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Más de 3.000 millones en emisión de bonos
A la tendencia marcada por la provincia de Buenos Aires con los patacones, título con el que se resolvió la emisión de unos 600 millones de pesos, continuaron las colocaciones de papeles en el resto de las provincias por un monto de 1.700 millones.
De acuerdo con datos elaborados por el Ministerio de Economía, la provincia que más ha emitido, luego de Buenos Aires, es Chaco con 466,3 millones de pesos, seguida por Corrientes con 291,6 millones y Misiones con 183 millones.
En la vereda contraria, las provincias que menos emitieron son Mendoza, con 3,8 millones y Chubut con 13 millones. En la región particularmente las emisiones totalizan 20 millones de pesos en Río Negro y 12 millones en Neuquén.
La colocación de estos título, que ha proliferado en los últimos meses, es una consecuencia directa de la recesión que vive la economía, en donde se genera menor recaudación y de la falta de una mayor restricción fiscal en los estados del interior del país y en la administración nacional.
La falta de recuperación de la economía y la prolongada recesión, sumado al incumplimiento por parte del Gobierno de los envíos correspondientes a la coparticipación federal de impuestos fue cercando a los gobernadores a la única alternativa posible para cumplir con sus pagos y compromisos como es la emisión de títulos de deuda.
Indefectiblemente, tanto en la región del Alto Valle, como otras provincias tuvieron que recurrir en los últimos tres meses a la emisión de bonos para pagar salarios, compromisos de deuda y a proveedores.
Las cifras son elocuentes. Estos bonos representan nada menos que cerca de un 30% del circulante que existe en el país.
Sin embargo, este nuevo "festival de bonos" como se lo está denominando en la jerga económica está comenzando a ser muy criticado por distintos analistas.
Tal es el caso del ex secretario de Hacienda, Manuel Solanet, quien advirtió que "este tipo de bonos son emisiones encubiertas y el peligro que existe en este caso es que no se está cumpliendo con un elemento central de la Convertibilidad como es la no emisión de moneda".
"Esta proliferación de bonos, si no se acota, podría tener un efecto inflacionario en el mediano y largo plazo", sostuvo el economista.
Otro especialista sumamente crítico de las decisiones que están adoptando los gobiernos nacional y provinciales en materia de financiamiento es José Luis Espert, quien consultado por "Río Negro" resaltó que "esto significa terminar con la Convertibilidad, porque se está admitiendo ya cualquier tipo de emisión de nuevas monedas, sin los controles estrictos y necesarios".
"Más allá de lo que digan en el Gobierno, o los gobernadores, esto es desvirtuar totalmente el concepto de cómo se debe manejar la emisión de moneda en un proceso de Convertibilidad", agregó.
A su vez, el ex subsecretario de Comercio Exterior, Raúl Ochoa, enfatizó que "cuando se larga una moneda sin respaldo como son las Lecop, a la larga se está vulnerado uno de los principios básicos de la Convertibilidad que es la relación que sirve de guía y la propia del país". (ABA)
Cómo funcionan los títulos
La emisión de títulos públicos o bonos es un alternativa que se aplica en todos los países tanto a nivel nacional como regional para poder lograr financiamiento para gastos operativos o de inversión.
La principal característica de la emisión de un bono es que reporta una tasa determinada, generalmente más alta que la que se otorga en el sistema financiero.
El esquema funciona casi siempre de la misma forma. El Estado nacional o provincial anuncia la emisión de un título, que debe tener garantía con propiedades públicas u otro activo, como la recaudación y los ingresos por coparticipación.
El bono tiene un interés por el uso de ese capital que están aportando distintos inversores, ya sean particulares o institucionales. Ese título tiene un plazo determinado, dentro de ese plazo se van pagando en forma periódica, puede ser mensual, trimestral, intereses que han sido pactados entre el Estado que emite y los bancos seleccionados para que el bono pueda ser comprado por empresas o particulares.
El esquema, para entenderlo bien, funciona parecido a lo que puede ser un plazo fijo. Es decir, un ciudadano va al banco a colocar un dinero en plazo fijo. Le entregan un certificado por ese dinero, le da un interés determinado y una vez vencida la colocación, el banco se lo reintegra. (ABA)
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