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Viernes 23 de noviembre de 2001 | |
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El 2002 vendrá con más déficit cero en el país |
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El economista Ricardo López Murphy, que disertó en Neuquén, dijo que "nadie se anima a cerrar el presupuesto" y que deben profundizarse las medidas que él anunció en marzo. |
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| NEUQUEN (AN)- Ricardo López Murphy dio por terminada "la fiesta de la deuda" de la década de 1990 en Argentina, insinuó que el país debe "estudiar cómo se cambia la convertibilidad" y afirmó que para llevar a cero el déficit de ocho mil millones de dólares en las cuentas públicas es necesario profundizar los anuncios que hizo en marzo cuando fue ministro de Economía. El economista jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas, FIEL, dijo que el equilibrio se obtendrá con el ahorro de cuatro mil millones en la reducción de intereses y la otra mitad con la prolongación de los recortes del 13% en salarios de empleados públicos y jubilaciones y en la coparticipación a las provincias. Para el corto plazo, existen otros tres elementos: en primer término, hay que desterrar "la idea de que se pueden emitir sucedáneos" -bonos- y que su uso debe restringirse a "la emergencia y rescatarlos inmediatamente"; en segundo lugar indicó que la economía argentina necesitará "inversiones privadas, exportaciones y ser exitosa en el resto del mundo" por su competitividad. Finalmente, exhortó para que los cambios en la convertibilidad se hagan con cuidado "para no volver a los trece ceros de devaluación que tuvimos entre 1971 y 1991". El economista, ex ministro de Defensa y de Economía del actual gobierno, ofreció anoche una conferencia sobre el panorama y perspectivas de la economía argentina, en un acto que organizó la Unión de Empresarios Neuquinos, con el apoyo de la municipalidad capitalina y empresas privadas regionales, entre ellas Editorial "Río Negro". El estudio Pemp, Diez & Asociados otorgó el apoyo logístico a la disertación y el diseño estuvo a cargo de la consultora de Castro & Sacco. López Murphy apuntó directamente contra el gasto público, cuyo crecimiento superó en el doble al de la producción total del país en la década de 1990: mientras ésta subió el 40% y los precios internacionales apenas el 30% en esos años, el gasto público creció "más del 100% en dólares". Despertó carcajadas cuando dijo que "un gobierno socialdemócrata, en ese mismo período, hubiera aumentado el gasto en un 55%". Esa distorsión se pagó, entre otras cosas, con el incremento de la presión fiscal sobre el contribuyente. El peligro, en este caso, está en que "un muerto no paga impuestos" -otra vez risas-, y puso un ejemplo: en 1990, por ingresos brutos se pagaba en Buenos Aires el 0,4% y actualmente "lo quieren llevar al 5%". También mencionó al IVA y a otros gravámenes que "subieron brutalmente y abruman, extenúan al sector privado". Esa asimetría llega a tal punto que "nadie se anima a plantear el presupuesto 2002" por los recor-tes que es necesario hacer. "Nun-ca en la historia, un gobierno nacional bajó el gasto como éste", pero ese ahorro no se nota porque "seis mil millones de dólares sobre un crecimiento tan importante es casi homeopático". Los factores de la crisis económica, según López Murphy son, entre otros, la caída de los precios internacionales de los productos y del valor agregado argentino; la profunda dependencia del mercado nacional con el de los países limítrofes, que tienen características similares; el aumento del gasto sobre la base del endeudamiento interno cuando se agotó el crédito externo y la caída contínua de los depósitos bancarios. La descripción sintética es que, al cabo de la recesión más prolongada de la economía argentina, se produjo "un shock externo mezclado con inconsistencia. |
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