Miércoles 7 de noviembre de 2001
 

Una fiesta con Ana Belén y Víctor Manuel

 

La tarde los recibió a pleno sol en el aeropuerto. Por la noche, desgarros, pasiones y amor.

 
NEUQUEN (AN)- Llegaron en vuelo de Lapa a la media tarde en la plenitud de un día de sol. A-na Belén, Víctor Manuel, junto a su hijo y arreglador David San José. A una gira exigente, que se inició anoche en el estadio Ruca Che, le esperan numerosos compromisos en el país y Latinoamérica.
Descansaron en un hotel céntrico y dieron una gran fiesta. Fue anoche un movilizante encuentro con estos grandes artistas, a los que siempre se les requerirán -como pasó con los más de 2.500 enfáticos seguidores que acudieron al estadio- los más añejos éxitos de más de dos décadas atrás. Fue un ¿manjar? -por definirlo de alguna manera- de clásicos "Sólo pienso en ti", "El hombre del piano", "Lía" y "A dónde irán los besos".
Desde el comienzo desarrollaron una rutina de dos temas cada uno. Abrió Víctor vestido de negro -elegante y varonil- con "El hijo del ferroviario", un casi rap paisajístico que da nombre a su nuevo disco y "Hay más de dos caras".
Sólo apareció vestida de tenue gasa naranja y estalló el aplauso. Exquisita, dúctil, Ana extendiendo sus brazos, moviendo con una femeneidad indescriptible sus manos dijo "Yo vengo a o-frecer mi corazón" y luego hizo vibrar el alma con esa inolvida-ble y clásica "España camisa blanca".
Entonces, el español prosiguió con "Nada sabe tan dulce como tu boca" y jugándose por la paz cantó "Cruzar de brazos", y ella, enseguida: "Yo también nací en el "53" y "Tengo miedo".
Para Víctor, su nueva propuesta tiene que ver con su padre y su infancia al lado de las vías Pero también con el desgarro que produce ver crecer e irse a los hijos. De la eutanasia ("Ojalá tengas suerte") que apela a los llamados ángeles de la muerte. Del Mal de Alzheimer, y de dos moscas ("Veinticuatro horas") como parábola de la humanidad
"Nada nuevo bajo el sol" es una canción -como la definió - que dice cosas más bien dulces de un modo más bien amargo.
"A la mar fui por naranjas" canción marinera, "No es bueno que el hombre esté solo" (en que narra el miedo a la soledad); "María de las mareas" considerado el gran tema del disco; "Si no llegaran los niños", "Las vi-das de un pantalón" para ser capaz de ir a otros mundos; "Eres una isla", una bellísima música para una canción de amor. Sobre lo que presentó en vivo Ana de "Peces en la ciudad", fue una descarga a tierra de emociones, donde ha querido contar historias fuertes, recuerdos y pasiones, de sentimientos encontrados. Suave y pegadizo en "Tengo miedo", el sello de Joaquín Sabina en el bolero "Pisando charcos"; "Si me nombras" y una tremenda obra "Un extraño en mi bañera" sobre el hombre golpeador, "Puerto viejo" y "Habáname" una historia de amor en La Habana; el final de un romance con "Regrésamelo todo".
"Peces en la ciudad" de Joaquín Sabina que da nombre al disco es lo que dejó entre nosotros Ana Belén: amores, el recuerdo, los ídolos. "Todo queda encerrado en esa pecera que debemos abrir como el tarro de las esencias" dijo y el recuerdo de esos perfumes junto con su belle-za quedó flotando en el ambiente.
   
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