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Lunes 31 de diciembre de 2001 | |
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Teresa Costantini "Sin intervalo" |
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Teresa Costantini vuelve a probar suerte en la dirección con una apuesta arriesgada: "Sin intervalo". El filme se rodó en dos días y los actores tuvieron pocos datos sobre el personaje. |
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Buenos Aires, (Télam).- La actriz, directora y productora Teresa Costantini concluyó el rodaje de "Sin intervalo", una película a la que definió como "un proyecto de investigación bastante atípico", en el que la improvisación y las reacciones espontáneas de los actores fueron construyendo la trama del argumento.
"Más que una película es un proyecto de investigación en distintos sentidos. En lo técnico, porque trabajamos en video Beta digital. Pero sobre todo en lo actoral, porque fue un ejercicio de experimentación basado en los escasos datos que le di a cada intérprete sobre su personaje", explicó Costantini. El rodaje duró sólo dos días, durante los cuales los actores y la directora convivieron, encerrados, en un enorme decorado donde la puesta de cámara, la historia y las situaciones estaban siempre en función de las improvisaciones y se fueron desarrollando según las sensaciones momentáneas de los intérpretes. La directora, quien debutó en el largometraje con el drama romántico "Acrobacias del corazón", trabajó sin guión y se rodeó de actores de experiencia como María Vaner, Hilda Bernard, José Luis Alfonzo, Alejandro Awada, Boy Olmi, Luis Alvarez y María Socas, para llevar adelante este inusual proyecto. "A cada actor se le había asignado un personaje pero ellos no contaban con demasiados datos. Tenían únicamente una especie de hoja de ruta, con algunas de sus características personales. El resto tenían que construirlo ellos", señaló la directora. Costantini, quien se prepara ahora para actuar junto a Ana María Picchio, Patricio Contreras y Vando Villamil en la obra teatral "Cena entre amigos", del estadounidense Donald Margulis, es también autora del cortometraje "Los dueños de los ratones" (1997) y dueña de la empresa Buenos Aires Producciones, fundada hace 16 años. Las líneas argumentales en que los actores se basaron para dar vida a la película se desarrollaron -en la ficción- entre las paredes de la mansión de Deborah Martín (Vaner), una estrella de cine retirada que un día, sin explicar los motivos, decide reunir a toda su familia, con la que mantiene una relación bastante distante. Del encuentro participan su madre (Bernard), una activa empresaria que llega acompañada por su enfermero y guardaespaldas (Alfonzo); su asistente (Silvia Baylé); su otra hija, también actriz (Verónica Elizalde); sus tres hijos varones (Awada, Olmi y Alvarez) y sus dos nueras (Socas y Silvana Sosto). "Todo sucede en una noche en casa de la protagonista. Lo único que sabían los actores era que estaban convocados a una cena y que en ese lugar iba a ocurrir el desenlace, aunque no sabían cómo ni cuando iba a ocurrir", recordó Costantini, que ya está trabajando en la edición y la posproducción del filme. "En el primero de los dos días de rodaje -añadió la directora- grabamos los pormenores de cómo la protagonista preparaba la cena para sus invitados, y en el segundo rodamos la llegada de toda la familia a la casa y las relaciones y las vivencias inesperadas que se fueron tejiendo entre ellos". Costantini escondió varias cartas en sus mangas para acentuar aún más la sensación de incertidumbre con la que quería afectar a sus actores, y así lograr que procedieran y reaccionaran imprevisiblemente, según los sentimientos que iban brotándoles en cada momento particular. "Había secretos que uno no sabía del otro y sorpresas que yo les fui preparando para captar sus reacciones espontáneas. Además se fueron tejiendo historias entre ellos, pero eran historias absolutamente improvisadas de acuerdo a las circunstancias". "Fue algo muy atípico para mí desde la dirección -admitió- y me convertí en una especie de coordinadora de todo: de las dos cámaras con las que grabábamos y de los actores, y aunque muchas veces me dejaba sorprender, también tuve que poner límites a algunas situaciones que no conducían a nada". Para la directora "todo fue vertiginoso, porque estaba acotado a los dos días de filmación. Nuestro desafío -agregó- era terminar en dos días, porque la energía que teníamos iba a ser más intensa y fuerte". |
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