Viernes 28 de diciembre de 2001
 

Jugadores y simpatizantes, un solo corazón
 
  BUENOS AIRES (DyN).- Sin que ningún hincha se moviera de su lugar durante mucho tiempo, con el tributo de los jugadores vestidos apenas con minúsculos slips y con el director técnico Reinaldo Merlo llevado en andas comenzaron en el estadio de Vélez los festejos por el campeonato que Rácing logró ayer, después de treinta y cinco años de abistinencia.
Apenas finalizado el partido con Vélez, con el 1 a 1 que consagró campeón del torneo Apertura al equipo de Avellaneda, los jugadores se dirigieron al vestuario para guardar sus camisetas, pantalones, medias y botines, tras lo cual regresaron al campo sólo con sus slips para comenzar una vuelta olímpica que se interrumpió al llegarse al arco más cercano al sector visitante.
Allí, los futbolistas sse subieron al travesaño, para cantar junto con el público.
Entre los pocos hinchas que lograron ingresar al campo, se destacó uno que portaba una bandera colombiana y que se las entregó a Gerardo Bedoya y Alexander Viveros, quienes la agitaron ante la tribuna.
Merlo, quien en principio manifestó su intención de no dar la vuelta olímpica "porque es de los jugadores", no pudo cumplir con su propósito, porque lo alzaron y lo llevaron hasta donde se encontraba el grueso de la hinchada, que le dedicó el ya clásico "que de la mano del paso a paso todos la vuelta vamos a dar".
Luego de un largo rato, los jugadores bajaron del travesaño y completaron la vuelta olímpica, portando una gran copa de latón mientras Maximiliano Estévez agitaba una bandera de Rácing.
El público racinguista, que fue prácticamente el ochenta por ciento del total de la concurrencia y produjo una recaudación de 1.074.000 pesos, fue rociado con agua desde antes de la finalización del juego por los bomberos y la lluvia artificial se prolongó en los minutos posteriores.
Otros de los "hits" entonados fue "me parece que Ríver no sale campeón, sale Rácing, si señor", no faltó el "un minuto de silencio para el rojo que está muerto", dedicado al vecino y tradicional rival, y tampoco estuvo ausente la dedicatoria a las demás hinchadas, a través del previsible "Rácing ya salió campeón, Rácing ya salió campeón, se lo dedicamo"a todos, la rep...", etcétera.
El recibimiento al equipo también había sido apoteósico, aunque igualmente demostrativo de los nervios de todos, porque una gran bandera que cubría buena parte de la tribuna visitante fue desplegada primero mostrando su reverso y posteriormente, cuando se intentó corregir el error, con el escudo mirando hacia abajo, ante la mofa de los simpatizantes de Vélez.
   
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