Lunes 26 de noviembre de 2001

 

La primera ciudad en ser habitada

 

En Aleppo, las calles y tiendas no cambiaron desde su construcción, hace unos 400 años

  Para llegar al corazón del mercado de Aleppo hay que caminar varias cuadras por sus calles techadas, con bazares y tiendas donde el tiempo permanece invariable desde su construcción hace unos 400 años; un zoco antiguo pero moderno para esta ciudad siria que dice ser la primera del mundo en ser habitada, 3.000 años atrás.
Dos hombres juegan "backgammon" sobre una alfombra, un tercero observa la partida y fuma un narguile frente a su negocio de bandejas artesanales de metales brillantes, que encandilan tanto como los artículos de cristal y las lentejuelas de la ropa que ofrecen otros comercios.
El humo y el aroma picante de los "shawarmas" se mezcla con el de tabacos aromáticos, perfumes y mil especias, mientras un cafetero carga, como una mochila, un antiguo termo metálico con la serpentina que pasa sobre su hombro y le permite servir una taza con una leve inclinación.
Este zoco cubierto, cuya superficie equivale a unas quince manzanas, ocupa la mayor parte de la ciudad antigua de Aleppo, rodeada por la muralla original, casi imperceptible entre las nuevas construcciones, que incluye entre sus edificios la gran mezquita y tres paradas de caravanas, o "khans".
Para entrar al mercado basta con atravesar alguna de sus amplias puertas, la mayoría de arco ojival, y un mundo extraño se revela tras los primeros pasos: allí se compra y se vende todo lo necesario para la vida de la ciudad .
Trajes de odalisca de vivos colores con lentejuelas y canastos con aceitunas negras o verdes se exhiben entre las callejuelas donde deambula la gente y algunos carros tirados por burros. Cada "barrio", como en la antigüedad, cuenta con su bebedero o fuente de agua potable.
Las puertas de la ciudad cubierta llevan a viviendas, baños públicos y casas de comidas. También a la ciudadela, un castillo árabe sobre una colina, unos 50 metros por encima del nivel de la ciudad, que permite ver los alrededores. Para entrar hay que cruzar un puente de arcos, precedido por una torre, con el estilo clásico de las fortificaciones medievales. Se cree que el fuerte fue construido en el siglo X y, tras su destrucción por los mongoles, reconstruido en el XIII por los mamelucos. Allí se puede caminar por galerías excavadas en la roca, sobre silos y cisternas gigantes, visitar el salón del trono o descender a los subsuelos, para observar depósitos, calabozos y cámaras de tortura.
Desde las torres de vigilancia se extiende la zona antigua, alrededor de 12 kilómetros, el mercado con sus pequeñas cúpulas y aperturas de ventilación. También la Mezquita Aljama y el Museo Nacional. Dentro de la zona amurallada están los "khans", que servían de refugio a las caravanas; las casas tradicionales dispuestas en torno a patios y las "madrasas", o escuelas de teología coránica, ahora fuera de servicio.

Foto: Aleppo es la capital del norte de Siria, pero sobre todo es una ciudad que conserva la magnificencia de otra época.

   
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