Sábado 22 de diciembre de 2001

MAS INFORMACION:

Como un patriarca

 

Ceruti, más de ochenta años apostados al arte

 

Con el espíritu del hombre renacentista, Amelio Ronco Ceruti sigue sembrando el camino del arte con su producción y con las huellas que dejó fundando escuelas y museos.

 
Pintor, escultor, profesor de arte, coleccionista, fundador de museos y escuelas, Amelio Ronco Ceruti es casi un prócer de la actividad artística en el país, a partir de sus orígenes piamonteses instalados en un campo de Santa Fe, donde descubrió una vocación de toda la vida. Militante radical, amigo del doctor Alfonsín, Illia o Víctor Martínez, como de cardenales y dignatarios de la iglesia y de toda una generación de artistas prominentes, su trayectoria tiene algo de esa mística combinada de un hombre del Renacimiento que se aviene a la actualidad con el ímpetu de sus casi 90 años. "Quiero seguir sembrando los caminos del arte" dice.
- ¿Cómo se explica tanta actividad?-
- En realidad soy un campesino que aún ahora trabaja en su jardín aquí en Florida, Buenos Aires. Nací en el sur de Santa Fe en un pueblo perdido que se llama Santa Isabel. Mis padres vinieron a la Argentina en 1915 como tantos italianos y terminaron en esa provincia. En mi casa, durante cinco años, vivió un escultor tallista del pueblo de mi padre, Carlos Scappa, y vivía en el pueblo un famoso pintor de la célebre Academia de Brera en Italia, Domingo Zuliani. Entonces yo compartía las labores del campo con el aprendizaje de la plástica y ya desde muy joven tuve la idea del arte. Por eso vine a los 18 años a Buenos Aires al colegio Pío IX de Cultura, Arte y Oficios donde tuve como profesor al gran escultor Juan Solé y Valls, terminé con medalla de oro, pasando luego por tres años a la Academia Argentina de Bellas Artes "Perugino". Ya era escultor tallista y tuve en esta última escuela título y premios en dibujo y decoración hasta completar mis estudios en la Prilidiano Pueyrredón.
- ¿Cómo sustentaba esos estudios tan lejos de su provincia?
- Trabajaba en los ferrocarriles del Estado en Boulogne para hacer la limpieza de talleres desde las cuatro de la madrugada hasta las 15, con descansos, luego me tomaba el tren a Retiro para ir a la Academia a la que llegaba corriendo 25 cuadras, no sin antes recalar en un bar donde me esperaban con un café con leche y un sandwich. Estudiaba hasta las once de la noche. Por esa época también estudié con el escultor Pedro Tenti, un gran premio nacional, y con Fioravanti.
- Pero su historia cambió.
- Fue cuando conocí al fundador de las Escuelas Zier de Buenos Aires, quien me encontró pintando en la calle y se interesó en mi trabajo, me citó en sus oficinas y me tomó como profesor. Pero luego de unos meses me dijo que quería vender la mitad de la escuela, yo no tenía un centavo, pero mis padres con mucho sacrificio me enviaban 500 pesos por mes, una fortuna en ese entonces, junto con salames, pollos y vino casero que yo compartía con artistas como Spilimbergo, Raúl Maza o Larrañaga que me visitaban en mi cuarto. Ya en esa época Pío Collivadino que era el director de la Academia me sugirió comprar obras de mis profesores que valían mucho, incluso me vendió obras suyas, todo con muchas facilidades, casi regaladas y comencé a coleccionar, por ejemplo trabajos de Spilimbergo. Al final compré las escuelas Zier y estuve al frente de las escuelas de arte Renser, que eran por correspondencia y yo las hice personales. Llegué a fundar más de 200 escuelas en la Argentina y 14 en el exterior, la principal estaba en el Perú. Las fundaba y luego se las delegaba a los profesores. Incluso la Siderúrgica Argentina en San Nicolás me propuso dar clases de arte gratuitas a sus empleados.
- Usted acumuló obra y fundó museos.
- Compré mas de 200 obras de grandes artistas, pero también hice canjes con lo que yo pintaba, una costumbre que sigue hasta hoy. Actualmente hay mucha gente que me pide figurar en los museos que fundé, el más antiguo en Rosario de la Frontera ( tiene 33 años ), otro en la ciudad de Metán en Salta y en la misma provincia el de Cachi, un pueblo a 80 kilómetros de la capital, totalmente colonial. El único con local propio fue el de Rosario de la Frontera. Fue en tiempos del doctor Illia, uno de los grandes presidentes que hubo. Yo estaba en la comisión del Sesquicentenario del Congreso de Tucumán, donde conocí el doctor de La Rúa, que fue subsecretario y secretario de la comisión, nos hicimos muy amigos y trabajamos mucho. Organicé el Salón Nacional del Sesquicentenario, pero coincidió con el derrocamiento de Illia, aunque conseguí que se inaugurara. Tuve que irme por consejo de mis amigos, porque abrumado por la caída del doctor Illia me peleaba con todos y era un momento delicado. Así terminé en Rosario de la Frontera en la casa de una amiga de mi mujer y me interesé en una casona casi demolida que se vendía, decidimos con mi mujer comprarla y entonces nació mi primer museo.
- ¿Con tanta experiencia cómo ve la actualidad del arte?
- Voy a ver todo lo que puedo, hay cosas que me interesan y otras no. Me interesan escultores y pintores como Lila Oliva, Leo Vinci, Mariana Dogliotti, Hugo Irureta, Antonio Devoto, Alfredo Monti, Mario Ariguti entre otros. Integré la Sociedad de Escultores y siempre me involucré en el arte y todavía me animo a trabajar y sembrar, que es dar a los demás el apoyo para el camino del arte. Dejé de pintar y hacer escultura para enseñar, porque no siempre los grandes artistas son buenos profesores. Yo nunca digo a un alumno que un trabajo está mal sino que lo aliento con sugerencias. Pero en este momento no se le da valor al arte. Cuando vino el gran acuarelista italiano Aldo Raimondi, el mejor del mundo, en 1939 (luego volvió en 1949 ) todos vaticinaban que no iba a poder vender sus obras por los elevados precios. Pero en la inauguración en Van Riel entre los asistentes estaba Antonio Santamarina, el gran coleccionista argentino, quien con solo una recorrida compró muchas de las obras, que se vendieron totalmente, eran 132 cuadros. Y eran otros tiempos.


Julio Pagani

Foto: Amelio Ronco Ceruti junto a una escultura de Quinquela Martín realizada por Luis Perloti.

   
    ® Copyright Río Negro Online - All rights reserved    
     
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación