Lunes 26 de noviembre de 2001

 

Nonnenmacher se dio el "gustazo" de su vida

 

Manejó todo y fue segundo, por lo que le sobró para ser el campeón.

  Cuando la mano venía más complicada, tiró todo su talento en la pista y fue suficiente para asegurar su consagración. Un título por el que esperó veintitrés años, nada menos. El huerguense Alberto Pérez Nonnenmacher, uno de los últimos ídolos del automovilismo regional, fue segundo en la última fecha del Gran Turismo Patagónico y se quedó con el ansiado título, en una definición muy emocionante, como hacía tiempo no se vivía en el autódromo roquense, el escenario de las principales conquistas del "Cabezón".
Si bien llegó a la definición con quince puntos de ventaja sobre el reginense Rodolfo Lorca, todo se le complicó a Nonnenmacher en el momento de clasificar.
La rotura de una goma lo dejó sin tiempo a largar último en una de las series. Encima, para aumentar sus males, Lorca parecía tener un auto de otra dimensión.
Así planteadas las cosas, el huerguense encaró la definición apelando a todo su talento conductivo. En su serie fue cuarto, después de largar último -varios de sus rivales no le ofrecieron resistencia-. Mientras, se dio la lógica y Lorca ganó fácil, descontándolo cuatro puntos.
La mano comenzó a mejorar. Y el "Cabezón" respiró aliviado después de la segunda serie, donde se impuso fácil Cristian Tyszkiewiez, pero del segundo Martín Arabarco para atrás fueron mucho más lentos que el huerguense.
Once puntos arriba el "Cabezón", las cuentas eran claras. Ganando Lorca, tenía que salir cuarto y arrancaba la final desde el quinto lugar. La misión ya no era tan complicada.
En la primera largada, movió bárbaro y al transitar el curvón estaba cuarto, pero la bandera roja -se quedó parado Franco N. Tinti y lo embocó de atrás Ricardo Della Chá- obligó empezar de nuevo.
Encima, una de las ambulancias tuvo que asistir al acompañante de Tinti y la demora fue grande. No hizo más que incrementar la expectativa en los aficionados, mientras que la procesión iba por dentro de los pilotos que peleaban por el título.
A la hora de acelerar, Tyszkiewiez arrancó primero, seguido por Lorca, Raúl Favre, Juan M. Trasarti, Nonnenmacher y el resto.
Después de cerrarel primer giro, Tyszkiewiez se corrió y Lorca pasó a la punta. Hasta ese momento, los números le daban para soñar con el título.
Nonnenmacher se tomó su tiempo. Primero aprovechó el abandono de Favre y después se mandó una de las maniobras que llevan su sello para superar a Trasarti. Si no pasaba nada, tenía el título en el bolsillo.
Los tres primeros se movieron en una baldoza, con Tyszkiewiez como escudero de Lorca y Nonnenmacher al acecho.
Así fueron pasando las vueltas. Lorca se empezó a despegar, mientras que Tyszkiewiez trató de aguantar al huerguense, quien pegado al neuquino tomó más riesgos de los necesarios.
Y en el final, le amagó por un lado y se mandó por otro, ganando la segunda posición y desatando el festejo anticipado de sus seguidores, quienes fueron mayoría.
La suerte para Lorca estaba jugada. Tenía que ganar y lo hizo, pero Nonnenmacher demostró que en las complicadas se agranda, tiró todo su talento en pista, pudo más que un equipo que también trabajó para el mismo objetivo y terminó festejando un título que se merecía, más que nada por su gran calidad a la hora de manejar.
Como hace veintitrés años la fórmula fue perfecta. Nonnemacher y el preparador "Tito" Etchegaray volvieron a festejar un título.
En el caso del "Cabezón", seguro que con un sabor muy especial a aquel, ya que pasó más de una antes de volver a sonreir y recibir el calor de los aficionados.

