Viernes 7 de diciembre de 2001

 

La sarna es otro dolor de cabeza para los productores

 

Las condiciones climáticas dieron el marco para que la enfermedad se extendiera. La falta de recursos impidió que se pudiera combatir con efectividad el problema.

  CHOELE CHOEL (AVM).- Las condiciones climáticas y los factores económicos hicieron que este año la sarna de frutales, una enfermedad que en anteriores temporadas era controlada por los productores, tuviera un impacto más que importante. Se especula que las pérdidas por este motivo serán sumamente considerables y que en algunas chacras se perderá la cosecha completa.
Así lo aseguraron productores, dirigentes de la Cámara de Productores del departamento Avellaneda y especialistas de la comarca.
Varias fueron las condiciones para que la sarna tenga esta temporada un efecto dañino en la producción. En este sentido se remarcan varios aspectos, el primero de ellos el climático. El cambio en el clima, con importantes lluvias fuera de época, fue uno de estos factores. Se sumó a esto la crecida del caudal del río Negro. Ambas cuestiones significaron un aumento más que considerable de la humedad sobre todo en los campos ubicados en la ribera del efluente.
Además, y no menos importante, la falta de fondos jugó un papel fundamental. Se mencionó que la sarna es fácil de controlar si siguen algunos pasos preventivos como enterrar las hojas caídas durante el invierno o quemarlas, fumigar con polisulfuro primero y luego hacer al menos tres pasadas con algunos productos que impiden que la sarna prolifere.
Pero los productores en general no pudieron realizar ni las tareas preventivas más básicas por la falta de recursos. Se sostuvo además que el precio de los agroquímicos tiene un costo de 30 a 40 pesos por hectárea, para una pasada, lo que elevaría la fumigación total de los campos a por lo menos 90 pesos por hectárea, algo que no entraba en la capacidad económica de la mayoría de los chacareros.
El técnico Daniel Castro Ares, sostuvo que la proliferación de sarna en los montes frutales tiene tres consecuencias: la primera es la caída de hojas y frutas, la segunda que los frutos que se cosechan van sí o sí a la industria juguera por la pérdida de calidad, lo que significa una importante pérdida económica para el productor y por último que una vez instalada la enfermedad es bastante difícil erradicarla si no se cuenta con medios económicos importantes.
Pero aclaró que esta circunstancia no es única de Valle Medio, sino que también en Villa Regina, Río Colorado y el valle de General Conesa existen importantes zonas afectadas.
A la par, algunas fuentes mencionaron que durante el comienzo de las curaciones desde el gobierno se mencionó que a través del programa PAR, para la compra de agroinsumos de los chacareros, el gobierno destinaría fondos para que se pudieran adquirir productos para combatir la sarna. Pero a poco de empezar con las fumigaciones se recibió la negativa gubernamental por no contar con fondos.
En la comarca se cree que las pérdidas totales serán del orden del 40 por ciento con respecto a la producción alcanzada el año pasado. No sólo por la afectación que logró la sarna sino por otras enfermedades, que también proliferaron por el cambio climático, y por las consecuencias directas que alcanzó la crecida del río Negro. En el caso de la sarna, las principales pérdidas se darían en la fruta de pepita.
   
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