
La sentencia de esta causa se podría leer junto a la de Seguel, si las partes no tuvieran inconvenientes. En este caso, López Meyer dijo que si se notara un interés de las fuerzas vivas de Cipolletti en escuchar los fallos, podrían regresar al Sindicato de Luz y Fuerza.

Policías dejaron al descubierto que no hubo coordinación

CIPOLLETTI (AC).- Las directivas al personal dependiente de la subcomisaría 69 y cómo se difundió la novedad de la desaparición a otras dependencias policiales de la zona, fue el eje del debate de ayer.
El fiscal Edgardo Rodríguez Trejo logró que algunas de las expresiones de efectivos que fueron tenidas en cuenta para procesar a Luis Seguel por incumplimiento de deberes de funcionario público, fueran ratificadas en el debate. Otras, perdieron fuerza.
* René Oviedo trabajaba en noviembre de 1997 en la unidad 69. Reconoció que en la primera búsqueda tenía sólo el dato de que se trataba de tres chicas y la vestimenta. Estuvo hasta las 3 del lunes rastrillando, "sin reflectores". A las 13 terminó su turno y se retiró, al igual que las cuatro personas que habían estado en la guardia con él. "Creo que nos tendríamos que haber quedado la guardia saliente y la entrante", manifestó. A su entender se tendría que haber dado un "alerta amarilla".
* Sandra Jaimez también trabajaba en la 69. Se enteró de la desaparición el lunes 10 a las 13, cuando entró al servicio. Seguel le pidió que se quedara en la unidad para atender a la gente. Su testimonio fue más favorable para el imputado en el debate que en la instrucción: "Puede ser que el subcomisario me haya dado la orden de sacar las fotocopias de las fotos", dijo ayer. Antes había manifestado que a pedido de ella se decidió hacer las copias. Además, aclaró qué quiso decir cuando manifestó que la búsqueda "estaba desorganizada". "Era tanta la cantidad de gente. Uno no sabía qué hacer. No se lo veía al subcomisario para decir qué hacemos, por eso dije que se desorganizó todo", precisó.
* Omar Benavidez, el policía que creyó haber visto a las jóvenes en Barda del Medio, respondió ayer con muchos "no me acuerdo" pero reconoció que no sabía de la desaparición de las jóvenes hasta que fue Seguel el lunes por la tarde. Por este mismo tema declaró Víctor Muñoz, quien estaba a cargo de Tránsito en Barda del Medio. Se enteró cuando fue el ex subcomisario.
* Moisés Vidal trabajaba en el destacamento de Ferri, bajo el mando de Seguel. El lunes por la noche no recibió ninguna directiva, a pesar de que estaba cerca de donde desaparecieron las chicas.

Un albañil mencionó varias "advertencias"

CIPOLLETTI (AC).- Un albañil detalló ayer supuestas "advertencias" que recibió luego de haberle dado a Luis Seguel información sobre unos vehículos que había visto. Dijo que le abrieron el auto varias veces y que finalmente se lo quemaron.
El testigo aseguró que en ese entonces pensó que "todas estas cosas me han sucedido porque hablé con Seguel". Pero no pudo realizar ayer una vinculación directa entre esos hechos. No volvió a ver al ex subcomisario ni tampoco tuvo otros inconvenientes.
Osvaldo Herrera contó que el martes 11 a las 9.40 estaba trabajando en el templo ubicado en "Esmeralda al fondo", y cuando fue a buscar agua vio un Taunus verde que pasaba muy despacio en dirección al barrio Anai Mapu. Detrás iba un Torino negro.
Herrera dijo que se enteró que en la investigación del triple crimen estaban tras un Taunus verde. A raiz del comentario que le hizo a un conocido, Seguel se presentó en la iglesia y conversaron. Para esto, había pasado una semana del hallazgo.
A la semana, desconocidos le abrieron su Peugeot 505. No se llevaron nada. Pero a los días, volvieron a forzarle la cerradura y le cortaron el tapizado. Esta vez se llevaron el estéreo. "Hasta el día de hoy no he asociado nada de nada", manifestó el testigo.
Su mujer entendía que se trataba de una "advertencia" porque a ella también la estaba siguiendo un Fiat Duna color crema.
A partir de esta situación, decidieron irse a vivir a Lamarque. Apenas llegaron, se enteraron de que había gente preguntando por ellos en esa ciudad.
En enero del "98 volvieron a vivir a Cipolletti y le incendiaron el auto. Cuando vio el Peugeot en llamas, en la madrugada, la policía ya estaba en el lugar. "Se habían enterado por un llamado anónimo".
La otra "advertencia" que tuvo fue en un predio que ahora es una placita, también en el "98. "Ojo con lo que andás hablando con la policía", le dijeron. El testigo dio indicios de quiénes eran los muchachos y con quiénes tenían relación en ese barrio.

Un caso reciente

CIPOLLETTI (AC).- "¿Recibió la noticia de la desaparición de los chicos de Cipolletti?", preguntó Edgardo Rodríguez Trejo a varios de los policías que declararon ayer. El fiscal quería saber cómo habían actuado ante la ausencia de tres jóvenes, a cuatro años del triple crimen. Sólo René Oviedo pudo darle una respuesta, porque la mayoría estaba de licencia.
Ahora Oviedo cumple funciones en Contralmirante Cordero. "Recibí la noticia a las 19 del sábado", comentó el policía. (Las hermanas Miryam (17) y Mariana (15) y su primo Cristian (16), desaparecieron el viernes y aparecieron el martes pasado).
-¿Se tomó alguna medida? -le consultó el fiscal.
-No, porque estaba solo. -respondió Oviedo. El policía dijo que el domingo fueron a la zona de El 15, entre otros lugares.
"En base a su formación profesional, ¿qué se tendría que haber hecho, qué se hizo mal? (en la búsqueda de las víctimas del triple crimen)", preguntó Rodríguez Trejo.
Así surgió que en Barda del Medio se podría haber implementado un operativo de identificación en la ruta y que en la subcomisaría 69 tendría que haber permanecido todo el personal al servicio del rastrillaje.

   
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