Miércoles 28 de noviembre de 2001

 

Seguel apuntó al juez Iribarren para intentar reivindicarse

 

Está acusado de incumplimiento de deberes. Ayer declaró en la primera audiencia del juicio oral.

  -¿Qué estima que tuvo que haber hecho y no hizo en este caso específico? -le preguntó el juez Juan Rotter a Luis Seguel.
-A mi entender, lo que no tendría que haber hecho fue haber confiado en el juez y en el fiscal. -le respondió el ex subcomisario.
-¿Por qué motivo?
-Porque si no en este momento no estaríamos en este juicio. Por confiar en el juez y el fiscal estoy acá como único imputado en una causa tan importante como fue el triple crimen, donde intervino mucha gente, y el único imputado en un incumplimiento soy yo. Fui una de las personas que más luchó por la prevención en Cipolletti, además de haber creado el grupo de motoristas en la provincia de Río Negro, haber confeccionado álbumes fotográficos que hasta hoy los piden desde distintos juzgados y que no existían. Entiendo que agoté todos los medios disponibles con los que contaba en ese momento.
Luis Seguel apuntó hacia arriba para deslindar responsabilidades y al mismo tiempo intentar reivindicarse ante la sociedad. Más de una vez, ya sea directa o indirectamente, dio a entender que él estuvo a disposición del juez Pablo Iribarren al igual que todo el personal de la subcomisaría a su cargo.
En su extensa indagatoria -estuvo casi dos horas sentado frente a los jueces- negó haber cometido los hechos de incumplimiento de deberes de funcionario público que le imputan. "A nadie le dije que parara de buscar ni que se dirigiera a otro lugar", aseguró.
El juicio de esta causa conexa a la investigación del triple crimen comenzó ayer a las 9, con la lectura de la requisitoria fiscal. Después de escuchar el contenido de las 25 fojas escritas por el ex fiscal Alvaro Meynet, la defensora del imputado, Gabriela Labat, realizó un planteo de prescripción de la causa por el tiempo transcurrido. Pero el Tribunal lo rechazó.
Apenas había pasado poco más de una hora del inicio del debate cuando el presidente de la Cámara convocó a Seguel. Vestido con un prolijo traje azul, el ex jefe de la unidad 69 avanzó hasta el banquillo y se sentó a esperar las preguntas. En todo momento el ex policía trató de mostrarse distendido y por eso no impidió que los fotógrafos lo acosaran con los flashes apenas estuvo frente a los jueces.
"Quiero aclarar algunos puntos de mi indagatoria que a mi entender no quedaron claros", dijo el imputado antes de comenzar a detallar los encuentros que tuvo con algunos vecinos que se había olvidado de mencionar durante la instrucción.
Entre ellos, destacó a una persona de la asociación de enduro de Cipolletti, que no pudo salir con las motos pero sí con una camioneta cuatro por cuatro.
En su relato espontáneo Seguel describió todo el recorrido que realizó personalmente. Fue recién cuando López Meyer empezó con la batería de preguntas cuando tuvo que decir qué actividades organizó en el "operativo de búsqueda".
En ese momento mencionó que se libraron circulares para solicitar el paradero de las chicas y que se dispuso que se saliera a buscar. Dijo que las órdenes iniciales las dio el oficial de servicio (el que estaba en la noche del domingo 9 cuando se realizó la exposición por la desaparición) y que él las profundizó cuando se hizo cargo de la subcomisaría a las 8,17 de la mañana del lunes.
Seguel procuró justificarse en todo momento. Dijo que se desplazaba en base a los datos de los testimonios que iban surgiendo en el lugar y que "en ningún momento" se desvió la búsqueda.
El interrogatorio se puso más denso a partir de la pregunta del vocal del Tribunal, Juan Rotter. Los jueces no dejaron pasar el comentario que realizó Seguel cuando dijo que el error que cometió fue confiar en Iribarren y el fiscal Meynet.
-¿Por qué dice por haber confiado en el juez y el fiscal? -le retrucaron.
-Hay muchas cosas extrañas. ¿Qué juez detiene a un funcionario público por una presunta destrucción de documento público? No creo que haya antecedentes en la provincia de Río Negro. Está bien, se aclaró después y fui sobreseído. Pero era una presunta destrucción de documento público, habiendo estado con el juez 10 o 15 días codo a codo, habiendo sido muy leal hacia el juez y el fiscal.
Seguel expresó que le pareció "muy extraña" su detención. Y recordó que Iribarren "sabía de muchos puntos que habíamos investigado. No sé por qué continuamos con esta causa adelante, habiéndome dicho él en más de una oportunidad que el 90% de lo que tenía eran dichos de dichos".
Recordó que estaba allí porque él quiso. "Podríamos haber evitado este juicio", sostuvo, pero dijo que decidió seguir adelante "para mí y para que la comunidad sepa qué habíamos hecho".

