El FMI "colaborará" con el programa 2002
La misión inició el análisis del Presupuesto para el año próximo. De su aprobación depende que se destrabe un desembolso de 1.264 millones.
"Estoy aquí para colaborar en la reformulación de los programas para el 2002", dijo ayer el jefe del Departamento Hemisferio Occidental, Tomas Reichmann, en el cuarto piso del Ministerio de Economía, antes de comenzar las conversaciones formales con el secretario de Hacienda, Jorge Baldrich.
Detrás de esta afirmación quedaría implícito que el organismo ya cerró la revisión de las cuentas públicas del año 2001, en las que, según trascendió, se incluye un desvío de al menos 1.300 millones respecto al tope de 6.500 millones renegociado en agosto.
Este desfasaje se producirá pese a un plan lanzado por el gobierno en julio para llevar a cero el déficit fiscal del Estado en el segundo semestre, a través de recortes recortes de sueldos en empleados públicos y pensiones.
El jefe de la misión añadió que el trabajo del grupo técnico se extenderá hasta mediados de la semana próxima y advirtió que durante su estadía no hablará con la prensa.
"Nos estaremos yendo a mediados de la próxima semana y quiero aclararles que esta vez no voy a hacer declaraciones a la prensa. No quiero ni confirmar nada, ni delegar nada. A partir de ahora no hago mas comentarios", advirtió el funcionario internacional a los periodistas que aguardaban que finalice la reunión.
De esta forma Reichmann cerró el diálogo sin explicar si aconsejará al Directorio del FMI que habilite el giro del tramo comprometido o si el paso administrativo deberá contemplar el pedido de un "waiver" por parte del Gobierno argentino ante el incumplimiento.
Ante la posibilidad que el FMI retrasara el envío de la misión y por ende se postergara la aprobación del desembolso, Reichmann no tomara contacto con la prensa e intentó evitar que se produzca el escueto diálogo.
Para el FMI es fundamental el estudio de las metas presupuestarias para el año próximo en virtud de la magnitud del recorte de gastos que deberá efectuar la administración central para cumplir con la meta del déficit cero y cerrar las cuentas prescindiendo del apoyo de los mercados de crédito.
Carta de presentación
Como carta de presentación ante el FMI, el gobierno tendió un puente de diálogo con empresarios y sindicatos, en busca de consensos que mejoren el clima de negocios en la Argentina.
Para eso, industriales y sindicalistas se reunieron el domingo con el presidente Fernando De la Rúa, que el jueves lanzará una amplia convocataria a la unidad nacional. (Ver abajo)
El subsecretario de Presupuesto, Jorge Sansone, afirmó ayer que la intención del Poder Ejecutivo es enviar el proyecto de presupuesto al Congreso antes del viernes de esta semana.
Según comentó el desdoblamiento del ministerio de Acción Social y el de Desarrollo Social fue uno de los factores que demoró la confección del proyecto.
Pese a la situación de debilidad de la Argentina, para el FMI también es una negociación complicada, pues siente la presión de haber apoyado el "blindaje", el canje de deuda de junio y la posterior renegociación de metas, sin que la Argentina haya obtenido los resultados proyectados.
El organismo fue centro de distintas críticas debido a su participación en las crisis de Rusia y México, entre otras, por lo que un fracaso en el caso argentino haría tambalear su estructura.
En una nota publicada ayer en el matutino chileno "El Diario", la Emerging Markets Creditors Association (EMCA), que agrupa a diversos inversores de países emergentes, renovó su ataque al FMI.
Su portavoz Hans Humes dijo: "los multilaterales son los culpables de crear una enorme carga de deuda en muchos de estos países (emergentes) incluyendo a Argentina. La carga crediticia es mucho peor ahora por culpa del FMI". (DYN y Télam)
Confirman fuerte déficit
Las cuentas públicas registraron en octubre un déficit de 696,8 millones de pesos por lo cual el gobierno deberá obtener un superávit de por lo menos 355,2 millones en el último bimestre para cumplir con la meta anual comprometida con el FMI para ese período, informó ayer el Ministerio de Economía.
El desequilibrio del sector público no financiero de octubre representa un aumento de 223,7 millones frente al saldo negativo de 473,1 millones verificado el mismo mes del año pasado.
Con este resultado, el déficit fiscal sumó en los primeros diez meses del año 6.855,2 millones, lo que significa 355,2 millones por arriba de la pauta anual fijada con el FMI de 6.500 millones.
Esto quiere decir que en el último bimestre del año se necesita un superávit como mínimo de 355,2 millones para no caer en un incumplimiento con el FMI. En el actual contexto de caída de la recaudación impositiva, será bastante difícil que el gobierno logre este objetivo. Cavallo ya reconoció que habrá un incumplimiento, aunque minimizó el desvío al asegurar que "no habrá un alejamiento importante" de la meta planteada.
Un hecho que ayudó a amortiguar un poco el rojo de las cuentas públicas es que el gobierno está computando un ingreso de 400 millones por la licitación de PCS que en realidad no se concretó este año debido a la adversa situación económica.
Los protagonistas ya hablan de "acuerdos básicos"
El Gobierno analiza la posibilidad de ampliar la convocatoria a una concertación a los jefes de bloques parlamentarios, mientras los empresarios aseguraron que ya existen "acuerdos básicos" sobre el pacto multisectorial que se lanzará el próximo jueves.
El presidente De la Rúa afirmó que la concertación "es muy importante para el país" y se mostró esperanzado de que "sea un éxito" para "definir un proyecto de país", tendiente a superar la grave crisis económico y político que vive la Argentina.
Representantes políticos, como los justicialistas Carlos Ruckauf y Eduardo Duhalde, o el aliancista Aníbal Ibarra, manifestaron su respaldo a la convocatoria, pero advirtieron que no debe ser "sólo para la foto". El titular de la Unión Industrial Argentina, José de Mendiguren, uno de los empresarios que integran la mesa de concertación, dijo que ya existe consenso sobre dos puntos centrales: que "la convertibilidad no se puede tocar" y que es necesario la reestructuración de la deuda pública.
También indicó que en las reuniones preliminares se habló sobre la posibilidad de lanzar "un bono patriótico" que deberían abonar las empresas que obtuvieron más ganancias.
De la Rúa, Chrystian Colombo y Domingo Cavallo, encabezaron el domingo la primera reunión preparatoria que concentró a integrantes del denominado Grupo Productivo, a banqueros y a sindicalistas.
Fuentes oficiales dijeron que se planea sumar al debate a los jefes de las bancadas legislativas, pero ratificaron que en esta primera etapa no se convocará a líderes de partidos políticos para evitar que la concertación sea teñido de debate partidario.
La Iglesia también formaría parte de la convocatoria inicial. La agenda del gobierno para la concertación está basada en seis puntos básicos: canje de la deuda, la Ley de déficit cero, la política social, crecimiento económico, la Reforma del Estado y el comercio exterior. (DYN)
"Cambiar el modelo"
Las dos CGT condicionaron ayer su asistencia a la primera ronda de "concertación multisectorial", que convocó el gobierno, para el próximo jueves, a "un cambio sustancial" en la política económica oficial.
"Si el gobierno sigue insistiendo en eliminar las asignaciones familiares, en mantener la rebaja salarial y no implementar en la coyuntura, una red de contención social, nosotros no asistiremos", advirtió el titular de la CGT oficial Rodolfo Daer.
Desde el sector disidente, su vocero Julio Piumato declaró que "el gobierno nos tiene que aclarar si el llamado es para cambiar el modelo económico o para ratificarlo, porque si es para ratificar esta política de hambre y miseria, no vamos a concurrir", amenazó. (DYN)
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