Miércoles 28 de noviembre de 2001

 

Liberar a Balza y Erman y enjuiciar al juez Urso

 

La intención es destruir la carrera política del juez Urso y de Stornelli.

  Buenos Aires (ABA). - "Ahora esperamos que pronto lo absuelvan, porque para Carlos Menem esta causa ya terminó. La Corte dictaminó a su favor en las dos acusaciones que tenía, entonces esto debería terminar pronto", dijo Oscar Salvi, uno de los abogados del ex presidente.
Más allá de los objetivos políticos, que ya oficializó el riojano al anunciar su candidatura para las presidenciales del 2003, el menemismo tiene una estrategia judicial. El fin es lograr que la justicia deje de investigar a su jefe. Aunque hay más. Un propósito secundario: que Martín Balza y Erman González, recuperen también la libertad. Y hasta un desenlace soñado: "Que los enemigos que llevaron a Menem a la cárcel paguen por todo el daño que hicieron", se relame un diputado menemista.
"No negamos que haya delito en esta causa. Creo que hubo algunos pícaros que se quedaron con unos vueltos. Creemos que hay que seguir investigando para llevar a la verdad, y comprobar totalmente la inocencia de Menem", explica Salvi.
Ahora que recuperaron la confianza, los estrategas menemistas ya tienen la mira puesta en algunas cabezas. En especial la de Duhalde y la de Urso. Los allegados al ex presidente creen que el juez fue presionado por el senador para encarcelar a Menem. Y acusan a Miguel Angel Toma, desplazado al duhaldismo, de haber actuado de intermediario.
Urso reconoce que Toma es su "amigo personal" pero aclara que "nunca hablamos de este caso". En 1992, cuando el ex diputado porteño se separó de su mujer, el ahora juez actuó como su abogado; allí comenzó esa relación. En agradecimiento, Toma lo nombró Director de Asuntos Jurídicos de la municipalidad porteña, en tiempos de Grosso. Años más tarde, con Menem sentado en el sillón de Rivadavia, Toma era uno de los gestores políticos del armado jurídico, con amplia injerencia en el nombramiento de jueces. Urso había aprendido que era más fácil llegar a los tribunales federales mediante una cortada política que por la carrera judicial. El martes 20, al recibirlo en su despacho para oficializarle que quedaba en libertad, Urso le dijo que "nunca quise hacerle daño". Menem lo consoló: "No tengo miedo, no es mi estilo buscar venganza". Pero al día siguiente aprobó el proyecto que le recomendó Salvi: iniciar una ofensiva política y judicial. Es posible que el equipo de abogados le inicie una querella a Urso por daños y perjuicios y otra a la diputada Carrió por calumnias e injurias.
Pero los planes de Eduardo y Martín Menem van más lejos: quieren destruir la carrera judicial de Urso y, de paso, la de Stornelli. Las ideas son dos. Por un lado, el menemismo intentará aprovechar la mayoría justicialista en diputados para imponer el juicio político al magistrado. Por otro, pretenden impulsar la investigación sobre el patrimonio de Urso que impulsa el Consejo de la Magistratura. "Urso llevó la causa de las armas hasta límites increíbles para tratar de parar sus problemas, pero ahora tendrá que hacerse cargo de su enriquecimiento y explicar cómo obtuvo tanto dinero", advierten. Salvi, ante Río Negro, no lo desmiente: "Y bueno, supongo que la pelota ya no está de su lado de la cancha...". Son muchos los menemistas que le auguran una corta vida a la carrera judicial del magistrado federal.
     
     
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