Martes 20 de noviembre de 2001

MAS INFORMACION:

Cuatro periodistas fueron asesinados en una emboscada

 

Rescatando la tragedia humana de los conflictos bélicos

 

Los periodistas asesinados eran veteranos de varias guerras

  Todos los corresponsales muertos en la emboscada de ayer eran veteranos en la tarea de cubrir conflictos armados, y su fallecimiento causó hondo pesar en distintos países. La Asociación Mundial de Periódicos dijo que "cubrir una guerra es una profesión peligrosa, pero estos asesinatos son actos de criminales salvajes".
- "Antes o después dejaré la profesión de periodista, quiero volver a ocuparme de cuestiones humanitarias", solía decir María Grazia Cutuli, la enviada del Corriere della Sera muerta ayer.
Siciliana, de 39 años, periodista desde 1990, trabajaba en la sección Exteriores del diario milanés desde hacía cinco años. Su amplia experiencia en asistencia humanitaria -estuvo en Ruanda con una agencia de la ONU durante la guerra en esa región- la había llevado a ocuparse también en el Corriere de áreas de crisis. Numerosos y siempre detallados, había efectuado reportajes en Medio Oriente, pero sobre todo en Africa.
Maria Grazia, largos cabellos pelirrojos y físico menudo, demostraba menos edad de la que realmente tenía. Había partido para Afganistán tras los atentados del 11 de setiembre, pero ya en los meses precedentes había estado en más de una ocasión en ese país, que llegó a conocer bien y que había recorrido en largos tramos a pie. Hace tres días había llegado a Jalalabad, junto a su amigo Julio Fuentes, enviado de El Mundo, junto a quien escribió un bellísimo reportaje (ver aparte)
- El periodista español Julio Fuentes, de 42 años, era un corresponsal de guerra de raza que cubrió los principales conflictos de los últimos 15 años. Fuentes había contado, siempre desde la primera fila, para Diario 16 y El Mundo, al que se incorporó desde su fundación hace 12 años, las Guerras de Africa, El Salvador, Panamá, el Golfo Pérsico, Croacia, Bosnia, Chechenia y Kosovo. Fue el periodista que más tiempo permaneció en Sarajevo, y en Kuwait asistió a la rendición de las tropas iraquíes. En sus crónicas resaltaba el lado humano de los conflictos, con especial atención a las víctimas civiles, y sobre todo a los niños. "Lo peor es la soledad y ver matanzas de civiles. Bosnia me marcó mucho en este sentido. He intentado curar las heridas anímicas que eso produce pero no abandonarlo, porque es mi vida", dijo.
- Harry Burton, de 32 años, trabajaba para Reuters desde hace 20 meses. Burton se ganó una reputación en Timor Oriental durante la cobertura de la violencia que azotó al pequeño territorio portugués cuando decidió en un referendo independizarse de Indonesia en 1999. En Kalimantán, Indonesia, llamó la atención sobre la ferocidad de la tensión étnica entre los miembros de la tribu autóctona dayak y los inmigrantes de Madura. Su colegas resaltan su naturaleza apacible y cordialidad
- Azizullah Haidari, es un maestro afgano de 33 años que pasó la mitad de su vida como refugiado en Pakistán. Haidari comenzó a trabajar con Reuters en Pakistán monitoreando la radio afgana en agosto de 1992 y luego se convirtió en un fotógrafo. Emigró a Pakistán en 1980 entre más de tres millones de afganos que escaparon de la ocupación soviética de su país. Se unió a Reuters meses después y cubría desde entonces la guerra.
     
     
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