Lunes 17 de diciembre de 2001 | ||
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Bianchi se despidió como debía |
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Boca le ganó con categoría y muchos goles a un laborioso Independiente |
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BUENOS AIRES (DyN) - El fin del excelente ciclo de Carlos Bianchi como director técnico de Boca Juniors tuvo ayer el cierre que correspondía, con un inobjetable triunfo por 5 a 3 en el clásico frente a Independiente. El atrayente partido quedó, de todos modos, en un segundo plano, postergado por la significación que alcanzó el hecho de que se haya despedido Bianchi del club con el que logró tres títulos locales y tres internacionales en tres temporadas y media de trabajo. El clásico "de la mano de Carlos Bianchi todos la vuelta vamos a dar" y el no menos repetido "no se va, Bianchi no se va", fueron los coros dominantes, cantados por la mayor parte de las más de veinte mil personas que se dieron cita ayer por la mañana en la "Bombonera". En cuanto al juego, Boca le sacó provecho a su mayor contundencia ofensiva y, paralelamente, a su superior consistencia en defensa para ganar con cifras poco usuales un partido que le permitió igualar por primera vez en casi setenta años la estadística de partidos con Independiente en la era profesional inaugurada en 1931. Independiente insinuó algo más en los primeros pasajes, pero Boca golpeó en la primera ocasión que tuvo, a los 11 minutos: pase de Riquelme, centro pasado de Barros Schelotto, Pérez que la devolvió al medio, salió mal Rocha, tocó Riquelme y la empujó al gol Barijho. Apenas dos minutos más tarde llegó el segundo: córner por Barros Schelotto desde la derecha y cabezazo de Schiavi en el primer palo. Entonces Boca ganó seguridad, con un Barros Schelotto muy difícil de contener y con Riquelme creciendo de a poco, en tanto que la defensa de tres interpuesta por Independiente hacía agua por todos lados, particularmente incómodo Páez sobre la izquierda. Vuoso, el más activo de los hombres de Independiente, tuvo su premio con el descuento, en el minuto 32, cuando recibió de Ríos y, desde la izquierda, sacó un derechazo alto y cruzado que dejó sin posibilidades a Oscar Córdoba. A Boca le quedó tiempo para llegar al tercero y fue un golazo, con el sello de Riquelme, a los 41: tomó un rechazo corto fuera del área, volcado sobre la izquierda, y su remate de derecha se metió muy lejos del esfuerzo de Rocha. Volvió a pegar fuerte Boca a poco de arrancado el segundo tiempo, a los 7, con una avivada de Riquelme, que ejecutó rápido un tiro libre y, con los defensores rojos dormidos, dejó sin marca a Barros Schelotto para que fusilara al recién ingresado Sala. El pecado de Boca fue que, después, se dejó estar, e Independiente mejoró notoriamente con el ingreso de Franco y el posterior de Eluchans, quienes le dieron más presencia en el medio y mayor versatilidad en el ataque. |
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