Martes 4 de diciembre de 2001 | ||
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Una noche para reenamorarse con Montaner |
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Ricardo Montaner tuvo su noche con el público del Valle el domingo en Cipolletti. Un recital en el que la emoción y el romance también le dieron su espacio al ritmo y el baile. |
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Desplegó sin remilgos su particular estilo y desparramó su arrollador carisma sobre el escenario montado en el estadio municipal de Cipolletti.
Llegó acompañado de sus mejores canciones, algunas nuevas de su última creación "Sueño Repetido" y aquellas otras más viejas y queridas por su público que supieron llevarlo a la cúspide, entre sus más fieles seguidoras. Sin más preámbulos, fanáticas de todas las edades se sumergieron de lleno en una noche plena de romanticismo, de la mano del cantante Ricardo Montaner. El artista nuevamente realizó un paso ágil por la región, junto a todos los integrantes de su banda. Y pasadas las 21.30 del domingo brindó un prometido show de gran nivel. Sin traspiés, aunque tampoco sin demasiadas sorpresas, logró arrancar todos los aplausos de aquellos que se agolparon para verlo. "Oh, oh, oh... tengo el corazón fracturado... y tu lo puedes remendar... oh, oh, oh... tengo la mente tan enredada... y tu la puedes desenredar". "Corazón fracturado" fue el primer tema que eligió para regalarle al público del Valle. Entre gritos, histeria y llantos de alegría, el carismático venezolano, desplegó su mejor repertorio musical con canciones que fueron desde los conocidos "Tan enamorados", "Será", "Castillo azul", "La cima del cielo" a "Dejame llorar". También "Bésame", de su más reciente producción que presentó a través de su participación en la exitosa telenovela colombiana "Betty, la fea". No faltó el conocido "A dónde va el amor" que marcó los inicios de su carrera y que después de tantos años continúa erizando la piel de quienes lo escuchan. Al menos así lo demostraron las chicas que en primera fila gritaban "te quiero" y arrojaban sus prendas más íntimas, entre ositos de peluche, remeras y cartas. Después del saludo obligado de su concierto número 77, según dijo el mismo Montaner, y prometiendo que sería el mejor de toda su gira, las canciones acompañadas con acordes de guitarras, sonidos de trompetas, bongos, timbales y hasta un saxo, no dejaron respirar ni por un minuto a los enloquecidos seguidores, en su mayoría eran mujeres. "Valió la pena esperar una hora y media..." gritaban desde el fondo del estadio sin dejar de aplaudir, al mismo tiempo que improvisaban pasos de baile acompañando a los músicos cuando dieron rienda suelta a la fiesta con "Cachita" y "Vamos pa" la conga". Entre los aplausos enloquecidos, una bandera venezolana tímidamente se asomaba de entre el multitud en la tribuna, y no faltó quien desde la platea acercara un teléfono celular al canta-autor. "Hola, te habla Ricardo... escucha... estoy cantándote...". Quién sabe o puede imaginar la sorpresa y la emoción del otro lado de la línea. Porque fue mujer... Después de un depliegue, en su totalidad de canciones dedicadas al amor y sus sinsabores, casi sobre el final y antes de la despedida, también hubo un momento para la reflexión y la invitación a no apartarse del camino de los sentimientos y de la fe. Incluso no dejó de lado la realidad del país que aseguró conocer a través de los titulares de los diarios e instó a sus fans a encarar un presente positivo "en una Argentina grande y maravillosa". Cómo no volver a enamorarse y a sentirse tan poeta para cantarle a la luna, si esa fue la consigna del domingo por la noche. (AR/AC). |
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