Una multitud celebró las bodas de oro del obispo Pozzi

El gimnasio del club Del Progreso se llenó ayer de un público muy especial. Es que más de 1.500 personas, entre feligreses y altos dignatarios de la Iglesia argentina y del Vaticano, se reunieron en la misa con que el obispo del Alto Valle, José Pedro Pozzi, festejó los 50 años de sacerdocio. Su mensaje se centró en el llamado a la sensibilidad para con los necesitados.

ROCA (AR).- Con constantes alusiones a la dura realidad económica y social que atraviesa el país y la necesidad de, aún así, mantener la esperanza, el Obispo del Alto Valle Pedro Pozzi festejó ayer en Roca ante más de 1.500 personas sus 50 años de vida sacerdotal.
"Estamos en un momento de la historia en el que parece que se hace todo mal y no se acierta con un camino que levante el ánimo de la gente, sobre todo de los más humildes y los más necesitados" dijo Pozzi ante la atenta mirada de obispos de Río Negro, Neuquén y Buenos Aires que parecían coincidir con cada una de las palabras con las que el primer obispo del Alto Valle definió el presente como "muy doloroso".
La masiva misa que se realizó en el reconstruido gimnasio del Club del Progreso de Roca unos pocos minutos después de las seis de la tarde y luego de que Pozzi recorriera junto al enviado del Vaticano Santos Abril y Castelló, las pocas calles que separan la Catedral de Roca de la sede deportiva, se transformó en el escenario ideal para que el obispo llame a "reflexionar" al millar de presentes, a quienes pidió "mayor sensibilidad".
En el mensaje que les dedicó a quienes aseguró "conocerles la cara a casi todos" y que una vez terminada la celebración hicieron cola para saludarlo uno por uno, recordó "los momentos difíciles que en nuestra provincia atraviesan particularmente la salud y la educación" y pidió que no se pierda "el camino de la esperanza para revertir participativamente la situación actual".
Uno de los momentos que más sorprendió a quienes seguían su discurso desde las tribunas y aún desde los pocos metros que lo separaban de los otros obispos fue el que Pozzi dedicó a hablar de una actitud dentro de la Iglesia "que a partir de ahora debe ser no de dominio sino de servicio, no de prestigio político o económico sino de diálogo humilde y comunicador de esperanza" indicó. "Evangelizamos más a este mundo con nuestra entrega generosa que con nuestros discursos. En nosotros también debe cumplirse lo de que servir es reinar".

Confesión

El discurso de Pozzi también tuvo espacio para las confesiones más íntimas, que según el religioso, "era necesario que compartiera con la gente que me acompaña desde hace años". A ellos sorprendió asegurando que "he pasado y seguiré pasando por momentos de duda, de sufrimiento, de soledad y aún de dolor por el pecado". A este diario explicó que "fueron dudas acerca de si realmente había elegido el camino que debía elegir, momentos en los que sentí el fracaso frente a iniciativas que no llegaron a madurar y que supe combatirlas con esperanza y confianza en la fuerza de Dios".
Sin embargo uno de los momentos más emotivos para quienes ayer festejaron con gran devoción el aniversario de la ordenación de Pozzi, fue la lectura que Abril y Castelló hizo de un mensaje enviado por el Papa Juan Pablo II que reconoció la labor del salesiano al frente de varios colegios religiosos a lo largo y ancho del país y en el Colegio de Consultores Diocesanos.
"Has infundido en todos insigne piedad y afabilidad, especialmente en los enfermos y en los más pobres" sostuvo –desde miles de kilómetros de distancia– la máxima autoridad en el mundo de la Iglesia Católica en un gesto que según Pozzi "me conmovió y animó a seguir trabajando".

"Supo unir evangelización y promoción social"

ROCA (AR).- "Pozzi durante cada uno de estos cincuenta años supo unir muy bien la evangelización y la promoción social". Esos son los dos aspectos que según Santos Abril y Castelló, el nuncio apostólico que representa al Vaticano en Argentina y por lo tanto la mayor autoridad de la sede papal en nuestro país, mejor hablan de la labor de Pozzi.
"Como buen salesiano supo ir evangelizando y cumpliendo su misión como sacerdote y obispo y al mismo tiempo se preocupó profundamente en lo que depende de la Iglesia de atender las necesidades de la gente".
Es que para Abril y Castelló, "la Iglesia no puede ni debe sustituir al Estado. La responsabilidad primera y directa del arreglo de la problemática social no es nuestra sino que es del Estado" consideró.
Pozzi alguna vez se animó a pronunciar una de esas frases que suelen resultar incómodas en el seno de la Iglesia Católica. En aquella oportunidad dejó traslucir que "los argentinos suelen ser desigualmente solidarios ante el dolor de los demás".
Para el nuncio que ayer llegó a Roca para concelebrar una multitudinaria misa al lado del obispo de la Diócesis del Alto Valle, la frase no sólo es "sin dudas muy realista" sino que "no sólo se debería aplicar a la realidad de nuestro país. Creo que el ser humano en muchas ocasiones es solidario, sabe captar la realidad en la que viven los otros, ponerse a disposición y contribuir con los demás pero no siempre lo es y haría falta en muchas ocasiones mucha más sensibilidad social" aseguró. Abril y Castelló también se refirió antes del comienzo de la celebración religiosa a la tensión que conmueve al mundo luego de lo sucedido en Nueva York el 11 de septiembre y dejó en claro que "no acepta ni justifica" ninguna de las acciones que se están llevando a cabo en nombre del Islamismo. "Cualquier ser humano que pretende sacar de su propia religiosidad una justificación a la violencia, no ha entendido lo que debe representar la religión para los pueblos".

Foto: Pozzi en la multitudinaria misa celebrada en el gimnasio del club Del Progreso, que lució repleto. Luego vino el saludo emocionado de los fieles.