Sábado 17 de noviembre de 2001

 

Recibió una pena leve por los golpes sufridos

 

Es un delincuente que intentaba robar una oficina de un cuarto piso. Desde allí cayó a una losa, tres pisos más abajo. Sufrió problemas de motricidad.

  SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Un delincuente que se descolgó de un cuarto piso para escapar de la Policía y resultó con importantes politraumatismos de cráneo, fractura expuesta de fémur, de radio, cúbito y muñeca, resultó beneficiado con la reducción de la pena porque los jueces de la Cámara Segunda del Crimen atendieron a la "pena natural" que había sufrido.
El primer votante recogió conceptos vertidos en un reciente ensayo del profesor Orlando Coscia, de la UNC, para considerar "la significación y peso que tiene para el responsable la consecuencia auto dañina de su accionar".
En su voto, el juez César Lanfranchi valoró que "habiendo evidenciado al comparecer tullido al debate un serio compromiso en su motricidad, ha de ser considerado, aunque fuere una resultante casual, como una aflicción sancionatoria con su correlativo mensaje correctivo y de prevención individual".
El episodio investigado ocurrió a las 7 del último 18 de julio en la galería Vía Firenze, y se descubrió cuando la empleada de una de las oficinas del edificio anexo advirtió que la puerta de acceso al ascensor y escaleras había sido violentada. La mujer avisó al encargado y a la policía porque temía que los intrusos pudieran permanecer en el interior, y después de una minuciosa inspección los uniformados advirtieron que había sido violentada la oficina de un despachante de aduanas, en el cuarto piso, y al encender la luz vieron cómo se cerraba una puerta interna. Los policías revisaron los locales sin encontrar a ningún intruso, pero al observar una ventana abierta se asomaron y vieron a Juan José Cavieres, colgado del marco y en el límite de sus fuerzas. Cuatro pisos más abajo, desplomado sobre la losa de la galería, estaba Gastón González, que se había arrojado al vacío o no pudo sostenerse por más tiempo colgado de la ventana.
Tanto Cavieres como González evidenciaban un grado de ebriedad, pero no fue considerado suficiente como para declararlos inimputables.
El fiscal Enrique Sánchez Gavier pidió dos años de prisión efectiva para Cavieres, en razón de sus antecedentes, y un año en suspenso para su cómplice, que además de carecer de antecedentes resultó con las lesiones gravísimas mencionadas.
Los jueces consideraron atenuante la ebriedad que evidenciaba Cavieres, y en atención a "las comprometidas condiciones en que se encuentra la alcaidía" sólo le impusieron cuatro meses de prisión efectiva, lo que le permitirá recuperar la libertad hoy.
Al tratar la condena a imponer a González, Lanfranchi citó párrafos de la obra "La Pena Natural", de Orlando Coscia, en la que explica "la innecesariedad de la sanción estatal ante la verificación de un sufrimiento mayúsculo en el sujeto activo del delito", y propone individualizar "la relación entre el daño causado y el daño sufrido, como garantía para evaluar la viabilidad del beneficio, para todo observador que exija, con lógica y razón, ecuanimidad en la resolución del caso".
En este pensamiento penológico encontró razones el juez para proponer una atenuación de la pena a imponer a González, que fue fijada en 15 días en suspenso.
   
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