Viernes 23 de noviembre de 2001
 

¿Escuché bien o usted acaba de hacer cool jazz?

 

Atilio Stampone reconoció a la prensa sus fuertes influencias jazzeras

 
"No sabés lo que me cuesta zafar del tango para hacer los arreglos que quiero". Esto lo dice, aunque parezca mentira, Atilio Stampone. Y es sorprendente porque habla quien a los 15 años, en 1941, debutó como pianista en la orquesta de Roberto Dimas; se fue luego junto a Pedro Maffia, y estuvo también con Aníbal Troilo, Astor Piazzolla, Mariano Mores, con el Polaco Goyeneche, y otras celebridades. Es el tango, propiamente dicho.
Pero Stampone encarna hoy la misma búsqueda insaciable de cuando tenía 15 años. Sigue siendo el mismo que le costaba hacerle entender al Gordo Troilo o al Polaco el por qué de sus arreglos. Ahora, con la sabiduría que le dio el caminar junto a los más grandes hacedores que tuvo el tango, sabe explicarlo todo, como lo hace en diálogo con la prensa. "He definido un lenguaje propio. Bueno o malo, pero mío. ¿Quién es Stampone? El que hace esto. Ya existe la forma de Pugliese, que continuó desarrollando De Caro. O de Di Sarli, que extendió Fresedo. Está todo definido con D"Arienzo, Piazzolla o con Pichuco Troilo. Bueno, ahí estoy con mi propio lenguaje, con mi color y mis armonías", explica. Stampone considera que en el tango instrumental el gran hito fue marcado por Aníbal Troilo, desde quien "hay un antes y un después". Luego llegaron, dice, las revoluciones de Astor Piazzolla y Horacio Salgán, "que por suerte aún podemos seguir oyéndolo tocar el piano como los dioses".
Lo que viene luego es lo suculento: su vínculo con los jazzeros Bill Evans y pianista Oscar Peterson. "Entre nosotros, muchas armonizaciones mías prácticamente son de Bill Evans" reconoce, tranquilo porque no tendrá problemas legales con su amigo americano. Como tampoco tiene empacho en definir al otro yanki, Peterson, como "uno de los más grandes pianistas de la historia". En su concierto del Llao Llao al frente de su Quinteto, Stampone mostró una hilacha de difícil digestión para quienes iban a escuchar el tango que emociona hasta las lágrimas. En dos temas clásicos, como el "Responso" de Troilo y "Silbando" de Sebastián Piana, "coló" con su piano unos acordes del clásico de jazz "Toma cinco". Cuando un periodista especializado en jazz le dijo con cautela que por momentos le parecía estar oyendo un concierto de "cool", Stampone le retrucó: "eso para mí es un elogio". (AB)
   
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