Miércoles 21 de noviembre de 2001

 

Daniel Fontana, muy cerca de lograr su sueño olímpico

 

El roquense es número 30 en el mundo y se ilusiona con Atenas 2004.

  Sabe que todo lo que logró fue de la mano del sacrificio. Por eso cuando se pone a pensar que está en la elite del triatlón olímpico fue por su constancia, perseverancia y responsabilidad, se siente orgulloso. No se arrepiente si en el camino quedaron muchos de sus afectos. Parece duro, pero es así. El roquense Daniel Fontana consiguió lo que se había propuesto, estar entre los mejores del mundo y mantener vivo su sueño olímpico. "Quiero ir a Atenas 2004. Sé que voy por el camino correcto, sólo falta dar un par de pasos más y allí estaré".
Tal vez como ninguno Daniel planificó su vida deportiva. Ya desde chico, a los 7 años, no soportaba perder en nada y menos en natación, su deporte predilecto. Siempre quiso ser el mejor, por eso se comprometió con él mismo para llegar a serlo. Fue un camino sinuoso y complicado. Triste en algunas oportunidades y felices en otras. Pero su constancia para continuar en lo que quería y su apego al entrenamiento lo ayudaron a llegar al sitio en que está ahora. Ser uno de los 30 mejores triatlonistas olímpicos en el mundo y el mejor de América. Todo un experto y reconocido por los especialistas de las grandes potencias.
- Es un orgullo estar entre los mejores.
- Sí. Pero quiero ser el mejor. Ser el protagonista de una carrera por el mundial o los juegos. Si lo consigo podré decir que llegué a la meta por la que tanto trabajé. Por la que tanto me sacrifiqué...
- ¿Y, sería lo último, o habría algo más?
- No sé. Supongo que sí. Uno nunca sabe, tal vez se abran otras puertas y vengan otros desafíos.
- ¿Cómo se llega a esta etapa?
- Con trabajo y planificación. No hay otro secreto. No es de un día para otro. Yo llevo 10 años buscando mi plenitud física. Llegar con lo mejor a los principales torneos. Ahora sé cuándo estoy preparado para una competencia y cuándo no. Al principio me volvía loco con el más mínimo escollo, ahora no.
- ¿Qué escollos?
- La improvisación en los viajes. Eso me ponía reloco. A veces llegaba a un lugar y nadie me esperaba. Solo y sin conocer el idioma era un calvario. Con un nudo en el estómago llegaba a la prueba. No rendía como quería y ahí me salía todo mal. Se me venía el mundo abajo y no sabía salir...
- ¿Y cómo cambiaste de actitud?
- Con experiencia. De cada cosa mala saqué algo. Ahora me concentro en las cosas importantes. Me motivo con la carrera y el resto es secundario. Sé que no es fácil, pero ya lo logré.
- Siempre hablás en primera persona. ¿Siempre solo en esto?
- Normalmente. Es que esto es personal. Mis exigencias, mi pasión y mi obsesión por ser el mejor me llevaron a refugiarme en mí. Me olvido de las cosas cotidianas.
- ¿Entonces dejaste muchas cosas de lado?
- Varias. Ya ni me acuerdo cuánto hace que no juego al fútbol. No voy casi nunca a bailar y muy poca veces me veo con mis amigos. Es doloroso, pero como soy un apasionado de esto me he vuelto individualista. Lo reconozco, pero si quiero llegar a lo más alto hay cosas que tengo que dejar de lado y concentrarme en mi trabajo.
- ¿Pero ser tan cerrado no es contraproducente?
- No. Como siempre estoy en lo mío lo veo normal. No hay que olvidarse de que tengo un plan de entrenamiento y un plan de competencias para todo un año. Cuando entreno para una prueba no tengo que depender de nada. Nada me tiene que sacar de mi trabajo...
- ¿No hay nada que te desvíe esa atención?
- Sí, el estudio. Ya terminé de cursar contador público en Bahía Blanca y ahora estoy avocado a terminar la carrera. También es un objetivo y tengo que llegar. Ya con un título es más fácil encarar un futuro. Eso sí, el triatlón no lo dejaré.
- ¿Y en la pareja tenés problemas?
- Claro. Pero creo que nada te debe condicionar. Si la mujer que está a mi lado no comprende lo que siento es porque no es la compañera que estoy buscando. Creo que esa es la cuestión. Tengo que entrenar diariamente, viajar a las competencias por mucho tiempo. Ella tiene que ser comprensiva y compartir mi profesión.
- Si tuvieras que dar un consejo para los que recién comienzan, ¿cuál sería?
- Son tres. El primero es la constancia, sin ella no se llega a nada; el segundo, planificar a dónde se quiere llegar, tener objetivos claros; y tercero, ser ambicioso, no conformarse nunca. Hay que aspirar siempre a más.
- Si se hiciera una prueba con las estrellas del triatlón mundial, ¿a vos te incluirían?
- Sí, ya he sido invitado a pruebas con los mejores y eso es bueno porque te hace trabajar aún más... Sé que estoy entre ellos. Que cada vez que llego a una prueba me tienen en cuenta. Saben lo que valgo y eso es importante.
- Si te tuvieras que definir como jugador de fútbol, ¿a quién te parecerías?
- A Fernando Redondo. Todo lo que es se lo ganó por derecho propio. Un jugador con personalidad dentro y fuera de la cancha.
- ¿Llegás a los Juegos Olímpicos?
- Están dadas todas las condiciones para que así sea. Es mi gran sueño. Sé que estoy a un paso, pero aún debo seguir mejorando y si lo logro pensar ganar una medalla no es una quimera. Quiero estar y ser un gran protagonista.

Jorge Suárez
jsuarez@rionegro.com.ar

Foto: Daniel Fontana nunca deja de entrenar. En su estadía en Roca volvió al club Del Progreso, que lo vio nacer deportivamente, para no perder ritmo. En la bici siempre es protagonista en las pruebas.

   
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