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Jueves 6 de diciembre de 2001 | |
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Un billete de viaje por el paisaje exterior |
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Rosa Helena Arias pone la energía de la vida en sus cuadros y los muestra en Neuquén. |
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NEUQUEN (AN).- Esa incógnita que suele rondar. Esa idea imprecisa sobre la impregnación del paisaje en el inconsciente y luego su recreación -digamos por caso- en un cuadro.
Incógnita que gira en torno de cómo influye la geografía en el hombre y la mujer ¿Repercute verdaderamente en la personalidad? ¿Son callados quienes viven en la aridez del desierto y bullicioso el litoraleño? ¿Qué sucede ante el alejamiento del lugar natal y la resonancia con otros colores, olores: ante otra luz? Rosa Helena Arias no hizo quiebres profundos, aunque las diferencias e influencias -quizás- urbanas de estrés y frenesí de la capital neuquina, pudieron haberle hecho cambiar el derrotero de su temática pictórica. Y decíamos que no hizo traslados largos, porque Arias, artista plástica graduada en la Universidad Salesiana y luego de la escuela superior de Bellas Artes de Neuquén, nació en Picún Leufú y por estos días -desde hace muchos años- vive en esta ciudad. Sí, habría que apuntar una excepción, en tiempos de formación, cuando llevó sus petates a Buenos Aires para especializarse en la Escuela Nacional de Bellas Artes "Prilidiano Pueyrredón". El gran puerto pudo haber modificado su paleta. Sus viajes también (las cataratas y selva misionera como en el actual tramo de trabajos), pero como se ha apuntado será "la memoria del cercano desierto" la que vuelve una y otra vez o la cordillera y sus lagos. Su vida recorrió la orilla compartida entre la docencia y la creación. La noticia, es porque está finalmente exponiendo en el portal del hípermercado ubicado a la vera de la multitrocha, camino al aeropuerto. Y justamente reconoce que "es gratificante lograr el espacio, porque el trabajo plástico es tarea silenciosa entre el artista y la obra". Estará mostrando su producción casi por un mes, hasta el 14 de diciembre. Contó Arias algunos detalles de su actividad. -¿Qué significado tiene el taller en su vida? -Es el testigo mudo de horas de trabajo duro, sin pausa. En mi caso, el quehacer por excelencia es con el color y de eso el espacio es todo un testimonio. -¿Puede poner en palabras de qué forma logra seducir y llevar las riendas colorísticas por los caminos que quiere? -Trato de poder expresar en la mancha de color sobre la tela todas las sensaciones. Que el color sea tan bien llevado que produzca una vibración de vida para el espectador. -Lo que expresa no es poca cosa. ¿Y en cuánto al paisaje? -Allí el intento más fuerte pasa por reflejar la energía, la luz, la belleza patagónica. Y en los hechos sociales antagónicos, toda la impotencia y la angustia de lo irreparable. -¿Podría dar ejemplo de estos últimos? -Es el caso de las obras "Homenaje al doctor Favaloro", "Homenaje a los caídos en la AMIA". En el taller se logra poner la mente en blanco para colocar toda la energía de la vida. |
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