Miércoles 7 de noviembre de 2001

 

Inédita cirugía facial a una niña de Bariloche

 

La hicieron profesionales de la región y uno brasileño sin cobrar. La niña sufrió un accidente a los seis meses. La cara torcida y problemas de masticación fueron la consecuencia.

  NEUQUEN (AN) - Ocurrió hace dos años en Bariloche. Parecía una cosa de nada, y -salvo un pequeño susto- no hubo grandes preocupaciones para la mamá de Ivonne, una preciosa niña que dentro de un par de días cumplirá dos años y siete meses.
"Estábamos acostadas, la beba estaba en mi pecho, se movió de golpe, cayó al piso y se golpeó. Ni lloró... no era mucha altura", dice Valeria Hernández mientras con sus manos hace una señal que acota unos 30 centímetros.
Con el tiempo, llegaron los problemas. La niña no podía masticar y su boca no cabían ni chupetines ni caramelos grandes.
"Yo veía que tenía algo pero me decían que no era nada, que se le iba a ir a medida que fuera creciendo, pero cada vez estaba más grave, cada vez tenía la cara más torcida", dice Valeria, la mamá, quien hace poco cumplió los 18 años.
Fue la doctora Graciela Zuluaga, del hospital zonal de Bariloche, la que vio lo que sus colegas no.
Y la envió a Cipolletti, ante un especialista, el odontólogo Armando Gentili, quien hace medio año detectó que en ese accidente que parecía nada, la niña sufrió una hemorragia interna que le destruyó elementos óseos. Esto le produjo una anquilosis (privación de movimiento) en la articulación témporo-mandibular.
"Es decir, se le soldó la articulación con un callo óseo, que le hizo perder movilidad y bloqueó la posibilidad de desarrollo de la cara de ese lado", explica Gentili, especialista en cirugía máxilo facial.
Conclusión: la cara de la beba quedó torcida y se le creó un problema funcional para la masticación y el habla, entre otros inconvenientes.

El aporte de todos

Con diagnóstico en la mano germinó otro gran problema. Valeria está separada, vive sola, no tiene trabajo y mucho menos cobertura social. "Me quería morir porque yo siempre supe que ella tenía algo", recuerda Valeria de aquel momento.
El otro inconveniente era que en la región no hay ningún centro asistencial ni tampoco equipos médicos conformados para afrontar una operación de estas características.
Gentili y un grupo de médicos se movieron rápido, solidariamente y a sabiendas de que no iban a cobrar un peso.
El cirujano brasileño Luis Lobo del hospital Santa Paula, de San Pablo (Brasil) viajó especialmente hasta la región.
La clínica Cemic de Neuquén aportó el quirófano y la internación para la pequeña y su mamá. Los anestesistas Mario Urbano, Juan Molina y Eduardo Malerva entregaron lo suyo, mientras que los otorrinolaringólogos Carlos y Emilio Zingoni cedieron un fibroscopio, indispensable para la intervención.
Desde Estados Unidos, el laboratorio W. Lorenz donó el distractor, un aparatito de titanio (de 2.000 dólares) que se insertó en el maxilar.
La operación duró tres horas y fue tan compleja como exitosa. Está grababa en video, es inédita en la región y será presentada en el Congreso mundial de cirugía máxilo facial que se realizará en Grecia.
Por estas horas, la fonoaudióloga Miriam Zabaleta y la ortodoncista Liliam Lamilla trabajan ad honórem en la rehabilitación de Ivonne quien, a pesar de la hinchazón, ensaya algunas sonrisas mientras estudia todo. "Foto, foto", pide en su media lengua. "No tengo cómo agradecer", repite Valeria mientras cuenta las horas para volver a su casa.

La operación paso a paso

NEUQUEN (AN).- Producto del traumatismo, la nena sufrió una hemorragia interna por la que se le destruyeron elementos óseos y, con el tiempo, se le produjo con una osificación del lado izquierdo de la mandíbula.
Durante la intervención que duró tres horas y media, se le cortó la articulación que estaba soldada para así darle nueva movilidad. Paralelamente se le insertó un músculo en medio de los huesos para que estos no se suelden.
Sin llegar a quebrárselo se le debilitó el maxilar a la altura del mentón y allí se le insertó un distractor, una pieza de titanio de alta tecnología médica. Esto le permitirá estirar el hueso para equilibrar los dos lados de la cara.
El especialista Armando Gentili, explicó que durante 30 días el mentón se estira, en otros 30 se forma un callo y en dos meses se retira el distractor.
La pequeña, en cuya boca solo cabía un pequeña cucharita de té, necesitará de un año de rehabilitación con ortodoncistas y aparatología. "Me dolió más a mí que a ella, ella no lloró pobrecita", afirmó la mamá de Ivonne Sánchez. "No tengo palabras para agradecer a los médicos por todo lo que hicieron. Si no la operaban no iba a poder comer nada... Iba a tener la cara torcida para siempre", explicó Valeria.
La joven mamá comentó que, según le explicaron, "fue un golpecito, nada más: como sus huesitos son tan frágiles ni te das cuenta", finalizó.

   
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