Lunes 29 de octubre de 2001

 

Unas 10.000 personas por la Virgen

 

Los fieles confluyeron desde los cuatro puntos cardinales de Bariloche, pero además llegaron de la Línea Sur, Ñorquinco y El Bolsón, y se concentraron en el predio en el que el nuevo obispo Maletti celebró la misa junto a once sacerdotes de la diócesis, quienes confesaron a la vera de la ruta.

  SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- En una jornada diáfana y soleada y con una demostración de fe de las más importantes que se recuerden, más de 10.000 personas peregrinaron ayer hacia la gruta de la Virgen de las Nieves para testimoniar su agradecimiento o pedir por nuevas gracias a la patrona de la ciudad.
Los fieles confluyeron desde los cuatro puntos cardinales de Bariloche, pero además llegaron muchísimos peregrinos de la Línea Sur, Ñorquinco y El Bolsón, y se concentraron en el predio en el que el nuevo obispo Fernando Maletti celebró la misa junto a once sacerdotes de la diósesis, que confesaron a la vera de la ruta e invitaron a comulgar a todos los presentes.
La escena estuvo dominada por la presencia de jóvenes y mujeres de toda condición social, que en su mayoría pidieron a la Virgen por trabajo y por la paz del mundo. Algunos habían llegado el sábado por la noche y pernoctaron en carpas aguardando la celebración, y aprovecharon para realizar un picnic con fogón y guitarreada. Sin embargo, no faltaron las reflexiones ni la justificación de su presencia. "Estar ente tantos creyentes me hace sentir tranquilidad espiritual", expuso Karina. En tanto, Miguel Angel dijo que "este encuentro nos sirve para lograr un momento de paz interior frente a las insatisfacciones diarias".
La cola para subir el centenar de escalones que conduce a la Gruta de la Virgen tenía más de 200 metros, pero todos aguardaban pacientes para realizar su pedido de gracia o agradecer.
Al pie de la Gruta se escuchaban conmovedores testimonios, como el de una mujer que trabaja como doméstica y teme por el futuro de sus hijos. "Sufro cuando salen el sábado por la noche sin un peso en el bolsillo, porque no tienen trabajo y lo que yo gano apenas alcanza para comer", confesó.
La concentración quizá haya sido algo menor que en los últimos dos años, pero vale recordar que ya se había celebrado un multitudinario encuentro el sábado, en el mismo escenario, en base a la convocatoria especial del obispo dirigida a los enfermos y personas mayores. El obispo saludó personalmente a cada enfermo y anciano, y antes de iniciar el rezo del Rosario realizó una reflexión sobre la importancia del enfermo y el ejemplo de su dolor, e hizo un llamamiento para que se respete y se escuche al anciano.

"Consuelen a mi pueblo"

La homilía de ayer del obispo Maletti estuvo centrada en la realidad social cotidiana y en la complicada situación mundial, bajo el lema "Consuelen a mi pueblo". Rogó para "que reine la justicia y la paz en este Universo convulsionado por palabras y acciones terroristas y respuesta de terrorismo de naciones; que los necesitados sean tenidos en cuenta, se paguen los salarios y se atienda el problema de la salud y la educación; por tanta gente sin trabajo; para que cada habitante tenga un lugar digno para vivir y criar a sus hijos; por los hospitales y escuelas, centros máximos de llegada de nuestro pueblo, que se quiere curar y tiene derecho a su digna educación".
Después agradeció a la Virgen por "el pan que diariamente ponemos en nuestra mesa familiar", y recordó que la nieve "en invierno es alegría para algunos y de gran sufrimiento para muchos, de ahí que su devoción florezca como esperanza en medio del frío y del dolor".

Largo camino de Roma a Bariloche

La avdocación a la Virgen de las Nieves tiene su origen en Roma, a mediados del siglo IV y en tiempos del Papa Liberio. En sueños y en forma separada, los miembros de un matrimonio recibieron el mensaje divino de construir una iglesia en un lugar que se les indicaría, y en un caluroso día de verano un rectángulo se cubrió de nieve en el monte Esquilino, una de las siete colinas de Roma.
Varios siglos después, al fundar la ciudad de Buenos Aires, Juan de Garay nombró patronos a San Martín de Tours y a la Virgen de las Nieves pero recién en 1941 el Arzobispo Santiago Copello inauguró la primer parroquia con esa advocación en el barrio porteño de Liniers.
Un año después, un 5 de agosto, coincidente con la revelación divina y la inauguración en Liniers, el militar Napoleón Irusta con sus familiares y acompañantes salvaron sus vidas en un accidente ferroviario ocurrido en medio del desierto sureño.
Atribuyeron su salvación a la Virgen y prometieron habilitar a la veneración pública una gruta en las inmediaciones de los cuarteles, y la imagen que hoy se venera en la Catedral de Bariloche y en la Gruta de la Virgen es una réplica de la que existe en Liniers.
Al crearse la Diócesis de San Carlos de Bariloche, el 22 de julio de 1993, su primer obispo, Rubén Frassia, la dedicó y puso bajo la advocación de Nuestra Señora de las Nieves. (AB)

   
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