Viernes 21 de diciembre de 2001 | ||
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La Mercosur conocerá a su campeón en el 2002 |
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San Lorenzo y Flamengo jugarán la final de la Copa en enero próximo. |
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BUENOS AIRES (Télam).- La crisis social que afecta al país obligó ayer a una nueva suspensión de la segunda final de la Copa Mercosur entre San Lorenzo y Flamengo, que ahora solamente tiene como tiempo seguro de realización en enero próximo, aunque la fecha exacta recién se resolverá la semana próxima en el marco de una reunión entre el Comité Ejecutivo de la Confederación Sudamericana y los clubes. "El partido no debería jugarse porque sería desastroso juntar a 50.000 personas con este clima", había advertido anteayer Leonardo Rodríguez, y los hechos le dieron ayer la razón. El partido estaba previsto para el miércoles a las 21, pero se aplazó por la crítica jornada que se vivió en Argentina. Entonces, el presidente de la Conmebol, Nicolás Leoz, el secretario general, Eduardo Deluca, y representantes de ambos clubes permanecieron reunidos hasta altas horas de la noche para determinar los pasos a seguir. El tema esencial para la realización del encuentro era garantizar la seguridad en el estadio y disponer de la cantidad necesaria de efectivos policiales, quienes en su mayoría estaban afectados al control del conflicto social. Pese a todos los pronósticos contrarios, ante las actitudes intransigentes de ambas instituciones, se resolvió que el encuentro pasara para hoy a las 15. Sin embargo, apenas conocida la reprogramación un funcionario de la Confederación Sudamericana ya había advertido que era "muy difícil" que pudiera jugarse el partido ayer "con los momentos que se están viviendo". La voz de alerta fue desoída por ambos clubes, ya que si bien había un interés común, los caminos para alcanzar el objetivo transitaban por vías paralelas. Por un lado los de San Lorenzo no querían resignar la condición de locales para cambiar por otro escenario de algún país limítrofe. Y por otro, tampoco querían compartir el título tal como lo proponían desde el Flamengo. Los brasileños, por su parte, amenazaron en algún momento con irse de Buenos Aires, cargarle la responsabilidad a San Lorenzo por ser el organizador del encuentro, y obviamente quedarse con la Copa y el suculento premio de 4.600.000 dólares que ello conllevaba. Todos estos "tiras y aflojes" continuaron ayer, cuando la nueva suspensión se caía por su propio peso, y en ese aspecto la postura sanlorencista "ganó su primera final", ya que logró conservar la localía para alcanzar el acariciado sueño del primer título internacional. De esta manera, las propuestas de los brasileños por compartir título y premio quedaron en el intento, y aunque deberán acortar sus vacaciones, los jugadores de San Lorenzo tendrán la posibilidad de hacer realidad la ilusión del pueblo azulgrana en su casa. Como debe ser. Y además, sin problemas de dirección técnica, porque Manuel Pellegrini ya anunció su continuidad, convencido por la "dialéctica económica" del nuevo presidente, Alberto Guil. "Una sensata decisión" |
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