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Lunes 17 de diciembre de 2001 | |
El "Depo" borró de un plumazo a Lanús |
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Gran actuación del equipo naranja, que anticipa la clasificación al TNA-1 |
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 El objetivo está en la canasta. La clasificación para el TNA-1 es una realidad para Deportivo Roca. La concluyente victoria sobre Lanús por 87 a 67 (49-33) lo hizo posible. Le quedan dos partidos a esta fase regular del certamen del ascenso y aunque los pierda, a lo sumo entraría como mejor cuarto. En una palabra, la misión parece cumplida. Pero eso sería conformarse con poco. Y este equipo que dirige Mario Spada no denota sentir las cosas de esa forma. El "Depo" enhebró nada menos que la sexta victoria consecutiva en una forma incuestionable. Pasándolo en limpio, le ganó a todos en un verdadero rosario de éxitos que se incluyen como uno de los mejores récords de su historia en la divisional. La actuación de esta vez -con el agregado de que como fue por televisión a todo el país sirvió para nacionalizar su chapa de candidato- se caracterizo de tener pasajes de alto nivel y con desempeños excelentes, en el caso de jugadores como Mario Sepúlveda, Donald Jones, Darryl Johnson y Gerardo Barrera. La gente que concurrió al "horno" del polideportivo -hubo que jugar a las seis de la tarde por los designios de la programación- se fue muy satisfecha. El coreo y aplauso de la despedida así lo ejemplifican. Exceptuando el primer cuarto donde el equipo exhibió laxitud a la hora de proteger su sector y un exceso de velocidad en el funcionamiento de ataque, lo que le costó terminar en desventaja (18-23) el primer tramo de diez minutos, el resto del encuentro tuvo al local de neto dominador. La bisagra fue el ingreso de Gerardo Barrera al momento de arrancar el segundo cuarto. Fue un acierto del técnico local, porque el olavarriense mostró cuán importante es a la hora de bloquear los caminos hacia el cesto y su movilidad en la zona contraria le permitió hallar espacios para tres conversiones consecutivas. Ahí cambió el partido. Roca fue una roca en defensa y en el otro lado, menos en triple -se usó poco ese recurso- aplicó todos los sistemas para golear. Fueron diez minutos espectaculares. Sepúlveda estaba imparable en sus penetraciones y a lo que había traído Barrera desde el banco, se sumaban los aportes de Jones y Johnson. A la mitad de ese tramo llevaba un parcial de 23-4, que sería de 31-10 cuando llegó el descanso, con el tablero sellado en 49-33. ¿Pleito resulto? Aunque faltaba mucho, la sensación era esa. ¿La razón? La poca perspectiva que insinuaba Lanús de una recuperación. El visitante ya estaba quebrado física y sicológicamente. Encima, se le habían cargado de faltas algunos jugadores fundamentales como Sánchez -muy bien vigilado esta vez- y Williams, cuya gravitación dependió de las "facilidades" que pudiese tener bajo el cesto rival. Roca tuvo todo bajo control. Suya era la responsabilidad de establecer la diferencia en el tanteador, que se mantuvo casi siempre en la veintena de puntos. Dependió de su voluntad, sin dejar pasar rasgos de calidad en varias maniobras y un estado físico admirable, teniendo en cuentas las condiciones atmosféricas tan duras bajo las que se jugó. Spada tuvo tiempo tiempo para mover el banco y terminar redondeando una victoria magnífica, especialmente por la forma en que se obtuvo. Ya se metió en el grupo superior. Si se arregla con eso, sería poco ambicioso. Este plantel da para más, sólo con mantener el nivel de estos ¡seis partidos ganados!, lo que no exigir tanto. La gente se fue ayer muy entusiasmada. Algunos, los sacrificados de la popular, ya corean "volveremos, volveremos...como en el "93", en clara referencia a la ilusión de otro ascenso. Es una ilusión a la que parece invitar este equipo. |
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