Domingo 25 de noviembre de 2001 | ||
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Afirman que se puede evitar "la fuga de cerebros" |
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En los últimos 30 años se fueron del país unos 50.000 científicos. El costo del fenómeno es de 1.250 millones de pesos. Según los especialistas, es posible modificar la tendencia. |
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BUENOS AIRES (ABA).- En las últimas tres décadas, cerca de 50 mil científicos e investigadores se marcharon del país y se estima que las pérdidas económicas alcanzan los 1.250 millones de pesos ya que el costo mínimo de una formación universitaria es de 25 mil dólares por estudiante. El fenómeno que describen los datos fue analizado y debatido durante dos días por 20 destacados académicos argentinos, chilenos, uruguayos y brasileños en el seminario "Hacia la Construcción de Políticas Públicas en el Area de las Migraciones Profesionales", organizado por el Programa Raíces de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Nación (SETCyP). Y las conclusiones a las que se arribó fueron, al menos, positivas: según los científicos es posible reducir y combatir la denominada fuga de cerebros sin utopías y en el actual contexto de crisis económica. Se trata, afirmaron, de repatriar no a los investigadores en persona sino a sus conocimientos, y al mismo tiempo de consolidar un proyecto común de investigación y desarrollo con base en el Mercosur que permita detener de ahora en adelante el proceso permanente de partidas hacia el extranjero de universitarios, jóvenes profesionales e investigadores avanzados. De esta manera, se evitaría en el corto plazo el problema de la falta de puestos de trabajo en el área, que a su vez se ve agravado por el magro presupuesto que se destina a la ciencia básica y al desarrollo del conocimiento en el país. "Queremos que el programa Raíces se constituya como una herramienta de trabajo a distancia para los científicos que están radicados en el exterior. Hasta ahora sólo se encargaba de localizarlos, pero de ahora en más la idea es que además los ponga en contacto con sus áreas de investigación en el país", explicó el director nacional de Planificación y Evaluación de la SETCyP, Jorge Fontanals. ¿Y cómo se puede hacer para traer sólo el conocimiento y no a los científicos? Desde la óptica de Fontanals es sencillo: por medio de las nuevas tecnologías de la comunicación, como internet y las videoconferencias. Sin embargo, la propuesta más fuerte y que mayor desafío representa para la comunidad académica es la de crear laboratorios comunes de investigación en el marco del Mercado Común del Cono Sur. "Si nosotros desarrolláramos un Mercosur poderoso, consistente desde el punto de vista académico, tecnológico e industrial, sería posible captar y contener un importante caudal de recursos humanos en la región que actualmente emigra "hacia otros destinos por falta de oportunidades", aseguró Fernando Lema, un prestigioso investigador uruguayo que trabaja en el Instituto Pasteur de París, Francia. Según Lema, a pesar de que el Mercosur actualmente se ve debilitado por la conflictiva relación económica entre Brasil y la Argentina, el proyecto sigue siendo viable. "Lo que no funcionó fue el Mercosur tal como estaba planteado al principio, es decir cómo un débil vínculo entre empresas. Nosotros queremos consolidar un nuevo Mercosur, el de los científicos y el de los pueblos que buscan unirse. Y eso es posible sólo con verdadera voluntad política para hacerlo", manifestó Lema. Una política de puertas abiertas Lejos de cerrar puertas, el crítico estado de la economía del país y sus consecuencias para el Mercosur fueron vistas por Fernando Lema como una oportunidad de despegue. |
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