Lunes 19 de noviembre de 2001

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El crimen organizado tiene su "mercado común"en Europa

 

La mayor libertad económica favorece sus acciones.Los grupos se adaptan mejor que la policía a las reglas de la globalización.

  La sombra del crimen organizado no ha quedado a la zaga del proceso de unidad europea. "Hoy en día, Europa es también un mercado común para los criminales", señala Juergen Storbeck, director de la organización policial europea Europol, fundada en 1999 y establecida en La Haya.
En su lucha contra el crimen organizado, Europol puede comprobar todos los días que los gangsters aprovechan las posibilidades técnicas más modernas con la misma rapidez que la economía legal "y, desde luego, más rápidamente que la policía y la Justicia". Aun así, Storbeck manifiesta su optimismo: "La cooperación internacional de la policía ha logrado avances asombrosos, que se no esperaban hace seis u ocho años".
Europol admite que el crimen organizado muestra hoy, más que en el pasado, su potencial para seguir creciendo y obtener ganancias más elevadas, cambiando las estructuras tradicionales de sus actividades y organizándose cada vez más a nivel internacional.
Además, para administrar las empresas criminales, aprovechan crecientemente la experiencia de especialistas del "mundo legal", para inversiones y cuestiones fiscales y jurídicas, por ejemplo.
El panorama actual del crimen organizado en la Unión Europea (UE) está marcado tanto por la mafia clásica, con la autoridad de un padrino a la cabeza, como por las bandas organizadas según la nacionalidad de sus miembros, originarios de Europa central, Europa oriental o América del Sur.
Muchas veces, los jóvenes criminales que ocupan puestos de mando dentro de grupos caracterizados por su procedencia étnica ya son ciudadanos de la UE, y en muchos casos se han alejado del viejo pensamiento jerárquico. "Entre ellos hay hombres de negocios modernos con una buena formación profesional y que hablan varios idiomas", explica el director de Europol.
Más que en el pasado, el crimen organizado interviene hoy también en la criminalidad ordinaria. Por ejemplo, "puede pasar que hoy abran un coche en Hamburgo y mañana ya estén cobrando en Portugal o España los eurocheques robados, tal vez mostrando el pasaporte de otra persona. Para hacer esto, se necesita una organización", dice Storbeck. Hace un par de años, añade, la pornografía infantil apenas desempeñó un papel importante, pero esto ha cambiado en la era de Internet, ya que "ahora es un negocio que da dinero".
Sin embargo, la actividad criminal que mayores beneficios genera sigue siendo el narcotráfico. "Para nosotros, lo más preocupante es el fuerte aumento de las drogas sintéticas. Este es un tremendo problema", reconoce Storbeck, y no sólo por lo difícil que es descubrir estas drogas durante el contrabando: "Nos hemos convertido (los países europeos) en una región productora y ahora estamos en la mira de las críticas de Estados Unidos, que quiere saber qué estamos haciendo frente a ello".
Para la UE, la criminalidad relacionada con la inmigración ilegal y el tráfico de personas ya ha alcanzado una importancia similar. El tráfico moderno de esclavos produce ganancias por cientos de millones o miles de millones de dólares, según diversas estimaciones, aún poco precisas.
En la lucha de la UE contra la criminalidad, Storbeos una voluntad política de cooperación que antes era inimaginable. "Actualmente, hay una disposición a ceder soberanía a autoridades centrales o fuerzas policiales comunes, algo que no ocurría hace tres o cuatro años", asegura el jefe de Europol.
Como ejemplo de ello, se remite a declaraciones formuladas por el canciller alemán Gerhard Schroeder o su colega de Francia, Lionel Jospin, quienes se han pronunciado por transformar a Europol en una policía judicial común, y esta propuesta "no ha sido recibida con indignación", recalca Storbeck.
También ha habido muchas mejorías desde el punto de vista jurídico, técnico y en cuanto a los métodos de trabajo, según Storbeck, cuya organización tiene 280 empleados.
No obstante, le hubiera gustada que los países miembros de la UE aprovecharan con mayor frecuencia todos los instrumentos de información y análisis con que cuenta Europol.
Storbeck lamenta que la cooperación se vea limitada por las diferencias en materia de derecho penal, "y sobre todo en lo que se refiere al derecho procesal penal". El funcionario policial aboga por la creación de equipos de investigación conjuntos, ya que los agentes de Europol no están autorizados a intervenir en detenciones u otras actividades policiales en ningún país miembro de la UE. (DPA)

Edgar Denter

     
     
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