Lunes 19 de noviembre de 2001

 

Padre e hijo absueltos por matar en defensa propia

 

Habían protagonizado un incidente de tránsito con unos vecinos del barrio. La pelea siguió en la barriada y los jueces hallaron elementos para encasillar el ataque en legítima defensa.

  SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Por pedido del fiscal de Cámara y con abundante argumentación del juez Miguel Angel Lara, la Cámara Segunda del Crimen absolvió por el homicidio de José Bahamondes a Carlos Igor Soldán y a su hijo Eduardo, por entender que beneficia a ambos la justificación de la legítima defensa.
La forma en que ocurrieron los acontecimientos y la fama de pendencieros que tenían la víctima y sus familiares, convencieron a los jueces de que hubo una reacción ante una agresión ilegítima y también de la proporcionalidad de la respuesta a esa agresión, con el arma que portaba el muerto.
Se trata de un drama particularmente confuso porque se gestó en dos etapas y escenarios, con la participación de varias personas por cada bando.
El hecho comenzó a gestarse cerca de la una del 10 de junio pasado, cuando los imputados circulaban por la calle Elordi en un Renault 12 y mantuvieron una discusión y una pelea con José Bahamondes debido a un incidente de tránsito.
Tanto Igor como su hijo declararon que Bahamondes les había cerrado el paso en dos oportunidades al mando de un Fiat Spazio, y que el menor y un amigo de apellido Merino se bajaron del Renault 12 y pelearon con la víctima. Un rato después los hechos continuaron en el barrio El Frutillar, donde habitaban todos los protagonistas, cuando Bahamonde, junto a su hijo y otras personas, amenazaron a la mujer de Igor y a los padres de Merino.
Igor regresó a las 3.30 a su domicilio y se dirigió a la casa de Merino, junto a su hijo Eduardo y una hija menor, portando un rifle y un revólver descompuesto. Allí se enteró que los padres de Merino habían sido agredidos por los Bahamondes, quienes los golpearon, le rompieron los vidrios y amenazaron con quemar su vivienda si no entregaban a su hijo.
Los Soldán estaban por volver a su casa cuando se acercaron los Bahamondes. Una piedra destruyó el parabrisas del Renault 12 y se estrelló en la cara de Carlos Igor, quien aseguró que cuando bajó del auto Jose Bahamondes le apuntó con un arma y gatilló varias veces sin lograr que saliera ningún proyectil.
Después todo fue confusión. Carlos Igor partió la culata de su rifle contra la cara de Bahamonde, Eduardo lo apuñaló con el cuchillo que había logrado arrebatarle, y su hermana Lorena desarmó a un tal Nico con un piedrazo y le quitó el revólver calibre 38 con el que disparaba. En la pelea también participaron la mujer de Bahamondes, portando un hierro; un hijo y otras seis o siete personas.
Bahamondes recibió una puñalada en la zona izquierda del epigastrio, otra en el hemitórax del mismo lado y otras dos por la espalda, y murió cuando lo trasladaban al hospital. Los Igor sufrieron cortes y traumatismos de carácter leve, al igual que un hijo de Bahamondes.
El fiscal Enrique Sánchez Gavier solicitó la absolución de los Igor porque entendió que "el cerramiento y acometimiento de los Bahamondes configuran la agresión que justifica la defensa", y que "la proporcionalidad se cubre porque las lesiones las produjo el arma de Bahamondes".
El juez Lara, al redactar el voto al que adhirieron los jueces César Lanfranchi y Silvia Baquero Lazcano, expuso: "no advierto provocación en los Igor, que al ser perseguidos atinan a resguardar sus vidas", y "está muy claro quienes son los provocadores y quienes sólo se han visto obligados a defenderse".
   
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