Jueves 15 de noviembre de 2001

 

Brasil impuso su historia y sacó vuelo directo
 

La presión por estar obligados a ganar no afectó a los tetracampeones, que consiguieron el objetivo.
  El discreto seleccionado brasileño que compitió en las eliminatorias sudamericanas gambeteó la catástrofe y cumplió su cometido: clasificó para la Copa del Mundo Japón Corea 2002, tras golear anoche a su par de Venezuela por 3-0.
En partido celebrado en la ciudad de Sao Luiz de Maranhao, el equipo conducido por Luiz Felipe Scolari no dio lugar a dudas y garantizó su complicado pasaporte mundialista, con una abultada victoria. Ya en el primer tiempo, el conjunto local se imponía con las conquistas anotadas por Luizao (12m. y 18m.) y Rivaldo (34m.).
Desde el arranque, Brasil salió a avasallar a un adversario, que venía precedido de un interesante antecedente: cuatro triunfos consecutivos. Pero lo exhibido en el campo de juego del Joao Castelao dejó en evidencia dos cosas: el determinismo histórico pesa (y en instancias claves los que habitualmente ganan, terminan imponiéndose) y los seleccionados con linaje y tradición necesitan estar entre "la espada y la pared" para reaccionar.
Por eso, este híbrido Brasil jugó como lo marca la historia; con pelota al piso, con presión en la mitad de la cancha y con delanteros vivaces dispuestos a usufructuar los distintos yerros rivales. Y por cierto, la sorprendente Venezuela, que tan buenos rendimientos había experimentado en los anteriores encuentros, sucumbió ante la organizada presión "verdeamarelha".
En una de las primeras incursiones a la valla del flojo Dudamel, los casi 45.000 asistentes al estadio suspiraron aliviados. De un forcejeo entre González y Edílson, sacó provecho Luizao y éste hizo lo que mejor sabe: eludir al arquero rival, definir con el arco vacío y decretar la apertura.
Con la ventaja en el bolsillo, cualquier fantasma de equilibrio (y consecuente hazaña venezolana) desapareció. Y el "Scracht" continuaba atacando.
Así, a los 18", el inteligente Edílson cedió otra vez a Luizao, quien sacó un disparo bajo que se transformó en el segundo tanto. Y sobre los 34, otra maniobra sobre el costado derecho, la cesión a Rivaldo quien metió un remate sesgado que se tradujo en el tercero.
El segundo tiempo, como en tantos otros partidos, estuvo de más. Máxime cuando Venezuela se quedó con diez por la expulsión de Luis Vera, a los 3 minutos.
Entonces, los conducidos por Scolari (¡Cómo afloró su sonrisa, después del sufrimiento que representó la eliminatoria!) manejaron la pelota sin lastimar, esperando que el reloj transcurriera.
Brasil, fiel a lo que marca su historia, participará nuevamente en un Mundial (no faltó a ninguna de las 16 ediciones anteriores). Aunque, el "tetracampeón" deberá "mudar de ropa" para mantener la ilusión.

A Colombia le terminó faltando apenas un gol

Colombia levantó ayer el pañuelo del adiós con una goleada por 4-0 ante un deslucido equipo paraguayo.
El "Tino" Asprilla, con sus largas zancadas, se convirtió en una verdadera pesadilla para la zaga local y gestó los dos primeros goles de Aristizábal, quien aumentó la ventaja en el minuto 62 al aprovechar uno de los tantos descuidos del equipo paraguayo, que acusó fallas en todas sus líneas. Castillo cerraría la cuenta en un encuentro de final cargado de emoción.
La goleada de los colombianos habría significado una proeza de haber hecho un gol más o si Argentina hubiese derrotado a Uruguay.
A partir de los 20 minutos, los colombianos pasaron a dominar con claridad las acciones con un juego asociado de Morantes y Grisales. Cada encuentro de Asprilla con el balón era un verdadero suplicio. Los paraguayos trataron de corregir los desaciertos pero a medida que el conjunto local trataba de descontar, con más fuerza que orden, el equipo de Maturana replicaba con peligrosos contraataques que casi siempre buscaban las corridas de Asprilla. Colombia terminó ahí nomás.

Empate: Ecuador igualó sin tantos como visitante frente a Chile y finalizó en el segundo lugar de las eliminatorias sudamericanas.
El encuentro fue presenciado por unos 14.000 espectadores, entre ellos 4.000 bulliciosos hinchas ecuatorianos.
Ecuador estuvo a punto de lograr la victoria en el tercer minuto de descuento, cuando Angel Fernández estrelló el balón en el horizontal y en rebote su compañero Luis Gómez remató desviado. Chile buscó el triunfo desde el comienzo, por momentos dominó con claridad, pero como ocurriera en otros partidos sus delanteros fallaron en la definición.
Al cierre de esta edición jugaban Perú y Bolicia.
   
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