Lunes 5 de noviembre de 2001

 

Secuestraron 60 rollizos de ciprés talados clandestinamente

 

La depredación fue en el Cañadón de los Loros.

  SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Un inspector del Servicio Forestal Andino interrumpió una importante tala clandestina de cipreses en un bosque del Cañadón de Los Loros y secuestró los 60 rollizos que ya estaban acondicionados para su comercialización, pero no pudo evitar que uno de los responsables escapara a caballo por la difícil geografía de la zona.
El Ciprés de la Cordillera es una especie nativa protegida, pero su madera y sus troncos en estado original son muy codiciados por los constructores de cabañas. Esa circunstancia alienta a los depredadores, porque saben que pueden colocarlos con facilidad en un mercado donde la demanda es más importante que la oferta.
El secuestro fue realizado ayer a la mañana por el inspector Mario Inostroza, que contó con el auxilio de los policías de la Brigada Rural para trasladar los rollizos hasta el predio donde funciona la Escuela de Suboficiales de la policía rionegrina. Los árboles talados habían sido apeados con hacha, probablemente para que no los denuncie el ruido de las motosierras, y descortezados en el mismo lugar para ocultar su origen clandestino. Tenían entre 2,5 y 4 metros de largo, y distintas medidas de circunferencia.
Inostroza explicó a "Río Negro" que las talas clandestinas se multiplican durante los fines de semana porque los hacheros furtivos saben que existen menos controles. "Estos postes se utilizan para construir cabañas, porque el ciprés tiene una madera que trabaja poco y dura más que cualquier otra especie", agregó.
El Cañadón de Los Loros está cerca del camino que conduce al paraje Arroyo del Medio, pero es casi imposible acceder a él con vehículos de cuatro ruedas. El acceso más fácil se logra a caballo o con motocicleta para todo terreno desde el barrio Vivero Municipal, y ese es el camino que utilizan los depredadores para llegar y para transportar el material.
Una serie de inspecciones a los aserraderos de la zona y la multa impuesta a uno de ellos hace un año privó a los leñadores furtivos de la posibilidad de reducir fácilmente el producto de la tala clandestina. Ahora son ellos mismos los que ofrecen el producto a los constructores o propietarios de cabañas, pero algunos también se vieron perjudicados con el secuestro de los ejemplares después de haberlos pagado.
Las sanciones van de uno a seis años de prisión para quien roba ganado, postes o alambrados, pero la extracción ilegal de árboles se castiga como una contravención, y la de tierra negra ni siquiera está reglamentada. Las multas pueden ser de 60 pesos a 90 mil, pero generalmente se aplican sanciones menores porque a quienes más se sorprende es a los que sacan leña para combustible domiciliario.
Hace un año, el juez Miguel Angel Lara ordenó al Servicio Forestal Andino que "evite la tala indiscriminada" y "suspenda los permisos de apeo" hasta instrumentar un sistema de control más eficiente. La resolución incluyó severas críticas a la "desidia inaudita" de quienes deberían proteger la vegetación natural.

Madera de moda

Aunque su utilización siempre fue preferencial, el nuevo estilo de construcción que emplea grandes y vistosas piezas de madera "en crudo", preferentemente de ciprés, reactivó la explotación comercial de esta especie nativa y también incentivó la tala ilegal.
Cuando la madera es provista por establecimientos autorizados, la actividad se realiza bajo estricto control de la delegación de Bosques. Sin embargo, existe un circuito ilegal de tala y comercialización del ciprés que está diezmando los bosques y crea un problema que parece de imposible resolución. Un solo inspector, Mario Inostroza, se encarga de controlar el ingreso ilegal de carnes a la ciudad, la pesca irregular y de especies protegidas, y la tala de especies autóctonas sin permiso o justificación.
La piedra y la madera del lugar le dieron a Bariloche su carácter de pueblo de montaña desde sus orígenes, y los arquitectos que crearon los edificios emblemáticos reafirmaron esa tendencia.
Hoy, la moda y la cantidad de obras con ese estilo inquieta a los ecologistas, porque dicen que "a la corta o a la larga exigirá el raleo del bosque", pero es más inquietante aún la tala furtiva y descontrolada, porque afecta a los ejemplares de mayor valor, por su edad, porte y estado sanitario. (AB)
   
    ® Copyright Río Negro Online - All rights reserved    
     
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación