Martes 6 de noviembre de 2001 | ||
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Tan actual como la esclavitud |
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En el Brasil miles de personas viven sometidas a trabajos forzados. |
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Más de un siglo después de abolida la esclavitud en Brasil, miles de personas continúan sometidas a trabajos forzados en remotas haciendas en el corazón de la Amazonia. El Ministerio de Trabajo descubrió unas 4.500 personas en régimen de esclavitud en el estado amazónico de Pará y las autoridades calculan que por cada obrero "liberado" hay otros tres aún en cautiverio. "Ese es un cálculo arbitrario y modesto. ¿Porqué no podrían ser cinco o veinte?", dijo el investigador Ricardo Rezende, un sacerdote que trabajó durante dos décadas combatiendo el trabajo forzado y que ha escrito varios libros sobre el tema. "Lo que vemos es apenas la punta del iceberg", enfatizó. La mecánica es simple. Los futuros esclavos son reclutados en las zonas más pobres de Brasil con falsas promesas de empleo y llevados a otros estados, donde son dominados por sus patrones mediante deudas que jamás logran saldar. "No hay entidad capaz de medir la cifra total de víctimas", añadió Rezende. "Normalmente son analfabetos que desconocen la ley, viven una experiencia negativa de ciudadanía y ni siquiera tienen conciencia del crimen". Oficialmente, la esclavitud fue abolida en Brasil en 1888. Los historiadores calculan que este país suramericano recibió de cinco a seis millones de esclavos traídos de Angola, Benin y Mozambique. Muchos murieron encadenados en las bodegas de los barcos negreros y los que sobrevivieron a la travesía fueron a parar a plantaciones de caña de azúcar, motor de la economía colonial. En 1798, por ejemplo, 1,6 de los 3,2 millones de habitantes de Brasil eran esclavos. Hoy, varios siglos después, el Ministerio de Trabajo cuenta con una unidad encargada de investigar denuncias sobre esclavitud. "La mayoría de las denuncias son en zonas de deforestación vigiladas por hombres armados. Por lo general no pagan salarios, la alimentación es mala y la asistencia médica nula", dijo el jefe del grupo, Claudio Secchin. Sin embargo, las denuncias de esclavitud no siempre recaen sobre crueles terratenientes sin nombre. La fábrica alemán de automóviles Volkswagen fue acusada en 1984 de esclavizar a unos 600 trabajadores en una hacienda de 130.000 hectáreas en el sur de Pará. Según un informe de la OEA sobre ese episodio, "varios centenares de trabajadores fueron contratados para obras de nivelación y terminaron trabajando en condición de esclavos, sin recibir salario y amenazados de muerte en caso de fuga". (EFE) |
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