Lunes 10 de diciembre de 2001

 

La sinceridad de un campeón

 

Romera dedicó esta consagración a los pocos que confiaron en sus cualidades.También recordó a su fallecido padre, que fue quien le enseñó a manejar.

  Deben ser pocos los pilotos que pasaron tantas penurias antes de llegar a su consagración. Uno de esos casos es el de Javier Romera, quien hace apenas un año y medio estaba convencido que su campaña deportiva había quedado en el recuerdo.
Sólo la inquebrantable voluntad de "Tito" Etchegaray y su familia, como el apoyo incondicional de la empresa Proinsal, hicieron posible su regreso. Este presente, que lo tiene como uno de los referentes del TN y con un futuro alentador, que hasta lo podría encontrar debutando muy pronto en el TC, no se lo regaló nadie.
Se ganó un lugar a fuerza de sacrificio, talento y, sobre todo, mucha humildad. Es el mismo de siempre, aunque ahora un poco más verborrágico. El que no duda en afirmar que "me sentía un ex piloto, pero se presentó una oportunidad y la aproveché muy bien".
¿Cómo te sentís?
- Bárbaro, con una enorme satisfacción. Siento que le pude responder a todos los que confiaron en mí cuando nadie daba un peso.
¿Para tanto?
- Y sí... ¿Cuántos quedaron al lado mío? Pocos. Sólo mis amigos, la familia y el equipo de Etchegaray. Los tengo a todos muy presentes, tanto a los que me prometieron y no cumplieron, como también a los que me dieron una mano cuando más lo necesitaba y no todo pasó por lo económico.
Hay una historia detrás de este momento...
- Sí. Ustedes la conocen mejor que ninguno. Mientras vivió mi papá, el hizo mil sacrificios para que yo pudiera correr. Después la cosa fue distinta. Perdí más de un auto por el automovilismo, pero no me arrepiento. Gané en otras cosas, mis amigos son de "fierro", Etchegaray y su familia me hicieron sentir uno más. Y el apoyo de Proinsal fue fundamental; sin ellos hoy no estaría acá.
¿Significa mucho Etchegaray en tu campaña?
- Vamos por parte. En el mundo de los "fierros" me metí por mi papá, también con Jorge Borghese y el "Colorado" Svarre. Después, todo se lo debo a Etchegaray. En Río Colorado me siento como en casa. Aunque, quiero aclarar que no me olvido de mis amigos de Roca, los que me ayudaron a comprar este VW Gol, que colaboraban poniendo plata de su bolsillo u organizando una cena. Para todos ellos, mi agradecimiento será eterno.
¿En qué cambiaste?
- En lo personal, creo que en nada. Como piloto crecí un montón. Hay que diferenciar bien las cosas. En mi primera parte en el Turismo Nacional corría pensando en que no tenía el presupuesto necesario y que era indispensable andar adelante, mostrar el auto. Ahora, cuando volvimos y encaramos este desafío con Tito, todo cambió. No necesité hacer locuras, no hubo presiones por parte del auspiciantes y así fueron apareciendo los resultados.
¿El año anterior ya había sido muy bueno?
- Sólo nos faltó ganar, porque después dominamos clasificaciones, nos impusimos en varias series y logramos un par de podios. Fuimos elegidos como revelación; yo como piloto y Etchegaray como preparador.
¿Por eso las expectativas de este año para intentar lograr el título?
- Es que sabíamos el auto que teníamos y encima lo fuimos mejorando. Tuvimos un año muy parejo, pudimos ganar un par de pruebas. Desde el mismo inicio del certamen fuimos protagonistas; la verdad que no nos podemos quejar.
¿Y ahora?
- A festejar, porque para ésto trabajamos de lunes a lunes con el equipo. Primero quiero encontrarme con toda la gente de Río Colorado y después a Roca. Una semana de festejo en cada lado, como mínimo. Esto no se da todos los días. Por eso, me quiero dar este gusto.
¿Qué hay para el futuro?
- Gestiones muy bien encaminadas. Por un lado, seguir con este equipo en el Turismo Nacional. Por otro, sumarse a la empresa de José M. Conte para poder debutar lo antes posible en el TC, con un Ford Falcon. Son dos proyectos muy ambiciosos, que van de la mano y tienen bases sólidas.
¿Lo mejor que te pasó?
- Esto de hoy. Ser uno de los mejores de una categoría importante. También cuando gané mi primera prueba. El haberme integrado a la familia de Etchegaray.
¿Lo peor?
- Hace algunos años en Roca, cuando fui el más rápido en la clasificación y el día de la prueba se largó a llover. No teníamos las gomas listas, salí a pista faltando una vuelta y no conseguí meterme en la final. Fue un golpe muy duro.
El mismo "Flaco" de siempre, aunque ahora mucho más verborrágico. El que no se olvidó de ninguno de sus amigos a la hora de los agradecimientos, el que sorprendió a más de uno cuando le preguntaron dónde le gustaría vivir y reconoció que "en un lugar alejado del ruido y la gente, pero no por renegado, sino porque soy súper tranquilo". También aseguró que "de no haber sido piloto, no creo que me hubiera destacado en otro deporte, si bien practiqué la gran mayoría. Menos mal que mi viejo me enseñó a manejar. ¡Qué feliz se debe haber sentido ahora allá en el cielo!


Raúl Bernal
rbernal@rionegro.com.ar

   
    ® Copyright Río Negro Online - All rights reserved    
     
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación