Viernes 23 de noviembre de 2001 | ||
MAS INFORMACION De la Rúa salió a cruzar a Menem y convocó a la concertación |
Rozas, al frente de la UCR, prometió "respaldo crítico" al gobierno |
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El ex presidente Raúl Alfonsín se despidió ayer de la jefatura de la UCR con la "tranquilidad" de haber procurado, dijo, la unidad partidaria, la "reafirmación de la Alianza y la búsqueda de la unión nacional", tras lo cual su reemplazante, Angel Rozas, adelantó el apoyo del radicalismo al Gobierno, aunque no con "vendas en los ojos". El presidente saliente del partido advirtió, por otra parte, que la situación mundial, tras los atentados en Estados Unidos, podría derivar en una crisis "universal" de la economía y en este contexto algunos podrían intentar impulsar una ola de "autoritarismo". "La UCR va a trabajar con todas sus fuerzas para defender la igualdad, la equidad e impedir que los sectores reaccionarios nos lleven a situaciones que jamás quisiéramos vivir, porque hemos sepultado para siempre el autoritarismo en el país", afirmó. El presidente Fernando De la Rúa asistió, entre tanto, al plenario de delegados de la UCR, pero lo hizo una vez que el cuerpo eligiera por "unanimidad" -en un trámite veloz- a su nueva conducción, encabezada por Rozas, en ausencia de Alfonsín, como indica la carta orgánica partidaria. La mesa ejecutiva del radicalismo quedó compuesta por Rozas como presidente; Casella, como vice primero; el gobernador rionegrino, Pablo Verani, como vice segundo; y su par de Chubut, José Luis Lizurume, como vice tercero. Además, los delegados de cada una de las provincias designaron a sus secretarios de la mesa, pero aún quedan pendientes los de Tierra del Fuego, Córdoba, San Juan y Salta. Luego de dejar al frente del plenario al tucumano Benito Ferrera, Alfonsín se retiró del recinto y dio paso, así, a la votación de la nueva conducción que, al fin, por unanimidad -a través de la propuesta de 80 delegados- quedó en manos de Rozas. Las negociaciones para la composición de la nueva mesa se habían estancado, sin embargo, a media tarde, a raíz de que Verani pretendía para sí la vicepresidencia primera, que recaló finalmente en manos de Casella, tras la intransigencia del propio Rozas, según relataron partícipes de las reuniones. Al asumir, Rozas ratificó la vocación aliancista del partido, su intención de buscar la unidad nacional -en sintonía con lo que quiere Alfonsín-, y su respaldo, aunque crítico, al gobierno de De la Rúa, del que, insistió, el radicalismo forma parte. "Tenemos que asumir que somos el partido de Gobierno, no proponemos un acompañamiento con vendas en los ojos, sino con madurez política", completó. Adelantó, además, que en el centenario partido se va a terminar con el "internismo", un trabajo, según dijo, "iniciado por Alfonsín", tras lo cual aseguró que los radicales "cerraron la etapa de las luchas por espacios políticos". Rozas aventuró, además, que la "UCR ganará las elecciones" presidenciales del 2003, luego de poner al radicalismo "en el camino de la competencia". En su discurso de despedida, el ex presidente advirtió que es "indudable que el Gobierno tiene asuntos pendientes", aunque destacó el hecho de que haya escuchado los reclamos del partido sobre "una reestructuración de la deuda y la reactivación de la economía" así como también los de atender el tema social. Opinión: Entusiasmo y realidad Con entusiasmo llega el chaqueño Angel Rozas al timón de la UCR. |
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