"Había que jugársela y salió"

Hasta los duros se conmueven. Y las muestras de afecto que recibió el huerguense Alberto Pérez Nonnenmacher tanto en la vuelta de honor, como en el momento de la coronación, le arrancaron más de una lágrima. En medio del festejo de su gente, el popular "Cabezón" comentó que "este título tiene tres responsables. Uno, el "Negro" (por Alfredo Milazzo, su acompañante), quien estuvo en todos los detalles y bancó todo el certamen. Otro, "Tito" (por Etchegaray, su preparador). Y tercero, el equipo. No bajaron los brazos ni cuando parecía que todo se perdía y acá estamos".
Nonnenmacher aseguró que "había que jugársela y salió. En la serie, hubo pilotos que estuvieron impecables. Los alcancé y no me hicieron perder tiempo. En la final, pasó lo mismo".
Cuando se lo consultó acerca de cuándo se sintió campeón, señaló que "en el momento que me confirmaron que largaba quinto la final. En la primera largada había quedado cuarto, en la otra me costó un poco más pasarlo a Juan (por Trasarti). Es más, todo se simplificó cuando paró Raúl (por Favre).
Aseguró que "no arriesgué al pasarlo a (Cristian) Tyszkiewiez. Hizo su juego, el que más le convenía a su equivocó. En algunos lados me llevó muy lento, pero cuando no se lo esperaba lo pasé. ¿Si temí por algún toque? No. Estamos entre gente grande".
Fue imposible seguir charlando con el "Cabezón". Al grito de "dale campeón, dale campeón", los hinchas se lo llevaron para el podio, donde lo ovacionaron, ratificando su "chapa" de preferido entre los aficionados, los que rara vez se equivocan a la hora de elegir.
El campeón Rodolfo Lorca tuvo en el final la misma hidalguía que mostró en pista. El primero que saludó al "Cabezón" fue el reginense, quien se metió adentro del auto del huerguense para saludarlo. Y luego, se bancó sin chistar la silbatina de la hinchada de Nonnenmacher.
"Cumplí. Gané clasificación, serie y final, pero dependía de la posición del "Cabezón". Y no alcanzó", apuntó Lorca.
Mientras, después de depositar su auto en el parque cerrado, el neuquino Cristian Tyszkiewiez fue retirado por una puerta lateral, para evitar el contacto con los aficionados, quienes lo silbaron e insultaron, molestos porque llevó lento al campeón durante varias vueltas. Así, evitaron males mayores y el cierre del Gran Turismo terminó en medio del festejo de los hinchas de Ford.

Lorca pegó un paseo veloz y lo festejó

Exhibiendo la misma contundencia que movió al asombró cuando apareció en la categoría, cosechando seis triunfos en nueve pruebas, el reginense Rodolfo Lorca sumó su segundo título en su campaña. Esta vez fue en la monomarca Gol, que ayer también cerró su certamen en el autódromo roquense y donde para el nuevo campeón su camino a la consagración fue apenas un trámite.
Al igual que en la penúltima fecha, que se disputó el pasado sábado y donde dominó a voluntad, Lorca no tuvo complicaciones en la prueba que definía al nuevo campeón.
Alejandro López llegó a la definición con seis puntos de ventaja, pero su auto estaba lejos de la punta. Por el contrario, Lorca contó con un medio mecánico impecable y lo manejó con su habitual solvencia.
Mandó en la clasificación y en la final no pasó sobresaltos. Sólo un contratiempo lo podía dejar con las manos vacías y eso no ocurrió, sellando el reginense su consagración como campeón con un triunfo impecable.
Lorca un escalón arriba del resto, y con López resignado a su suerte, uno de los que se lució fue el cipoleño Javier Moreiro, quien terminó segundo y demostró que de haber disputado todo el certamen podía haber peleado más arriba. Otro que cumplió fue el neuquino Martín Arabarco, con un meritorio tercer puesto.
López no llegó entero a la definición y su auto sintió los kilos de lastre. Lorca no tuvo contras desde que ingresó en la categoría, se quedó con seis de las siete pruebas que disputó y al final rubricó su gran campaña con un merecido título.

   
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