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Miércoles 28 de noviembre de 2001 | |
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La tele también madura |
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"Queer as Folk" muestra sin tapujos el mundo gay con calidad y sin escándalo. |
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A pesar de que la proliferación de reality shows que apuntan a los más jóvenes marca una tendencia a hacia los productos supuestamente de consumo masivo sin demasiadas pretensiones más allá del rating, algunas propuestas comienzan a mostrar un camino diferente y una tolerancia que en otros tiempos era casi impensable en la televisión argentina.
El mejor ejemplo de esto en este momento es "Queer as Folk", la serie británica que desde este mes comenzó a emitirse los viernes a las 23 por I-Sat, y de la que ya se había visto su adaptación norteamericana, más suave, por HBO Olé. Desde su estreno en 1999 se ganó la aceptación del público y la crítica en Europa por dar una mirada honesta de la comunidad gay de Manchester sin caer en estereotipos, trucos baratos y por una cuidada puesta en escena que no oculta nada. Que sus personajes principales sean homosexuales no la aleja de las series que reflexionan sobre las elecciones de vida que afrontan los que ya pisan o pasan apenas los treinta, sino que los coloca en otro lugar, pero con los conflictos que son comunes a todos: cómo manejar una carrera, cómo trascender en la vida –ya sea con un hijo o con el trabajo-, cómo relacionarse con los demás, etc. Así el eje de la serie es Stuart (Aiden Gillen) un egocéntrico exitoso que se sabe ganador, que cada vez que sale regresa a su loft con alguna conquista y al que casi todos le perdonan sus manías y metidas de pata por su carisma. El está muy cómodo en ese serie de relaciones rápidas y sin compromisos hasta que conoce a un adolescente Nathan (Charlie Hunnam), que le romperá los esquemas, justo cuando también por un acuerdo con una amiga lesbiana nace su hijo. Una responsabilidad de la que se creía alejado pero que tendrá que asumir de a poco.También está Vince (Craig Kelly) amigo de la adolescencia de Stuart, con el que tuvo una historia inconclusa, que es muy inseguro, y se mantiene en el conflicto de dejar que todo le estalle a su compinche o mediar para que no lastime a los demás. El cruce de los personajes explora tanto del despertar sexual del adolescente, como la promiscuidad de algunos, la necesidad de pareja de otros, la relación con las drogas, los clubs y las discos gays y la inserción en la sociedad y la relación de familia de los protagonistas y personajes secundarios. Osada en mucha de las escenas, nunca pasa el límite mostrando escenas eróticas en las que la cámara sabe dónde detenerse. Una excelente musicalización redondea este producto adulto, que muestra con madurez que se pueden abordar temas que para muchos son escabrosos si se lo hace con calidad y sin caer en lo burdo. |
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