Domingo 4 de noviembre de 2001 | ||
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Patagónicos se convocaron para la autoayuda |
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Más de cien enfermos de cáncer se encontraron este fin de semana.Enfatizaron en la necesidad de desmitificar los casos como fatales.El evento fue organizado por el grupo Arcilla, de esta ciudad. |
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ROCA (AR).- Perderle el miedo a la enfermedad, a convivir con ella, a llamarla por su nombre, a hablar de sus distintas etapas. Reflejarse en el dolor de los otros, en el de los que están atravesando la misma situación y nos recuerdan que no somos los únicos a los que nos puede pasar. Comprender que muchas veces la fortaleza y la fuerza necesarias para superar una enfermedad no vienen solas, llegan de la mano de la ayuda y comprensión de los otros. De eso se trata el grupo de autoayuda Arcilla, o los más de quince familiares, amigos y enfermos de cáncer que se juntan en Roca todos los martes a confirmar que a veces controlar y derrotar un tumor cancerígeno no sólo depende de la quimioterapia o de los tratamientos médicos. Ellos, con "mucho esfuerzo y sacando fuerzas ya de donde casi no quedan", este fin de semana coordinaron en el casino de oficiales de la colonia penal de Roca el II Encuentro Patagónico de Grupos de Ayuda Mutua para enfermos de cáncer, familiares y amigos. Convencidos de que el cáncer también puede representar "una oportunidad de crecimiento personal" y que encuentros como éste pueden servir para "desmitificar su problemática como fatal y estigmatizante", convocaron a más de cien personas desde Bahía Blanca hasta Tierra del Fuego que hablarán de sus experiencias en distintos momentos de integración e intercambio, trabajos de taller con reflexión grupal y exposiciones teóricas en paneles de expertos en los que se escuchará a la doctora Fernanda Vázquez sobre los aspectos biológicos de la enfermedad y al licenciado Jorge Carri sobre sus aspectos psicológicos. "Reunirnos para nosotros es uno de los momentos más importantes durante la enfermedad, y poder hacerlo a semejante escala es una oportunidad única", aseguró María Ester Panchenko, responsable del grupo de autoayuda que funciona en Roca desde hace tres años. "Lo que ocurre es que el paciente no quiere ni siquiera nombrar la enfermedad por temor a sobrecargar a la familia y a su vez la familia tiene miedo de hablar del cáncer porque piensa que está hablando de la muerte del enfermo". Por eso grupos como éste son muy importantes en ese sentido; "ya que juntarse a hablar de lo que les pasa, con el tiempo les demuestra que son ellos los que se autocuran con una fuerza que la sacan de muy adentro y que les sirve para no arrinconarse a llorar y para pararse y empezar a caminar aceptando la vida que les toca vivir", acota Panchenko. Esa es, palabras más o menos, la historia de Enrique Rivas, o de casi todos los que alguna vez se descubrieron enfermos de cáncer. Enrique fue el encargado de abrir con su testimonio la primera de las jornadas de este encuentro que se realiza a dos años del que reunió en Viedma con el mismo propósito a enfermos y profesionales. "A pesar de que mi relación con la enfermedad siempre se dio a través de una mirada más o menos positiva, hubo momentos muy duros, como cuando descubrí que no era imprescindible para mi familia", cuenta Enrique. "El apoyo de la familia, de los amigos, el que te pregunten de qué estás enfermo, que te escuchen y te den cariño es fundamental en momentos como esos. En mi familia al principio reaccionaron con alarma, pero con el tiempo se dieron cuenta que en estos casos lo que se precisa es alegría y cariño". A pocos meses de haber recibido el alta definitivo de un cáncer de colon que durante los últimos cinco años le recordó que "lo único que deseaba todos los días con todas las fuerzas era estar vivo", hoy Enrique pregona una particular estadística: "el cien por cien de la gente que se muere es por haber nacido, y no por estar enferma", afirma. La libertad terapéutica de hablar y hablar ROCA (AR).- La arcilla es el elemento que les dio la excusa que estaban buscando para reunirse cada martes a hablar no solo de la enfermedad, sino de lo que les pasa. Moldearla, darle distintas formas o simplemente jugar con ella en las manos es el primer paso para "estar más juntos y saber que es una enfermedad con la que se puede vivir", coinciden cada una de las quince personas que una vez por semana se reúnen en el grupo de ayuda mutua "Arcilla" de Roca. Uno de cada cuatro argentinos se enferma de cáncer Uno de cada cuatro argentinos enferma de cáncer y, si bien la gente suele considerar a esta enfermedad como terminal, un 50 por ciento de los casos se curan y el otro 50 por ciento se convierten en crónicos, indicaron especialistas oncológicos. foto: Panchenko y los enfermos de cáncer del grupo "Arcilla" que este fin de semana se reunieron para consolidar aún más la ayuda mutua. |
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