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Miércoles 28 de noviembre de 2001 | |
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La sinfonía de los jóvenes talentos |
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El conjunto de cámara "Cofradía", dirigido por Kyoko Kurokawa y Diego Díaz, se presentó el domingo en el marco de la semana musical Llao-Llao. |
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SAN CARLOS DE Bariloche (Télam).- Un alto voltaje emotivo tuvo la presentación del conjunto de cámara Cofradía, integrado por niños y adolescentes, en la última jornada de la novena edición de la Semana Musical Llao Llao.
La elección de Cofradía para protagonizar en el octavo día el cierre del festival fue acertada, a juzgar por la ovación del público de pie, con lágrimas en los ojos, a una formación que sorprende por la escasa edad de sus integrantes y su enorme capacidad interpretativa. Cofradía, dirigida por los profesores del Cámping Musical Bariloche Kyoko Kurokawa y Diego Díaz, comenzó el concierto con "Sinfonía alla rustica" de Antonio Vivaldi, pieza en la que ya demostraron la sintonía del conjunto. En el segundo tema, el "Allegro" de Joseph Fiocco, comenzó la notable presentación de los solistas. En este caso se lució el violinista Daniel Salva, de apenas 12 años, con una concentración y certeza interpretativa conmovedoras. Luego de la "Marcha D"al Ceste", de Glück, le tocó el turno del rol solista a la violinista Andrea Pulgar (15), quien logró un exquisito sonido en el "Bello Rosmarie" de Fritz Kreisler. Siguió la profunda "Melodía en La" de Astor Piazzolla, que la orquesta en pleno ejecutó con maestría, y "Serenade" de Joseph Haydn, con el admirable solo de la violinista Carolina Yobánolo (15). Después, en la compleja "Romanza para violín y orquesta en Fa mayor" de Ludwing Van Beethoven, el violinista Marcos Press (19) demostró su talento interpretativo, incluso cuando superó un fallo con total holgura y completó la obra con un desempeño en el que brillaron su técnica y emotividad. En la "Sonata en Mi menor" le tocó el sitial destacado al excelente contrabajista Nelson Aburto (16), y el conjunto remató el concierto con el espectacular "Concierto para dos violínes en Re menor" de Antonio Vivaldi, con los solos de Press y Pulgar, y el violoncellista Alexis González, de 16 años. Fue una presentación impecable de una orquesta que año a año debe luchar contra los espacios vacíos dejados por los virtuosos jóvenes que emigran a Buenos Aires para continuar su carrera en la música. Esta solvencia, demostrada al final de cada temporada, guarda directa relación con el esfuerzo didáctico de Kurokawa y Díaz, que no se cansan de asombrar con el resultado de su trabajo en las numerosas presentaciones de Cofradía. |
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