Viernes 23 de noviembre de 2001

 

Redadas en todo el mundo a pedido de la CIA dejan 360 detenidos

 

Hay 30 sospechosos en América Latina.

  WASHINGTON (ANSA) - Los servicios secretos y la policía de 50 países mantienen actualmente detenidas, a pedido de la CIA, a unas 360 personas, 30 de las cuales en América Latina, sospechosas de tener conexiones con la organización terrorista Al Qaeda y otros grupos similares, dijo ayer el diario Washington Post.
De las 330 restantes, más de 100 personas fueron detenidas en Europa, otras 100 en Medio Oriente y 20 en Africa.
La revelación del diario norteamericano está firmada por el reconocido periodista Bob Woodward, cuyo nombre está estrechamente vinculado al caso Watergate, el escándalo político que terminó con la renuncia al cargo del ex presidente norteamericano Richard Nixon, en 1974.
La actual redada internacional es similar a la operada por el FBI en el frente interno norteamericano, que llevó a prisión a 1.100 personas, algunos de los cuales solamente son sospechosas de tener relaciones con el terrorismo, mientras que la mayor parte fue detenida por violación a las leyes norteamericanas sobre inmigración.
La CIA, afirmó el diario, recibió en general una amplia cooperación.
En un caso, sin embargo, los agentes del contraespionaje norteamericano superaron las resistencias de un país -no identificado- para que dé informaciones sobre un presunto terrorista y fueron en persona a obtenerlas pasándolas a los servicios de un tercer país, donde residía el sospechoso, que fue detenido.
Las fuentes contactadas por el diario dijeron que las detenciones pusieron en crisis a algunas células de Al Qaeda, pero no está claro si las redadas evitaron atentados en preparación tanto en Estados Unidos como en otras partes del mundo.
En su esfuerzo global contra el terrorismo, además de intensificar la cooperación con los servicios de otros países, la CIA habría también emprendido "acciones de alto riesgo" por su cuenta, dice el diario.
"Las operaciones de inteligencia pueden revelarse más útiles que la guerra en el largo plazo -dijo un funcionario que no dio su nombre-, cuando no podemos bombardear o enviar nuestras fuerzas especiales, debemos operar en secreto para erradicar a los terroristas".
Un diplomático europeo, que tampoco dio su nombre, dijo que la presión de la CIA sobre los servicios de otros países es formidable.
"No podemos contener a esta gente de la CIA", señaló contando que los servicios norteamericanos inundan su país de pedidos, listas y datos.
Entre los servicios de información que más cooperaron está el jordano, que detuvo a más de 12 personas, los servicios sauditas en cambio detuvieron a cinco, utilizando informaciones obtenidas de dos individuos que fueron detenidos en Bahrein.

FBI se rebela por actitudes racistas

WASHINGTON (ANSA) - La decisión del gobierno de George W. Bush de interrogar a unas 5.000 personas de origen medio-oriental que viven en Estados Unidos, generó una fuerte polémica entre la policía -que se niega a hacerlo- y el FBI en un nuevo capítulo de la lucha antiterrorista.
"No queremos ser cómplices de una operación con contornos racistas", afirmó un portavoz policial en referencia a la nueva medida, decidida a raíz de los atentados terroristas del 11 de setiembre, y que pone en veredas diferentes a la policía y al FBI.
El pedido del ministro de Justicia estadounidense John Ashcroft a la policía estadounidense para que colabore en los interrogatorios de miles de medio orientales que viven en el país, "está dividiendo a Estados Unidos", sostienen algunos analistas.
Ayer policías de todo el país rechazaron el pedido al que consideran "incompatible con el estado de derecho".
En Portland (Oregon), el jefe de la policía se opuso rotundamente al pedido de Ashcroft ya que entra en conflicto con "la prohibición de interrogar a los inmigrantes cuando no son sospechosos de un crimen en particular", informó ayer el New York Times.

Un feriado diferente

Para los estadounidenses, la festividad del Día de Acción de Gracias tradicionalmente significa una llamada telefónica a su país, una cena con pavo y ver por televisión el desfile de Nueva York. Pero este año es diferente. Antes de los atentados del 11 de setiembre, esta festividad -que celebran en familia el cuarto jueves de noviembre para agradecer los logros alcanzados en Estados Unidos- había perdido su sentido original. Ahora los estadounidenses se están percatando de que ya no pueden dar por descontado la vida y la seguridad.
     
     
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