"En ningún momento pensé que podían estar muertas"

CIPOLLETTI (AC).- Luis Seguel brindó su versión. "En ningún momento pensé que podían estar muertas", aseguró ayer el ex subcomisario, quien reconoció que la hipótesis que manejó en todo momento fue que las tres chicas se habían ido de sus casas.
Entre las preguntas formuladas por el Tribunal -integrado por César López Meyer, María Evelina García y Juan Máximo Rotter- y el fiscal Edgardo Rodríguez Trejo, Seguel respondió a cada uno de los seis hechos que le imputan.
1) No habría difundido por los medios la desaparición de las víctimas. Habría omitido ilegalmente afectar personal idóneo a la búsqueda: Dijo que libró la circular sobre averiguación de paradero a las comisarías y después la amplió a la red provincial, interprovincial y nacional. Aseguró que cuando tomó conocimiento de la desaparición de las chicas no creyó conveniente llamar al Bora. Sostuvo que el lunes al mediodía acordó personalmente con autoridades de la Unidad Regional II la llegada de la brigada durante la mañana del martes. "En ese momento teníamos personal abocado a la búsqueda", expresó ante el Tribunal. Comentó que había vecinos y familiares, además del personal policial, y que contaba con motoristas. De los 35 efectivos a su cargo, destinó a la búsqueda a una quincena de ellos.
2) Habría orientado la búsqueda de las personas hacia sitios opuestos a la zona en la cual la lógica más elemental aconsejaba concentrar y agotar la pesquisa: "En la búsqueda apliqué la lógica que entendí que debía aplicar según los testimonios".
3) Rehusó disponer la averiguación sistemática en la zona de chacras aledañas para consultar entre los habitantes: Describió el recorrido que realizó personalmente en todo el sector.
4) Habría difundido como novedad relativa a la búsqueda un dato sumamente inidóneo o dudoso y obtenido además en forma absolutamente causal con el objeto de detener el rastrillaje: Señaló que fue a Barda del Medio a interiorizarse sobre nuevos datos. Viajó porque no mantenían comunicación radial con el destacamento de este sector. Cuando el fiscal le consultó por qué no llamó por teléfono, Seguel dijo que el viaje surgió en forma espontánea (porque además estaba el aniversario de Cinco Saltos). "Cuando regresé, era el dato más importante y creíble que teníamos". "A nadie le dije que dejara de buscar".
5) Rehusó aceptar apoyos de medios para colaborar en la búsqueda: Mencionó que rehusó el ofrecimiento del fiscal de Neuquén Mario Rodríguez con respecto a la Uespo porque ya había convocado al Bora. Dijo no recordar el ofrecimiento de la División Perros neuquina, aunque tampoco la solicitó.
6) No acordonó eficazmente el sitio donde fueron hallados los cadáveres: "Cuando llegó el doctor Iribarren, con la secretaria, el fiscal y Handam, y se acercó le dije que no quería que ocurriera lo que había pasado en otros hechos como el de Río Colorado. Él no dijo absolutamente nada, vio el cerco que correspondía al vallado que habíamos hecho y no me dijo si lo tenía que ampliar o achicar, no me dijo nada". Aseguró que no ingresaron personas ajenas al lugar donde estaban los cuerpos.

Negó conocer a las chicas

CIPOLLETTI (AC).- En varias ocasiones el Tribunal le realizó preguntas relacionadas con la investigación principal del triple crimen. Desde si conocía a Claudio Kielmasz y Guillermo González Pino hasta si había ingresado a la chacra donde una menor dijo que ocurrió la agresión.
La mayoría de las respuestas fueron "no". El ex subcomisario Luis Seguel dijo que desconocía a las víctimas, a los dos condenados por el secuestro de las chicas (Kielmasz y González Pino) y a Hilario Sepúlveda y Horacio Huenchumir (los marginales que estuvieron inicialmente detenidos por el triple crimen).
El presidente del Tribunal, César López Meyer, le consultó además por los vehículos particulares que tenía en ese entonces y si en la unidad había autos secuestrados que fueran utilizados por personal de la subcomisaría. Todo apuntaba a saber si alguno de estos rodados coincidía con la descripción de los automóviles que fueron mencionados por algunos testigos en la causa principal. Pero no surgieron concordancias.
Tampoco aportó nada significativo cuando se le consultó por la chacra donde una menor dijo haber presenciado la agresión de las víctimas. Le preguntaron si alguien "había tomado contacto con Feruglio" (el dueño de la chacra), y Seguel respondió que él lo hizo pero con posterioridad al hallazgo. "Fuimos cuando estábamos en la investigación", mencionó.
López Meyer también interrogó al imputado para saber si en la actualidad, teniendo en cuenta "lo que se sabe y lo que no se sabe" del triple crimen, sospechaba de que podía haber habido participación policial ya sea en el hecho o en el encubrimiento. Y Seguel respondió "no".

Fue insultado a la salida de la audiencia

CIPOLLETTI (AC).- Si bien el ingreso de Seguel al sindicato de Luz y Fuerza, donde se comenzaron a desarrollar las audiencias, se produjo en un clima tranquilo, su salida en un vehículo particular se tiñó de insultos y gritos acusadores en su contra.
Algunos de los familiares de las víctimas corrieron tras el automóvil en marcha. "Te escapás como una rata", "atorrante, hijo de puta", "mal policía", fueron algunos de los improperios que recibió Seguel masticando bronca, y asomando su rostro adusto por una de las ventanillas delanteras.
Al término de la audiencia donde el ex subcomisario prestó declaración indagatoria, la tía de las asesinadas hermanas González, Mari Mella, manifestó sentir una gran impotencia, ante la supuesta inoperancia del jefe policial.
"Tenemos mucha impotencia porque descubrimos que el señor Seguel se basó en que las chicas se habían ido y hasta que las encontraron muertas, él seguía pensando lo mismo. Entonces eso deja más que de manifiesto que en ningún momento las buscó", aseguró.
Por su parte, Susana Guareschi de González expresó que "para mí es culpable de muchas cosas. No sé cómo zafó del encubrimiento. Él y Schoua (el médico policial) saben muchísimo. Pienso que él está ocultando cosas".
La mamá de María Emilia y Paula opinó que el ex subcomisario "no hizo lo que debía" y que "la ida a Barda del Medio fue para descomprimir porque la gente se le venía y él estaba sin hacer nada. Todas las personas que participaron de la búsqueda dijeron lo mismo", recordó.
Los padres de las tres jóvenes asesinadas en noviembre de 1997 abrirán la próxima audiencia. El debate se reanudará mañana a las 9 con el testimonio de Ulises González y luego el de Juan Villar. Posteriormente prestarán testimonio algunos periodistas propuestos por la fiscalía, como Baltazar Fuentes y Alejandra Reyes.

Un vallado de carteles

Cerco. Esta vez el vallado del edificio lo hicieron los carteles. "Justicia cómplice", "Ni un minuto de paz hasta la hora de la verdad", "Queremos un juicio para el castigo de todos los culpables. Basta de impunidad", decían los letreros que colgaron en el frente del sindicato de Luz y Fuerza. Cuando se realizó el juicio por la causa principal, una malla metálica protegió al acceso principal.
Desde la calle. "Cárcel a Seguel encubridor". La frase estaba escrita en un cartel que tenía en sus manos Ofelia Mosconi de Villar, mamá de una de las víctimas del triple crimen. La mujer no ingresó a la sala de audiencias pero se presentó a las 9 frente del edificio junto a un reducido grupo de personas.
Desinterés. Muy pocos asistieron a la primera jornada de debate de la causa Seguel. En la sala de audiencias se reunieron más periodistas y policías que familiares y vecinos.
Espera. Ulises González fue muy temprano al lugar de debate pero no ingresó. "Soy testigo y no querellante", dijo a la prensa. Como sabe que los testigos no pueden presenciar las audiencias hasta que presten su testimonio, resolvió retirarse.
Sin fecha. La Cámara Segunda todavía no estableció una fecha para iniciar el debate de la otra causa conexa: Sobarzo-Molina. El presidente del Tribunal, César López Meyer, dijo ayer que todo dependerá de los tiempos. Si las partes no consideraran necesario incluir más testigos en la causa Seguel, el juicio podría realizarse inmediatamente después.

Foto: Seguel no quiso que la responsabilidad de las primeras actuaciones por el triple crimen recayeran sólo en él.

   
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